El Nápoles se complica en Genk
Los de Ancelotti no lograron pasar del empate en el estadio de los belgas: Milik tuvo las mejores oportunidades y las desperdició, pero toda la delantera azzurra estuvo apagada.
Mirko Calemme
As
El Nápoles complica su carrera hacia los octavos de final con un inesperado empate ante el Genk: los italianos pagaron una enorme falta de puntería y hasta le concedieron a los de Mazzù alguna ocasión para lograr una hazaña que habría sido histórica. Ancelotti sorprendió dejando en la grada, por decisión técnica, a Lorenzo Insigne, y apostó por la delantera Lozano-Milik, pero ambos estuvieron muy apagados. Los suyos empezaron bien y tras justo un cuarto de hora ya pudieron adelantarse con un remate de Callejón, que Coucke desvió en el poste, y otro de Milik, que golpeó el larguero desde el suelo en la misma jugada. El ariete volvió a toparse con el travesaño con un testarazo, poco después, totalmente solo en el área rival y casi a puerta vacía.
Los napolitanos siguieron sin tener suerte, con un disparo de Koulibaly que Hrosovsky despejó en la línea de gol y el polaco, que parecía en total confusión, volvió a cabecear fuera a un paso de la portería. Los fallos partenopei aumentaron la confianza de los locales, que antes del descanso le dieron trabajo a Meret, obligado a dos paradones ante los intentos de Berge.
La evidente superioridad técnica de los italianos seguía sin dar frutos también en la segunda parte, que comenzó con otro cabezazo fuera de Milik y una gran oportunidad que Callejón no aprovechó, a pase de Fabián. Un resbalón de Allan, además, le regaló el balón del 1-0 a Hagi, que lo desperdició, mientras que otro del mismo exbético por poco no mandó a Ito solo ante Meret (el español tuvo que pararle con las malas, y fue amonestado).
Ancelotti, para el asalto final, apostó por Mertens y Llorente, pero el único efecto que tuvo fue llenar el área rival de delanteros, sin crear reales peligros. La victoria con el Liverpool deja a los sureños con muy buenas opciones de clasificarse a octavos, pero no lograr los tres puntos ante un rival tan asequible sabe mucho a una gran ocasión tirada a la basura.
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El Nápoles complica su carrera hacia los octavos de final con un inesperado empate ante el Genk: los italianos pagaron una enorme falta de puntería y hasta le concedieron a los de Mazzù alguna ocasión para lograr una hazaña que habría sido histórica. Ancelotti sorprendió dejando en la grada, por decisión técnica, a Lorenzo Insigne, y apostó por la delantera Lozano-Milik, pero ambos estuvieron muy apagados. Los suyos empezaron bien y tras justo un cuarto de hora ya pudieron adelantarse con un remate de Callejón, que Coucke desvió en el poste, y otro de Milik, que golpeó el larguero desde el suelo en la misma jugada. El ariete volvió a toparse con el travesaño con un testarazo, poco después, totalmente solo en el área rival y casi a puerta vacía.
Los napolitanos siguieron sin tener suerte, con un disparo de Koulibaly que Hrosovsky despejó en la línea de gol y el polaco, que parecía en total confusión, volvió a cabecear fuera a un paso de la portería. Los fallos partenopei aumentaron la confianza de los locales, que antes del descanso le dieron trabajo a Meret, obligado a dos paradones ante los intentos de Berge.
La evidente superioridad técnica de los italianos seguía sin dar frutos también en la segunda parte, que comenzó con otro cabezazo fuera de Milik y una gran oportunidad que Callejón no aprovechó, a pase de Fabián. Un resbalón de Allan, además, le regaló el balón del 1-0 a Hagi, que lo desperdició, mientras que otro del mismo exbético por poco no mandó a Ito solo ante Meret (el español tuvo que pararle con las malas, y fue amonestado).
Ancelotti, para el asalto final, apostó por Mertens y Llorente, pero el único efecto que tuvo fue llenar el área rival de delanteros, sin crear reales peligros. La victoria con el Liverpool deja a los sureños con muy buenas opciones de clasificarse a octavos, pero no lograr los tres puntos ante un rival tan asequible sabe mucho a una gran ocasión tirada a la basura.
