El Barça está abierto a la salida de Rakitic en enero
El club se negó a malvenderlo a la Juventus y considera que aún puede ser necesario, pero se sentará este invierno si la situación es irreversible.
Santi Giménez
As
El Barça se ha dado un margen de dos meses para ver cómo evoluciona el caso Rakitic, pero a día de hoy no está cerrado a negociar su salida el próximo mes de enero. El club azulgrana se negó a malvenderlo cuando la Juventus lo pretendió este verano, pero el escenario se está envenenando demasiado. Valverde advirtió que el croata, con contrato hasta 2021, no tenía este verano la cabeza tan centrada en el Barça y ha preferido otras opciones. El jugador, al que Bartomeu prometió una mejora de contrato que nunca llegó, se ha sorprendido de su rol tan residual en el equipo pese a su inestable verano. Durante semanas lo ha manifestado en privado, pero ahora ya lo hace también en público. "No quiero estar en Barcelona paseando por el mar", admitió a su llegada a la concentración de la selección croata.
Rakitic es un jugador ejemplar. Su rendimiento en el Barça desde que aterrizó en el verano de 2014 es el de un futbolista superlativo. Tal vez por eso esperó un gesto del club cuando regresó después de firmar una temporada brutal con el Barça y un Mundial memorable con Croacia. Lo hizo con una oferta del PSG bajo un brazo y la ensoñación de un Inter croata en el otro, con Modric, Brozovic, Perisic, Vrsaljko y él de neroazzurro. Por entonces, Rakitic era intocable para Valverde (el técnico exigió su continuidad para ampliar el contrato).
El jugador, con ofertas que superaban de largo su ficha en el Barça, terminó quedándose y, a excepción del partido de Anfield, volvió a estar magnífico la temporada pasada, con picos como el gol de superclase en el Bernabéu en LaLiga (0-1).
"Que se tomen los culés una cervecita", dijo Rakitic ese día en el que terminó de meterse a los culés en el bolsillo. El recibimiento de la afición en el partido ante el Sevilla de hace unos días, con una ovación de gala, habla del reconocimiento a un jugador que fue capaz de ocupar un sitio importante después de la marcha de Xavi; que ha sostenido al equipo las últimas temporadas; y que también ha dado oxígeno a Sergio Busquets. El doble pivote que Valverde se inventó en la temporada 2017-18 le dio el doblete al Barça. Las circunstancias, sin embargo, han cambiado en los últimos meses.
Nadie en el club quiere dar de momento por cerrada la etapa de Rakitic. El club sabe que la Juventus y el Inter aún lo pretenden, pero también prefiere esperar. Una vez empezado el curso con overbooking, no se permitiría que en el momento clave de la temporada un problema en la zona de creación le arruinase los objetivos. Pero también entiende que la situación de un futbolista acostumbrado a jugar siempre es delicada. Es por eso que si antes del parón de Navidad la situación sigue igual, Rakitic podría salir del Barça cinco años y medio después de haber superado cualquier expectativa.
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El Barça se ha dado un margen de dos meses para ver cómo evoluciona el caso Rakitic, pero a día de hoy no está cerrado a negociar su salida el próximo mes de enero. El club azulgrana se negó a malvenderlo cuando la Juventus lo pretendió este verano, pero el escenario se está envenenando demasiado. Valverde advirtió que el croata, con contrato hasta 2021, no tenía este verano la cabeza tan centrada en el Barça y ha preferido otras opciones. El jugador, al que Bartomeu prometió una mejora de contrato que nunca llegó, se ha sorprendido de su rol tan residual en el equipo pese a su inestable verano. Durante semanas lo ha manifestado en privado, pero ahora ya lo hace también en público. "No quiero estar en Barcelona paseando por el mar", admitió a su llegada a la concentración de la selección croata.
Rakitic es un jugador ejemplar. Su rendimiento en el Barça desde que aterrizó en el verano de 2014 es el de un futbolista superlativo. Tal vez por eso esperó un gesto del club cuando regresó después de firmar una temporada brutal con el Barça y un Mundial memorable con Croacia. Lo hizo con una oferta del PSG bajo un brazo y la ensoñación de un Inter croata en el otro, con Modric, Brozovic, Perisic, Vrsaljko y él de neroazzurro. Por entonces, Rakitic era intocable para Valverde (el técnico exigió su continuidad para ampliar el contrato).
El jugador, con ofertas que superaban de largo su ficha en el Barça, terminó quedándose y, a excepción del partido de Anfield, volvió a estar magnífico la temporada pasada, con picos como el gol de superclase en el Bernabéu en LaLiga (0-1).
"Que se tomen los culés una cervecita", dijo Rakitic ese día en el que terminó de meterse a los culés en el bolsillo. El recibimiento de la afición en el partido ante el Sevilla de hace unos días, con una ovación de gala, habla del reconocimiento a un jugador que fue capaz de ocupar un sitio importante después de la marcha de Xavi; que ha sostenido al equipo las últimas temporadas; y que también ha dado oxígeno a Sergio Busquets. El doble pivote que Valverde se inventó en la temporada 2017-18 le dio el doblete al Barça. Las circunstancias, sin embargo, han cambiado en los últimos meses.
Nadie en el club quiere dar de momento por cerrada la etapa de Rakitic. El club sabe que la Juventus y el Inter aún lo pretenden, pero también prefiere esperar. Una vez empezado el curso con overbooking, no se permitiría que en el momento clave de la temporada un problema en la zona de creación le arruinase los objetivos. Pero también entiende que la situación de un futbolista acostumbrado a jugar siempre es delicada. Es por eso que si antes del parón de Navidad la situación sigue igual, Rakitic podría salir del Barça cinco años y medio después de haber superado cualquier expectativa.
