La pluma radiactiva y el alarmante silencio de las estaciones de monitoreo rusas tras el accidente nuclear en Severodvinsk
Los sitios en Duban y Kirov forman parte de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares y dejaron de transmitir por "problemas de redes y en las comunicaciones" tras la explosión que dejó al menos siete muertos. Crecen la sospechas de un posible encubrimiento por parte de Moscú y los reportes sobre posible contaminación en Asia
Infobae
Dos estaciones rusas de monitoreo, parte de la red internacional montada por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), dejaron de transmitir datos después de la misteriosa explosión de comienzos de agosto durante la prueba de un motor de propulsión nuclear en el norte de Rusia, según reportó el domingo el periódico estadounidense Wall Street Journal.
El presunto desperfecto, que fue atribuido a "problemas de redes y en las comunicaciones", aumentó la preocupación global ante un posible encubrimiento de parte de Moscú que impida comprender la magnitud del accidente, especialmente dado que el gobierno local en Severodvinsk ya reportó un aumento en los niveles de radiación y que la autoridad noruega de radiación y seguridad nuclear (DSA) detectó pequeñas cantidades de yodo radiactivo en al aire.
Las estaciones están ubicadas en Dubna y Kirov y dejaron de transmitir información dos días después de la explosión ocurrida el 8 de agosto.
Lassina Zerbo, secretario ejecutivo de la CTBTO, contó al Wall Street Journal que la organización contactó de inmediato al personal ubicado en las estaciones para consultar por qué se había suspendido la transmisión de información, y las autoridades rusas indicaron que estaba experimentando "problemas de redes y en las comunicaciones".
"Estamos esperando reportes para saber cuándo las estaciones o las comunicaciones volverán a funcionar completamente" explicó Zerbo, sin hacer referencia a la causa.
El director ejecutivo también se expresó a través de su cuenta de Twitter, confirmado los "problemas técnicos" en las dos estaciones y divulgando una proyección del posible recorrido de la llamada "pluma" de dispersión de materiales radiactivos en los días posteriores a la explosión.
"El GIF muestra un modelo dispersión de partículas hipotéticas surgidas del accidente del Skyfall del 8/8/19. La masa de aire de estas partículas se agranda con el paso del tiempo ya que los vientos las dispersan luego de algunos días. Una fecha está provista en cada cuadro. Las estaciones de la CTBTO en al mapa pudieron detectar partículas radiactivas si las hubo", explicó Zerbo.
La CTBTO ya había informado el 10 de agosto la detección de la explosión en Severodvinsk, en base a información provista por cuatro estaciones (tres sísmicas y una de sonido).
Estas estaciones de monitoreo son parte de una red internacional establecida para verificar el cumplimiento del CTBT, un tratado de 1992 que prohíbe los ensayos nucleares en todo el planeta y que aunque no ha entrado aún en efecto, ya que restan numerosas ratificaciones (entre estas la de Estados Unidos) por parte de los países firmantes, ha recibido un enorme apoyo de la comunidad internacional.
La red de la CTBTO, que tiene la capacidad de monitorear movimientos sísmicos, ondas de sonido y partículas radiactivas, entre otros indicadores, ha sido instrumental en la detección temprana de los ensayos nucleares de Corea del Norte, considerados ilegales por el derecho internacional, así como también de otras explosiones de gran magnitud, como la sufrida por el submarino argentino ARA San Juan en 2017.
Rusia es uno de sus principales miembros (firmó y ratificó) y mantiene numerosas estaciones en su territorio, que comparten información con todos los 184 firmantes del CTBT, incluyendo los Estados Unidos.
En la explosión de dos semanas atrás ocurrida en una plataforma marina en Nyonoksa, en los alrededores de Severodvinsk en la región de Arkhangelsk en el norte de Rusia, murieron siete personas (cinco científicos y dos militares) que estaban trabajando en un motor experimental de propulsión nuclear y varias más resultaron heridas.
Se cree que este dispositivo está destinado a propulsar al vanguardista misil de crucero con capacidad nuclear 9M730 Burevestnik (también conocido como Skyfall), presentado el año pasado por el presidente Vladimir Putin.
Desde el comienzo, y en medio de reportes contradictorios que incluyeron una evacuación que luego no pareció tal, Moscú intentó restar importancia al hecho y aseguró que los niveles de radiación en la zona eran normales.
Ese mismo día, sin embargo, la oficina de defensa civil de Severodvinsk anunció un alza de tres veces el nivel de radiación permisible que habría durado cerca de 30 minutos.
Finalmente, cinco días después de la explosión el Servicio Federal de Hidrometeorología y Vigilancia Ambiental de Rusia (Rosgidromet) anunció que había registrado niveles de radiación gamma (una de las más poderosas y peligrosas para la vida) que oscilaron entre 4 y 16 veces por encima de los valores normales el 8 de agosto, durante unos 90 minutos, según indicó la agencia rusa TASS.
El más reciente reporte de una posible liberación de radiación fue el de la DSA publicado la semana pasada.
Daryl Kimball, director ejecutivo de la estadounidense Asociación para el Control de Armas, dijo al Wall Street Journal que es una "extraña coincidencia" que las estaciones hayan dejado de enviar información después del incidente.
"Esto probablemente se deba a que buscan esconder detalles técnicos del sistema de propulsión nuclear que están intentando desarrollar, por ahora sin éxito. Pero esta no es una razón legítima para suspender las transmisiones en el marco del CTBT", consideró.
Es posible que las dudas generadas provoquen un daño en la credibilidad de Rusia y la efectividad del CTBT, con base en Austria, firmado por 184 países y ratificado por 168, en un contexto de fuertes debilidades en la arquitectura legal del desarme y la no proliferación nuclear.
Estados Unidos y Rusia, inmersos en una escalada de tensiones y una nueva carrera de armas nucleares, ya están en proceso de desmantelar el tratado INF que firmaron en 1987 y prohíbe el desarrollo de misiles nucleares de corto y medio alcance.
Por otro lado, ambos países deben renegociar el tratado New START de reducción de armas nucleares estratégicas firmado en 2010 y que expirará en 2021, sin que haya garantías de una extensión posible.
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Dos estaciones rusas de monitoreo, parte de la red internacional montada por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), dejaron de transmitir datos después de la misteriosa explosión de comienzos de agosto durante la prueba de un motor de propulsión nuclear en el norte de Rusia, según reportó el domingo el periódico estadounidense Wall Street Journal.
El presunto desperfecto, que fue atribuido a "problemas de redes y en las comunicaciones", aumentó la preocupación global ante un posible encubrimiento de parte de Moscú que impida comprender la magnitud del accidente, especialmente dado que el gobierno local en Severodvinsk ya reportó un aumento en los niveles de radiación y que la autoridad noruega de radiación y seguridad nuclear (DSA) detectó pequeñas cantidades de yodo radiactivo en al aire.
Las estaciones están ubicadas en Dubna y Kirov y dejaron de transmitir información dos días después de la explosión ocurrida el 8 de agosto.
Lassina Zerbo, secretario ejecutivo de la CTBTO, contó al Wall Street Journal que la organización contactó de inmediato al personal ubicado en las estaciones para consultar por qué se había suspendido la transmisión de información, y las autoridades rusas indicaron que estaba experimentando "problemas de redes y en las comunicaciones".
"Estamos esperando reportes para saber cuándo las estaciones o las comunicaciones volverán a funcionar completamente" explicó Zerbo, sin hacer referencia a la causa.
El director ejecutivo también se expresó a través de su cuenta de Twitter, confirmado los "problemas técnicos" en las dos estaciones y divulgando una proyección del posible recorrido de la llamada "pluma" de dispersión de materiales radiactivos en los días posteriores a la explosión.
"El GIF muestra un modelo dispersión de partículas hipotéticas surgidas del accidente del Skyfall del 8/8/19. La masa de aire de estas partículas se agranda con el paso del tiempo ya que los vientos las dispersan luego de algunos días. Una fecha está provista en cada cuadro. Las estaciones de la CTBTO en al mapa pudieron detectar partículas radiactivas si las hubo", explicó Zerbo.
La CTBTO ya había informado el 10 de agosto la detección de la explosión en Severodvinsk, en base a información provista por cuatro estaciones (tres sísmicas y una de sonido).
Estas estaciones de monitoreo son parte de una red internacional establecida para verificar el cumplimiento del CTBT, un tratado de 1992 que prohíbe los ensayos nucleares en todo el planeta y que aunque no ha entrado aún en efecto, ya que restan numerosas ratificaciones (entre estas la de Estados Unidos) por parte de los países firmantes, ha recibido un enorme apoyo de la comunidad internacional.
La red de la CTBTO, que tiene la capacidad de monitorear movimientos sísmicos, ondas de sonido y partículas radiactivas, entre otros indicadores, ha sido instrumental en la detección temprana de los ensayos nucleares de Corea del Norte, considerados ilegales por el derecho internacional, así como también de otras explosiones de gran magnitud, como la sufrida por el submarino argentino ARA San Juan en 2017.
Rusia es uno de sus principales miembros (firmó y ratificó) y mantiene numerosas estaciones en su territorio, que comparten información con todos los 184 firmantes del CTBT, incluyendo los Estados Unidos.
En la explosión de dos semanas atrás ocurrida en una plataforma marina en Nyonoksa, en los alrededores de Severodvinsk en la región de Arkhangelsk en el norte de Rusia, murieron siete personas (cinco científicos y dos militares) que estaban trabajando en un motor experimental de propulsión nuclear y varias más resultaron heridas.
Se cree que este dispositivo está destinado a propulsar al vanguardista misil de crucero con capacidad nuclear 9M730 Burevestnik (también conocido como Skyfall), presentado el año pasado por el presidente Vladimir Putin.
Desde el comienzo, y en medio de reportes contradictorios que incluyeron una evacuación que luego no pareció tal, Moscú intentó restar importancia al hecho y aseguró que los niveles de radiación en la zona eran normales.
Ese mismo día, sin embargo, la oficina de defensa civil de Severodvinsk anunció un alza de tres veces el nivel de radiación permisible que habría durado cerca de 30 minutos.
Finalmente, cinco días después de la explosión el Servicio Federal de Hidrometeorología y Vigilancia Ambiental de Rusia (Rosgidromet) anunció que había registrado niveles de radiación gamma (una de las más poderosas y peligrosas para la vida) que oscilaron entre 4 y 16 veces por encima de los valores normales el 8 de agosto, durante unos 90 minutos, según indicó la agencia rusa TASS.
El más reciente reporte de una posible liberación de radiación fue el de la DSA publicado la semana pasada.
Daryl Kimball, director ejecutivo de la estadounidense Asociación para el Control de Armas, dijo al Wall Street Journal que es una "extraña coincidencia" que las estaciones hayan dejado de enviar información después del incidente.
"Esto probablemente se deba a que buscan esconder detalles técnicos del sistema de propulsión nuclear que están intentando desarrollar, por ahora sin éxito. Pero esta no es una razón legítima para suspender las transmisiones en el marco del CTBT", consideró.
Es posible que las dudas generadas provoquen un daño en la credibilidad de Rusia y la efectividad del CTBT, con base en Austria, firmado por 184 países y ratificado por 168, en un contexto de fuertes debilidades en la arquitectura legal del desarme y la no proliferación nuclear.
Estados Unidos y Rusia, inmersos en una escalada de tensiones y una nueva carrera de armas nucleares, ya están en proceso de desmantelar el tratado INF que firmaron en 1987 y prohíbe el desarrollo de misiles nucleares de corto y medio alcance.
Por otro lado, ambos países deben renegociar el tratado New START de reducción de armas nucleares estratégicas firmado en 2010 y que expirará en 2021, sin que haya garantías de una extensión posible.