Túnez prohibió el 'niqab' en las instituciones públicas por razones de seguridad

Se trata de una disposición del primer ministro, que no aceptará el ingreso de personas con el rostro cubierto a dependencias estatales. La semana pasada hubo un doble atentado suicida en la capital

Infobae
El primer ministro tunecino, Youssef Chahed, anunció el viernes la prohibición del uso del niqab o velo integral en las administraciones públicas "por razones de seguridad", informó la prensa local.


Chahed firmó una circular de "ejecución inmediata" para prohibir "el acceso a las administraciones e instituciones públicas de toda persona que cubra su rostro".

Un atuendo que estaba estrictamente prohibido durante las dos décadas del régimen de Zine El Abidine Ben Ali, que llevó a cabo una dura campaña de represión contra los islamistas, y que volvió a resurgir tras la llamada "Revolución de los Jazmines" en 2011.

Esta decisión se produce una semana después del doble ataque suicida perpetrado en la capital y reivindicado por la organización yihadista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), que causó la muerte de dos personas e hirió a otras siete.

El pasado martes efectivos de la brigada de lucha contra el terrorismo mataron al supuesto cerebro de este atentado, Ayman Smiri, un joven de 23 años y originario de la capital, calificado por las autoridades como un dirigente "muy activo y peligroso".

El presidente del país, Beji Caid Essebsi, anunció el pasado mes de abril la extensión por un mes más del estado de emergencia impuesto en Túnez, que comenzó tras el atentado yihadista que acabó con la vida de 12 guardias presidenciales en 2015 en el centro de la capital.

Dos atentados previos ese mismo año, en la capital y en la ciudad balneario de Sousa, terminaron asimismo con la vida de 60 turistas extranjeros.

Los atentados, que hundieron el turismo, una de la principales industrias de un país sumido en una grave crisis económica, también fueron reivindicados por una rama salafista local vinculada al Estado Islámico.

Túnez es el cuarto país del mundo en número de radicales que se han sumado al grupo terrorista, solo superado por Rusia, Arabia Saudí y Jordania.

Los últimos atentados se han producido a apenas cuatro meses de unas elecciones presidenciales y legislativas que se consideran cruciales para el futuro del país.

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