Misión Apolo 11: 50 años de la llegada del hombre a la Luna
Hace 50 años el mundo fue testigo de la llegada del hombre a la Luna, una hazaña que marcó la historia de la humanidad.
Los Tiempos
La carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética por posar a un ser humano en la Luna se resolvió el 20 de julio de 1969, la misión del Apollo 11 de la NASA coronaba, tras cuatro días de viaje espacial, su objetivo. Neil Amstrong se convertía así en el primer astronauta en pisar la Luna. Fue entonces cuando pronunció la histórica frase: “Este es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”.
El 16 de julio de 1969 despegó desde Cabo Cañaveral (EEUU) el cohete Saturno V que llevó hasta la Luna a Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, una aventura en la que se involucraron decenas de ingenieros y matemáticos de la agencia espacial estadounidense NASA, además de miles de personas de otros ámbitos.
“Este gran salto para la humanidad” fue visto por 600 millones de personas gracias a las instalaciones del Observatorio Parkes en Australia.
Armstrong y Aldrin pasaron horas haciendo pruebas, tomando imágenes y recogiendo muestras en superficie. Luego despegaron en la parte superior del Eagle al encuentro del módulo de mando Columbia, donde Michael Collins les esperaba orbitando la Luna para volver a la Tierra.
Muestras y experimentos
Armstrong y Aldrin recolectaron muestras y colocaron cinco experimentos científicos en la Luna.
Los experimentos pioneros para su época eran tan valiosos que uno de ellos aún sigue generando datos medio siglo después. Y las rocas traídas a la tierra siguen siendo analizadas.
Las muestras “permitieron determinar que la Luna efectivamente tenía la misma edad que la Tierra”, explicó a BBC Mundo Adriana Ocampo, geóloga planetaria de la NASA.
El análisis de la mineralogía lunar confirmó además “que la Luna es realmente un fragmento de la Tierra y está compuesta por los mismos minerales”.
Para la experta de la NASA, la información científica recaudada “fue un salto épico”.
“Sabíamos muy poco. Había varias teorías sobre la formación de la Luna, una de ellas era que a lo mejor había sido atraída por el campo gravitacional de la Tierra”.
46 años sin volver a la Luna
La hazaña del Apolo 11 estremeció al mundo. Los pasos de Armstrong fueron seguidos por los de Edwin “Buzz” Aldrin, poco después. Otras cinco expediciones de la NASA llegaron allí en los años siguientes, hasta diciembre de 1972, cuando Eugene Cernan cerró el ciclo de los alunizajes.
Después de él, ningún ser humano volvió al satélite natural de la Tierra en más de 46 años.
Muchas teorías conspirativas se generaron desde entonces para apoyar la idea de que los alunizajes nunca tuvieron lugar y que las imágenes que se difundieron no fueron más que montajes del gobierno estadounidense.
Con la hazaña de Armstrong, EEUU finalmente ganaba una batalla en la carrera espacial que tenía con la entonces Unión Soviética, que ya había puesto antes a una perra y a un tripulante, Yuri Gagarin, en el espacio.
Pero la gesta resultaba extremadamente cara.
“Enviar una nave tripulada a la Luna era excesivamente costoso y realmente no ha existido una justificación verdaderamente científica para sostenerla”, explicó a BBC Mundo Michael Rich, profesor de Astronomía de la Universidad de California en Los Ángeles, en 2017.
De acuerdo con el especialista, más allá del interés científico, detrás de las misiones a la Luna se encontraban motivos políticos y propagandísticos.
Con los años, con la Luna “conquistada” por Estados Unidos, el regreso al satélite comenzó a perder interés.
“No había una justificación científica ni política para volver”, afirmó Rich.
Ir a Marte y a la Luna
La NASA conmemora los 50 años de la llegada del hombre a la Luna ensalzando el legado que dejó la misión Apolo 11 y las puertas que abrió para la exploración espacial, cuya siguiente meta es establecer una presencia humana permanente en el satélite terrestre y llegar a Marte.
“Nos hizo ver al cielo ya no más como una barrera, sino como una puerta de entrada”, dijo el presentador de televisión Stephen Colbert, uno de los rostros conocidos que ayer participaron en una transmisión especial de la agencia espacial estadounidense.
El Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida), será escenario de un evento especial con motivo de este hito y del que será parte el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, quien se prevé hable sobre la misión Artemisa, el proyecto con el que se espera enviar a un hombre y una mujer a la superficie lunar en 2024.
Un regreso que no será de ida y vuelta como hace 50 años, porque el objetivo último del programa Artemisa es establecer una presencia permanente en la Luna, puerta hacia el próximo objetivo: Marte.
El ingeniero espacial argentino Pablo de León, que está diseñando para la NASA dos prototipos de trajes espaciales para la Luna y Marte, cree que es “bastante optimista” pensar en volver al satélite en 2024. Para comenzar, los astronautas aún no tienen qué ponerse.
DATOS CURIOSOS
Entérese de algunas curiosidades y anécdotas de la misión Apolo 11.
1. La tripulación del Apolo 11 tuvo que viajar a la Luna sin seguro de vida, pues ninguna compañía quería asumir el riesgo. La solución la acabó dando un grupo filatélico, que fue crear unas tarjetas postales con un diseño especial y la firma de los tres, las cuales quedaron en posesión de sus familias por si la misión fallaba.
2. Los trajes espaciales de la misión Apolo 11 fueron confeccionados a mano por trabajadores de la marca de lencería Playtex. Estaban compuestos por 21 capas aislantes y protectoras hechas con diferentes materiales como nailon, neopreno, teflón o nomex.
3. Horas antes del lanzamiento, un fallo en uno de los satélites (el Intelsat 3) amenaza con frustrar la misión, pero apenas dos horas y cinco minutos antes de la hora especialistas de la Compañía Telefónica Nacional de España y de la NASA consiguen una solución alternativa que garantiza la comunicación permanente con los astronautas.
4. “Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Esta es la frase que dijo Neil Armstrong al pisar la Luna, una frase que casi solo él sabía y con la que después hubo polémica: ¿un pequeño paso para “el hombre” o para “un hombre”? Él siempre insistió en que dijo para “un hombre” y las tecnologías más avanzadas, como un software de edición de sonido, además de expertos en lingüística y audio, le dieron la razón casi cuatro décadas después.
5. La bandera de la misión Apolo 11 ya no está en el mismo lugar; la situaron demasiado cerca del módulo lunar y este la tiró al suelo cuando arrancaron los motores para abandonar la Luna.
Quedan otras cinco banderas de misiones posteriores, aunque ahora son blancas por la radiación ultravioleta.
6. Los espectadores que asistieron al lanzamiento desde Cabo Cañaveral se encontraban a 5,6 kilómetros de distancia de la zona de despegue. La NASA había calculado que la distancia mínima de seguridad para observar tal acontecimiento era 4,8 kilómetros, por si se producía alguna explosión.
Desde sus casas, bares y otros emplazamientos, 600 millones de telespectadores de todo el mundo escucharon las primeras palabras de Armstrong.
7. La casa de subastas Sotheby’s de Nueva York vendió por 1,8 millones de dólares una bolsa con restos de polvo lunar utilizada por Armstrong.
La bolsa podría ser la única muestra de material lunar que se encuentra legalmente en manos privadas, ya que la mayor parte del equipamiento del Apolo 11 se conserva en la colección nacional del Museo Smithsonian de Washington.
Debido a un malentendido burocrático, fue ofrecida por error en una subasta pública en febrero de 2015 y terminó en manos de una abogada de Chicago Nancy Lee Carlson, que la adquirió por 995 dólares.
Carlson envió el polvo gris oscuro a la NASA, que verificó su autenticidad y lo confiscó como propiedad del Gobierno, ya que la posesión privada de objetos lunares está prohibida. La abogada presentó una demanda y un juez determinó que, al haberla adquirido legalmente, tenía derecho a conservarla.
8. “Buzz” Aldrin fue el único astronauta que ha celebrado un oficio religioso en la Luna: pidió permiso a la iglesia presbiteriana para poder tomar la comunión, por eso se llevó un lote compuesto de una forma sagrada y un poco de vino.
Los Tiempos
La carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética por posar a un ser humano en la Luna se resolvió el 20 de julio de 1969, la misión del Apollo 11 de la NASA coronaba, tras cuatro días de viaje espacial, su objetivo. Neil Amstrong se convertía así en el primer astronauta en pisar la Luna. Fue entonces cuando pronunció la histórica frase: “Este es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”.
El 16 de julio de 1969 despegó desde Cabo Cañaveral (EEUU) el cohete Saturno V que llevó hasta la Luna a Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, una aventura en la que se involucraron decenas de ingenieros y matemáticos de la agencia espacial estadounidense NASA, además de miles de personas de otros ámbitos.
“Este gran salto para la humanidad” fue visto por 600 millones de personas gracias a las instalaciones del Observatorio Parkes en Australia.
Armstrong y Aldrin pasaron horas haciendo pruebas, tomando imágenes y recogiendo muestras en superficie. Luego despegaron en la parte superior del Eagle al encuentro del módulo de mando Columbia, donde Michael Collins les esperaba orbitando la Luna para volver a la Tierra.
Muestras y experimentos
Armstrong y Aldrin recolectaron muestras y colocaron cinco experimentos científicos en la Luna.
Los experimentos pioneros para su época eran tan valiosos que uno de ellos aún sigue generando datos medio siglo después. Y las rocas traídas a la tierra siguen siendo analizadas.
Las muestras “permitieron determinar que la Luna efectivamente tenía la misma edad que la Tierra”, explicó a BBC Mundo Adriana Ocampo, geóloga planetaria de la NASA.
El análisis de la mineralogía lunar confirmó además “que la Luna es realmente un fragmento de la Tierra y está compuesta por los mismos minerales”.
Para la experta de la NASA, la información científica recaudada “fue un salto épico”.
“Sabíamos muy poco. Había varias teorías sobre la formación de la Luna, una de ellas era que a lo mejor había sido atraída por el campo gravitacional de la Tierra”.
46 años sin volver a la Luna
La hazaña del Apolo 11 estremeció al mundo. Los pasos de Armstrong fueron seguidos por los de Edwin “Buzz” Aldrin, poco después. Otras cinco expediciones de la NASA llegaron allí en los años siguientes, hasta diciembre de 1972, cuando Eugene Cernan cerró el ciclo de los alunizajes.
Después de él, ningún ser humano volvió al satélite natural de la Tierra en más de 46 años.
Muchas teorías conspirativas se generaron desde entonces para apoyar la idea de que los alunizajes nunca tuvieron lugar y que las imágenes que se difundieron no fueron más que montajes del gobierno estadounidense.
Con la hazaña de Armstrong, EEUU finalmente ganaba una batalla en la carrera espacial que tenía con la entonces Unión Soviética, que ya había puesto antes a una perra y a un tripulante, Yuri Gagarin, en el espacio.
Pero la gesta resultaba extremadamente cara.
“Enviar una nave tripulada a la Luna era excesivamente costoso y realmente no ha existido una justificación verdaderamente científica para sostenerla”, explicó a BBC Mundo Michael Rich, profesor de Astronomía de la Universidad de California en Los Ángeles, en 2017.
De acuerdo con el especialista, más allá del interés científico, detrás de las misiones a la Luna se encontraban motivos políticos y propagandísticos.
Con los años, con la Luna “conquistada” por Estados Unidos, el regreso al satélite comenzó a perder interés.
“No había una justificación científica ni política para volver”, afirmó Rich.
Ir a Marte y a la Luna
La NASA conmemora los 50 años de la llegada del hombre a la Luna ensalzando el legado que dejó la misión Apolo 11 y las puertas que abrió para la exploración espacial, cuya siguiente meta es establecer una presencia humana permanente en el satélite terrestre y llegar a Marte.
“Nos hizo ver al cielo ya no más como una barrera, sino como una puerta de entrada”, dijo el presentador de televisión Stephen Colbert, uno de los rostros conocidos que ayer participaron en una transmisión especial de la agencia espacial estadounidense.
El Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida), será escenario de un evento especial con motivo de este hito y del que será parte el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, quien se prevé hable sobre la misión Artemisa, el proyecto con el que se espera enviar a un hombre y una mujer a la superficie lunar en 2024.
Un regreso que no será de ida y vuelta como hace 50 años, porque el objetivo último del programa Artemisa es establecer una presencia permanente en la Luna, puerta hacia el próximo objetivo: Marte.
El ingeniero espacial argentino Pablo de León, que está diseñando para la NASA dos prototipos de trajes espaciales para la Luna y Marte, cree que es “bastante optimista” pensar en volver al satélite en 2024. Para comenzar, los astronautas aún no tienen qué ponerse.
DATOS CURIOSOS
Entérese de algunas curiosidades y anécdotas de la misión Apolo 11.
1. La tripulación del Apolo 11 tuvo que viajar a la Luna sin seguro de vida, pues ninguna compañía quería asumir el riesgo. La solución la acabó dando un grupo filatélico, que fue crear unas tarjetas postales con un diseño especial y la firma de los tres, las cuales quedaron en posesión de sus familias por si la misión fallaba.
2. Los trajes espaciales de la misión Apolo 11 fueron confeccionados a mano por trabajadores de la marca de lencería Playtex. Estaban compuestos por 21 capas aislantes y protectoras hechas con diferentes materiales como nailon, neopreno, teflón o nomex.
3. Horas antes del lanzamiento, un fallo en uno de los satélites (el Intelsat 3) amenaza con frustrar la misión, pero apenas dos horas y cinco minutos antes de la hora especialistas de la Compañía Telefónica Nacional de España y de la NASA consiguen una solución alternativa que garantiza la comunicación permanente con los astronautas.
4. “Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Esta es la frase que dijo Neil Armstrong al pisar la Luna, una frase que casi solo él sabía y con la que después hubo polémica: ¿un pequeño paso para “el hombre” o para “un hombre”? Él siempre insistió en que dijo para “un hombre” y las tecnologías más avanzadas, como un software de edición de sonido, además de expertos en lingüística y audio, le dieron la razón casi cuatro décadas después.
5. La bandera de la misión Apolo 11 ya no está en el mismo lugar; la situaron demasiado cerca del módulo lunar y este la tiró al suelo cuando arrancaron los motores para abandonar la Luna.
Quedan otras cinco banderas de misiones posteriores, aunque ahora son blancas por la radiación ultravioleta.
6. Los espectadores que asistieron al lanzamiento desde Cabo Cañaveral se encontraban a 5,6 kilómetros de distancia de la zona de despegue. La NASA había calculado que la distancia mínima de seguridad para observar tal acontecimiento era 4,8 kilómetros, por si se producía alguna explosión.
Desde sus casas, bares y otros emplazamientos, 600 millones de telespectadores de todo el mundo escucharon las primeras palabras de Armstrong.
7. La casa de subastas Sotheby’s de Nueva York vendió por 1,8 millones de dólares una bolsa con restos de polvo lunar utilizada por Armstrong.
La bolsa podría ser la única muestra de material lunar que se encuentra legalmente en manos privadas, ya que la mayor parte del equipamiento del Apolo 11 se conserva en la colección nacional del Museo Smithsonian de Washington.
Debido a un malentendido burocrático, fue ofrecida por error en una subasta pública en febrero de 2015 y terminó en manos de una abogada de Chicago Nancy Lee Carlson, que la adquirió por 995 dólares.
Carlson envió el polvo gris oscuro a la NASA, que verificó su autenticidad y lo confiscó como propiedad del Gobierno, ya que la posesión privada de objetos lunares está prohibida. La abogada presentó una demanda y un juez determinó que, al haberla adquirido legalmente, tenía derecho a conservarla.
8. “Buzz” Aldrin fue el único astronauta que ha celebrado un oficio religioso en la Luna: pidió permiso a la iglesia presbiteriana para poder tomar la comunión, por eso se llevó un lote compuesto de una forma sagrada y un poco de vino.