El Real Madrid no contempla renombrar el Santiago Bernabéu
David Hopkinson, Director Global de Alianzas, considera que el estadio "no se beneficiaría de un nombre corporativo"
D. GÓMEZ
Madrid, El País
A pesar de que se ha especulado mucho durante los últimos tiempos sobre el interés del Real Madrid en buscar un apellido corporativo para el nombre del estadio, el club no tiene en sus planes renombrar el Santiago Bernabéu para añadir una firma comercial. Así lo confiesa David Hopkinson, Director Global de Alianzas, en una entrevista publicada este miércoles en la web de World Football Summit, el evento internacional de la industria del fútbol que se celebrará en Madrid el próximo mes de septiembre y en el que el directivo del Real Madrid será uno de los ponentes.
"Creo que todo es posible, pero no estamos trabajando en eso en este momento. Mi opinión personal es que tenemos una enorme gama de oportunidades que no requieren cambiar el nombre del estadio. No estoy seguro de que poner un nombre corporativo fuera lo correcto. De hecho, probablemente sería un error. Hay ciertos estadios alrededor del mundo que son icónicos, como Old Trafford o el Madison Square Garden, que creo que no se beneficiarían de un nombre corporativo. Creo que el Santiago Bernabéu sería uno de ellos", afirma Hopkinson.
Para el ejecutivo, que lideró uno de los acuerdos de naming más importantes de la historia del deporte cuando en 2017 el Air Canada Centre (pabellón de los Toronto Raptors) pasó a llamarse Scotiabank Arena para los próximos 20 años a cambio de 800 millones de dólares, la reforma del Bernabéu traerá consigo multitud de oportunidades. "Si miramos a la historia del club, la construcción del Bernabéu ya supuso un punto de inflexión importante. Inauguró una era de enorme crecimiento para el club y nosotros queremos hacer exactamente lo mismo. Este estadio, una vez que esté terminado, cambiará la cara del fútbol a nivel global y desde luego cambiará la cara de Madrid tanto dentro como fuera del ámbito deportivo", asegura Hopkinson, que cree que la obra, comenzada el pasado 27 de junio, "roza la reconstrucción y supondrá una verdadera modernización del estadio" cuando acabe dentro de tres años y medio, si todo marcha como está previsto.
"Tenemos que hacer feliz a nuestra audiencia, se trata de mejorar la experiencia del aficionado. Techo retráctil, servicios premium, un nuevo abanico de experiencias para los fans y todas las posibilidades que nos ofrecerán las herramientas tecnológicas para mejorar la experiencia de nuestros seguidores", enumera el canadiense, que considera la obra como un "un momento crucial" de la historia del club: "Probaremos cosas, unas funcionarán bien enseguida, otras tardarán un tiempo y otras no funcionarán y la gente las rechazará. Será una experiencia de aprendizaje para todos, pero eso está bien. Tenemos que probar cosas, experimentar, perseverar en lo que funcione y entender el porqué de las propuestas que no funcionaron".
Pero los planes de Hopkinson no acaban con las posibilidades que ofrecerá la reforma del estadio. El directivo ya vislumbra oportunidades de acuerdos comerciales con otras nuevas vías de acción del club, como por ejemplo la decisión de crear la sección femenina de fútbol: "He hablado con muchos partners reales y potenciales que están igualmente entusiasmados y que me dicen que realmente necesitaban que diéramos este paso. Es una forma de demostrar con hechos que nos importa la inclusión, que estamos comprometidos con la igualdad y nuestro compromiso con los valores sociales".
D. GÓMEZ
Madrid, El País
A pesar de que se ha especulado mucho durante los últimos tiempos sobre el interés del Real Madrid en buscar un apellido corporativo para el nombre del estadio, el club no tiene en sus planes renombrar el Santiago Bernabéu para añadir una firma comercial. Así lo confiesa David Hopkinson, Director Global de Alianzas, en una entrevista publicada este miércoles en la web de World Football Summit, el evento internacional de la industria del fútbol que se celebrará en Madrid el próximo mes de septiembre y en el que el directivo del Real Madrid será uno de los ponentes.
"Creo que todo es posible, pero no estamos trabajando en eso en este momento. Mi opinión personal es que tenemos una enorme gama de oportunidades que no requieren cambiar el nombre del estadio. No estoy seguro de que poner un nombre corporativo fuera lo correcto. De hecho, probablemente sería un error. Hay ciertos estadios alrededor del mundo que son icónicos, como Old Trafford o el Madison Square Garden, que creo que no se beneficiarían de un nombre corporativo. Creo que el Santiago Bernabéu sería uno de ellos", afirma Hopkinson.
Para el ejecutivo, que lideró uno de los acuerdos de naming más importantes de la historia del deporte cuando en 2017 el Air Canada Centre (pabellón de los Toronto Raptors) pasó a llamarse Scotiabank Arena para los próximos 20 años a cambio de 800 millones de dólares, la reforma del Bernabéu traerá consigo multitud de oportunidades. "Si miramos a la historia del club, la construcción del Bernabéu ya supuso un punto de inflexión importante. Inauguró una era de enorme crecimiento para el club y nosotros queremos hacer exactamente lo mismo. Este estadio, una vez que esté terminado, cambiará la cara del fútbol a nivel global y desde luego cambiará la cara de Madrid tanto dentro como fuera del ámbito deportivo", asegura Hopkinson, que cree que la obra, comenzada el pasado 27 de junio, "roza la reconstrucción y supondrá una verdadera modernización del estadio" cuando acabe dentro de tres años y medio, si todo marcha como está previsto.
"Tenemos que hacer feliz a nuestra audiencia, se trata de mejorar la experiencia del aficionado. Techo retráctil, servicios premium, un nuevo abanico de experiencias para los fans y todas las posibilidades que nos ofrecerán las herramientas tecnológicas para mejorar la experiencia de nuestros seguidores", enumera el canadiense, que considera la obra como un "un momento crucial" de la historia del club: "Probaremos cosas, unas funcionarán bien enseguida, otras tardarán un tiempo y otras no funcionarán y la gente las rechazará. Será una experiencia de aprendizaje para todos, pero eso está bien. Tenemos que probar cosas, experimentar, perseverar en lo que funcione y entender el porqué de las propuestas que no funcionaron".
Pero los planes de Hopkinson no acaban con las posibilidades que ofrecerá la reforma del estadio. El directivo ya vislumbra oportunidades de acuerdos comerciales con otras nuevas vías de acción del club, como por ejemplo la decisión de crear la sección femenina de fútbol: "He hablado con muchos partners reales y potenciales que están igualmente entusiasmados y que me dicen que realmente necesitaban que diéramos este paso. Es una forma de demostrar con hechos que nos importa la inclusión, que estamos comprometidos con la igualdad y nuestro compromiso con los valores sociales".