Messi sigue sin brillar: todos los cañones apuntan a Brasil
El capitán de Argentina volvió a jugar un flojo partido contra Venezuela. En semifinales, las esperanzas de su equipo estarán depositadas en él.
Nicolás Mirelman
As
El equipo de Lionel Scaloni sigue sin convencer, pero avanza. Y más allá de algunas buenas intenciones, parte de ese discreto nivel tiene que ver con que Lionel Messi continúa sin mostrar su mejor cara.
Este viernes contra Venezuela, desde el comienzo se vio a una Argentina dominadora, pero por momentos prescindiendo de su principal figura. Es que Leo, otra vez, apareció de manera muy intermitente y estuvo bien contenido por la defensa venezolana.
Quizás su mayor aporte en los primeros 45 minutos haya sido acaparar la atención de la última línea rival, buscando su posición a espaldas de los mediocampistas, para así liberar a compañeros suyos que lograron gravitar un poco más, como Lautaro Martínez, Rodrigo De Paul y el propio Sergio Agüero.
Con algunas imprecisiones en la puntada final, no tan fino en la ejecución de la pelota parada y persistente a la hora de encarar aunque sin demasiado éxito, la versión del 10 en ese tramo del encuentro estuvo en sintonía con el resto de su Copa América.
En el complemento bajó el rendimiento general del equipo y el del capitán no creció. La Albiceleste se retrasó, cedió la iniciativa y tampoco contó con demasiadas chances de contragolpe hasta el segundo gol, de manera que Messi pasó casi desapercibido.
Argentina está en semifinales con un escaso aporte de su abanderado en lo que va del certamen. Ahora, sin embargo, llega la gran oportunidad: ante Brasil, todas las esperanzas estarán puestas en que el hombre del Barcelona aparezca para darle un plus a la Selección cuando más lo necesita.
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El equipo de Lionel Scaloni sigue sin convencer, pero avanza. Y más allá de algunas buenas intenciones, parte de ese discreto nivel tiene que ver con que Lionel Messi continúa sin mostrar su mejor cara.
Este viernes contra Venezuela, desde el comienzo se vio a una Argentina dominadora, pero por momentos prescindiendo de su principal figura. Es que Leo, otra vez, apareció de manera muy intermitente y estuvo bien contenido por la defensa venezolana.
Quizás su mayor aporte en los primeros 45 minutos haya sido acaparar la atención de la última línea rival, buscando su posición a espaldas de los mediocampistas, para así liberar a compañeros suyos que lograron gravitar un poco más, como Lautaro Martínez, Rodrigo De Paul y el propio Sergio Agüero.
Con algunas imprecisiones en la puntada final, no tan fino en la ejecución de la pelota parada y persistente a la hora de encarar aunque sin demasiado éxito, la versión del 10 en ese tramo del encuentro estuvo en sintonía con el resto de su Copa América.
En el complemento bajó el rendimiento general del equipo y el del capitán no creció. La Albiceleste se retrasó, cedió la iniciativa y tampoco contó con demasiadas chances de contragolpe hasta el segundo gol, de manera que Messi pasó casi desapercibido.
Argentina está en semifinales con un escaso aporte de su abanderado en lo que va del certamen. Ahora, sin embargo, llega la gran oportunidad: ante Brasil, todas las esperanzas estarán puestas en que el hombre del Barcelona aparezca para darle un plus a la Selección cuando más lo necesita.
