Los paraísos turísticos del Pacífico que pueden quedar devastados en medio de la nueva ruta del narcotráfico latinoamericano

Expertos advierten que las islas cercanas a Australia están entrando en el espiral de violencia y criminalidad por la circulación de drogas en la región

Infobae
No son el destino principal de la droga, pero la huella de los narcos es cada vez más grande. Paraísos turísticos del Pacífico, ubicados justo en la ruta que une a América Latina con Australia y Nueva Zelanda, están sufriendo las consecuencias del notorio aumento del tráfico de cocaína y metanfetaminas, dejando de ser una escala para convertirse en un nuevo foco de epidemias de adicciones.


Los compradores de Australia y Nueva Zelanda pagan uno de los precios más altos por la cocaína (cerca de USD 200 por gramo) y tienen una alta tasa de consumo. En simultáneo, la producción en Colombia y otros países de la región tienen una producción récord de la droga, con menores costos de insumos. La combinación hace cada vez más atractiva a esta ruta marítima.

En el camino, países como Fiji, Vanuatu, Papúa Nueva Guinea, Tonga o Nueva Caledonia sufren el uso de sus atractivas playas como un depósito o escala, pero el problema ya no es solo de paso: llegó para quedarse.

"La región está siendo erosionada por las organizaciones criminales. El panorama delictivo se ha desarrollado mucho más rápido que las respuestas de las autoridades y sus colaboradores", advirtió el investigador Jose Sousa-Santos, en declaraciones a The Guardian, portal que ha publicado extensos reportes sobre el tema. El académico, que investiga el crimen transnacional en la Universidad Massey en Nueva Zelanda, agregó que la tendencia refleja un notorio aumento.

En un principio, los narcotraficantes pagaban a los residentes locales por diversos servicios durante su recorrido, pero la moneda usada era una fracción de la mercancía. Así, países que no tenían problemas de drogas comenzaron a notar un aumento de las adicciones. Además, también participaron de la cadena los habituales turistas que circulan las atractivas islas, parte de los cuales tiene una demanda por sustancias ilícitas.

"A menos que se realicen esfuerzos concretos para abordar esta amenaza, los carteles tomarán el control de la región, impactando en la gobernanza y habilitando la corrupción y la infiltración en las autoridades, las aduanas y la defensa", alertó Sousa-Santos. Una situación que, sin duda, afectaría la industria turística, uno de los sostenes de estas islas.

Además, el académico también urgió a los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda a que tomen cartas en el asunto: "Necesitan tomar la responsabilidad y asociarse con los estados del Pacífico para tomar acciones estratégicas decisivas. No quieren tener cerca a una región dominada por los carteles". En ese sentido, señaló que Canberra y Wellington deben ser conscientes que esta incipiente crisis nación por la demanda de sus propios ciudadanos que buscaban cocaína y metanfetaminas.

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