Estados Unidos y China sacan músculo militar en el Pacífico en medio de sus tensiones comerciales

Los titulares de Defensa de ambos países se reúnen en un foro de Seguridad en Singapur

Paloma Almoguera
Singapur, El País
El Pacífico, o el Indo-Pacífico, si es Estados Unidos el que a él se refiere, lleva años siendo el escenario principal del pulso de poder entre las dos primeras economías mundiales. Pero es ahora, con Washington y Pekín enzarzados en una disputa comercial y tecnológica con aires de Guerra Fría del siglo XXI, cuando esta zona se convierte en el lugar ideal en el que mostrar músculo militar, verter amenazas más o menos subrepticias y buscar –o consolidar- aliados para cada bando, como ambos países han hecho este fin de semana durante un foro de Seguridad en Singapur.


“El enclave prioritario de nuestra estrategia está justo aquí, en el Indo-Pacífico”, aseguró durante su intervención en el Diálogo Shangri-La (el foro de Seguridad más importante de Asia) el secretario estadounidense de Defensa en funciones, Patrick Shanahan. “Ninguna nación puede, o debería, dominar el Indo-Pacífico”, subrayó, aludiendo indirectamente a China y empleando el término que EE UU utiliza para incluir a India y contrarrestar así a la segunda economía mundial en la zona.

También sin referirse de forma explícita a la potencia asiática, Shanahan pronunció uno de sus ataques más duros contra Pekín. “Quizás la mayor amenaza en el largo plazo a los intereses vitales de esta región venga por parte de actores que buscan menoscabar, en vez de defender, el orden basado en las normas internacionales”. Ni Corea del Norte, a la que se había referido justo antes, ni las actividades de ISIS en la zona, recientemente expuestas en los atentados de Sri Lanka: el mayor riesgo es, para la administración de Donald Trump, el gigante asiático.

Shanahan basó su diatriba en la “militarización” por parte de China de islas del mar de China Meridional disputadas con sus países vecinos. Y de puntillas mencionó la que parece ser la piedra angular del actual conflicto comercial y tecnológico con Pekín: “El patrocinio estatal del robo de la tecnología militar y civil a otras naciones”, aseguró, al tiempo que entraban en vigor este sábado los aranceles del 25% que cada país ha impuesto sobre bienes del otro, por valor de 200.000 millones de dólares en el caso de los productos chinos afectados y 60.000 en el de los estadounidenses. Esas sospechas a las que alude el secretario de Defensa están detrás de la decisión de EE UU de incluir al gigante chino de teléfonos y tabletas Huawei en una lista negra, lo que ha llevado el conflicto bilateral a un nuevo nivel.

El jefe del Pentágono desveló la retahíla de capacidades bélicas de la división de EE UU en el Pacífico –“donde tenemos asignados hasta cuatro veces más efectivos que en cualquier otro escenario”-, y recordó que, aunque Estados Unidos “no busca el conflicto, tener la capacidad de ganar guerras es la mejor forma de prevenirlas”.

China busca lo mismo, y estaría más cerca de lograrlo. La culminación de las reformas de su Ejército brinda a Pekín la oportunidad de presentarse con más confianza en el foro, uno de los aparentes motivos por los que, por primera vez desde 2011, ha enviado a su número uno de Defensa, Wei Fenghe. Aunque se espera que el general responda a las insinuaciones de Shanahan en un discurso el domingo, un alto mando del Ejército chino, Shao Yuanming, ofreció este sábado un adelanto.

“Son ellos (EE UU) quienes están deteriorando la paz y la estabilidad en la región”, dijo Shao, refiriéndose a las acciones de EE UU en Taiwán y en el mar de China Meridional, por el que circulan con asiduidad buques de guerra estadounidenses. China, que considera Taiwán parte de su territorio, ha protestado enérgicamente por la reciente reunión entre los jefes de Seguridad Nacional de Taiwán, David Lee, y EE UU, John Bolton, la primera desde el fin de las relaciones diplomáticas bilaterales en 1979.

Para China es una ocasión de oro de utilizar su peso como principal socio comercial de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) para ganar adeptos, sobre todo ante el temor de sus vecinos a que la guerra comercial les repercuta negativamente. Mientras, Shanahan sedujo a sus socios prometiendo “más acceso a nuestra tecnología y a los beneficios de las inversiones y el progreso de EE UU”.

Shanahan y Wei se reunieron el viernes en Singapur en los márgenes del foro, dejando la puerta abierta al entendimiento. “China todavía puede tener una relación cooperativa con EE UU”, afirmó el estadounidense. Algo que cumpliría los deseos de una región con estrechos lazos tanto económicos como de seguridad con ambas naciones del Pacífico. “Deberíamos hacer todo lo posible para evitar seguir por el camino del conflicto”, declaró en la víspera el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong. O en palabras del ministro de Defensa malasio, Mohamad Sabu: “Queremos a América, pero también a China”.

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