Detectaron actividad en la planta de enriquecimiento de uranio de Corea del Norte que Kim Jong-un había prometido desmantelar
De acuerdo al sitio especializado 38 north y en base a imágenes satelitales, se han reportado movimientos de camiones y personas, así como también obras en el sistema de enfriamiento, en torno a la Planta Producción de Radioisótopos de Yongbyon
Infobae
La planta de enriquecimiento de uranio en Yongbyon, el complejo nuclear de Corea del Norte, continúa en operaciones a pesar de que Pyongyang había prometido desmantelarla, según el sitio especializado 38 North.
Aunque en el resto del complejo no se han detectado grandes actividades, imágenes satelitales tomadas el 28 de mayo muestran también que el dragado del río Kuryong persiste y que se ha montado un conducto elevado en la Planta de Producción de Radioisótopos (RPF).
Asimismo se ha detectado actividad de vehículos, en especial camiones cisterna, posiblemente cargados con el nitrógeno líquido utilizado en el proceso de enriquecimiento, movimientos de equipo y de personal en torno al Complejo de Enriquecimiento de Uranio (UEC).
Estos movimientos sugieren que Yongbyon está aún en funcionamiento, aunque a un menor nivel que en años anteriores.
38 North, un centro de monitoreo de Corea del Norte vinculado al think tank The Stimson Center, considera en base a las imágenes que la actividad en la UEC no sólo persiste, sino que también se podría estar enriqueciendo uranio por medios de sus aproximadamente 4.000 centrífugas. El uranio altamente enriquecido (en niveles cercanos al 80% del isótopo U235), obtenido a través de estas centrífugas, es la principal materia prima, junto al plutonio, de las armas nucleares.
En tanto en la RPF se encontró un conducto que conecta esta planta con otros dos edificios, sin quedar claro su finalidad.
Por otro lado no se detectaron actividades importantes en el Reactor Experimental de Agua Liviana 5 MWe, ni tampoco en el laboratorio radioquímica, ambos dentro del complejo de Yongbyon.
Aunque si se observaron obras en los terraplenes junto a la nueva bomba de agua que abastece el sistema de enfriamiento del reactor, destinadas a mitigar la erosión producida por su uso.
También se notaron obras de dragado en el río junto reactor 5 MWe. No se conoce la razón de estos trabajos, aunque se especula que esté relacionada también a la bomba de agua.
Corea del Norte puso un freno parcial a las actividades Yongbyon tras la cumbre celebrada en junio del año pasado en Singapur entre el líder Kim Jong-un y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En aquel momento los mandatarios aceptaron un compromiso de desnuclearización de la península coreana, pero sin acordar detalles.
Pyongyang también frenó sus ensayos nucleares y de misiles balísticos desde entonces.
En una segunda cumbre realizada en febrero de este año en Vietnam, Kim ofreció el desmantelamiento de Yongbyon como elemento de negociación, pero por razones aún no del todo claras Trump puso fin al diálogo y desde entonces el proceso se ha estancado.
En este contexto 38 North no es el primer medio que reporta una reactivación parcial de las actividades en Yongbyon. En abril lo había indicado el think tank estadounidense Center for Strategic and International Studies (Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales), y poco antes el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) había asegurado haber detectado actividad en febrero.
Para la mayoría de los expertos, sin embargo, Yongbyon no es el único centro de enriquecimiento de uranio ni de investigación del programa nuclear norcoreano, por el cual se han realizado seis enayos nucleares desde al año 2006. El último fue en 2017.
Actualmente se cree que el régimen cuenta con entre 10 y 60 ojivas nucleares, y los misiles balísticos para lanzarlas a distancias extremas.
El programa nuclear norcoreano ha generado una fuerte preocupación en toda la comunidad internacional y el régimen se encuentra afectado por una serie de sanciones económicas impuestas por la ONU y diferentes países.
Aunque el país mantiene en China una línea de vida, fuente de importaciones y comprador de sus exportaciones, relación que le ha permitido sobrevivir a numerosas crisis en sus siete décadas de historia.
Desde la llegada de Trump al poder en 2016, sin embargo,la presión aumentó considerablemente sobre Pyongyang, antes de experimentar una limitada distensión a partir de las cumbres.
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La planta de enriquecimiento de uranio en Yongbyon, el complejo nuclear de Corea del Norte, continúa en operaciones a pesar de que Pyongyang había prometido desmantelarla, según el sitio especializado 38 North.
Aunque en el resto del complejo no se han detectado grandes actividades, imágenes satelitales tomadas el 28 de mayo muestran también que el dragado del río Kuryong persiste y que se ha montado un conducto elevado en la Planta de Producción de Radioisótopos (RPF).
Asimismo se ha detectado actividad de vehículos, en especial camiones cisterna, posiblemente cargados con el nitrógeno líquido utilizado en el proceso de enriquecimiento, movimientos de equipo y de personal en torno al Complejo de Enriquecimiento de Uranio (UEC).
Estos movimientos sugieren que Yongbyon está aún en funcionamiento, aunque a un menor nivel que en años anteriores.
38 North, un centro de monitoreo de Corea del Norte vinculado al think tank The Stimson Center, considera en base a las imágenes que la actividad en la UEC no sólo persiste, sino que también se podría estar enriqueciendo uranio por medios de sus aproximadamente 4.000 centrífugas. El uranio altamente enriquecido (en niveles cercanos al 80% del isótopo U235), obtenido a través de estas centrífugas, es la principal materia prima, junto al plutonio, de las armas nucleares.
En tanto en la RPF se encontró un conducto que conecta esta planta con otros dos edificios, sin quedar claro su finalidad.
Por otro lado no se detectaron actividades importantes en el Reactor Experimental de Agua Liviana 5 MWe, ni tampoco en el laboratorio radioquímica, ambos dentro del complejo de Yongbyon.
Aunque si se observaron obras en los terraplenes junto a la nueva bomba de agua que abastece el sistema de enfriamiento del reactor, destinadas a mitigar la erosión producida por su uso.
También se notaron obras de dragado en el río junto reactor 5 MWe. No se conoce la razón de estos trabajos, aunque se especula que esté relacionada también a la bomba de agua.
Corea del Norte puso un freno parcial a las actividades Yongbyon tras la cumbre celebrada en junio del año pasado en Singapur entre el líder Kim Jong-un y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En aquel momento los mandatarios aceptaron un compromiso de desnuclearización de la península coreana, pero sin acordar detalles.
Pyongyang también frenó sus ensayos nucleares y de misiles balísticos desde entonces.
En una segunda cumbre realizada en febrero de este año en Vietnam, Kim ofreció el desmantelamiento de Yongbyon como elemento de negociación, pero por razones aún no del todo claras Trump puso fin al diálogo y desde entonces el proceso se ha estancado.
En este contexto 38 North no es el primer medio que reporta una reactivación parcial de las actividades en Yongbyon. En abril lo había indicado el think tank estadounidense Center for Strategic and International Studies (Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales), y poco antes el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) había asegurado haber detectado actividad en febrero.
Para la mayoría de los expertos, sin embargo, Yongbyon no es el único centro de enriquecimiento de uranio ni de investigación del programa nuclear norcoreano, por el cual se han realizado seis enayos nucleares desde al año 2006. El último fue en 2017.
Actualmente se cree que el régimen cuenta con entre 10 y 60 ojivas nucleares, y los misiles balísticos para lanzarlas a distancias extremas.
El programa nuclear norcoreano ha generado una fuerte preocupación en toda la comunidad internacional y el régimen se encuentra afectado por una serie de sanciones económicas impuestas por la ONU y diferentes países.
Aunque el país mantiene en China una línea de vida, fuente de importaciones y comprador de sus exportaciones, relación que le ha permitido sobrevivir a numerosas crisis en sus siete décadas de historia.
Desde la llegada de Trump al poder en 2016, sin embargo,la presión aumentó considerablemente sobre Pyongyang, antes de experimentar una limitada distensión a partir de las cumbres.