China refuerza su músculo militar y desafía a Estados Unidos
Aumenta el presupuesto de Defensa y prepara una flota para defender su posición en el disputado Mar de la China. Los analistas militares creen que pronto el ejército chino podría alcanzar un poderío superior al de la Unión Soviética durante la Guerra Fría
Gustavo Sierra
Especial para Infobae America
China se prepara para ser una potencia militar global. Hasta ahora, había contado con un ejército que podría resistir cualquier intento de invasión de su territorio, pero no había dado señales de expansionismo. Bajo el liderazgo de Xi Jinping esto está cambiando. El presupuesto de defensa chino crecerá este año un 7,5%. Un aumento más moderado que el año pasado, cuando alcanzó el 8,1%, y bastante más modesto que las cifras de dos dígitos en que subió hasta 2016, pero sigue aún por encima del incremento del PBI previsto para este año, de entre el 6 y el 6,5%. De acuerdo al informe que presentó en marzo el primer ministro, Li Keqiang, el presupuesto que manejará el Ejército Popular de Liberación (EPL), el nombre oficial de las fuerzas armadas, será de unos 150.000 millones de dólares. Una cifra que lo coloca como segundo país del mundo en inversión militar, solo por detrás de Estados Unidos -el presidente, Donald Trump, pidió al Congreso para este año una partida de 750.000 millones de dólares con destino al Pentágono-. Con este presupuesto, el presidente chino, Xi Jinping, mantiene sus aspiraciones, enunciadas en 2017, de completar la modernización del EPL antes de 2035, y de conseguir unas fuerzas armadas de primera clase capaces de imponerse en cualquier tipo de guerra para 2050.
"Con una Rusia resurgente y revanchista, y una China cada vez más poderosa y agresiva, aumentan las amenazas a la seguridad y estabilidad regional, a la vez que desafía el orden internacional existente. Y de estos dos competidores para Estados Unidos, China plantea el mayor reto a largo plazo. Desde 1885, nuestro país no se había enfrentado a un competidor, o incluso grupo de competidores, con un PBI más grande que el suyo. En pleno apogeo de la Guerra Fría, la Unión Soviética tenía una economía que no alcanzaba al 40% de la estadounidense. Y la capacidad tecnológica china están creciendo tan rápido como su poder económico. En suma, Estados Unidos debe enfrentar cuanto antes a este nuevo enemigo militar de envergadura.", dice el informe reservado del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense (CNAS) al que tuvo acceso Infobae.
El portavoz de la Asamblea Nacional Popular, Zhang Yesui, aclaró que el aumento de la partida para Defensa es "razonable y apropiado para proteger la seguridad nacional y para reformas militares con características chinas". Según Zhang, un ex embajador en Washington, el presupuesto militar chino solo tiene como objetivo la protección y no la amenaza a otros países. "El que un país represente una amenaza para otros está marcado por sus intenciones, no por lo mucho que gaste en Defensa", sostuvo. El portavoz señaló que el gasto militar representó el año pasado el 1,3% del PIB del país, mientras que Estados Unidos destinó más del 2% de su PIB a esa partida. Pero el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) considera la proporción que admite China demasiado baja y en 2017 la situaba en el 1,9%.
Desde que asumió Xi Jinping en 2013, aumentó constantemente la inversión en la modernización del EPL, que desde 2016 recortó sus filas en cerca de 300.000 hombres para transformarse "en una fuerza más efectiva, más profesional y más letal". También está desarrollando, o ha adquirido, algunos de los sistemas de armamento más modernos del mundo, desde sistemas de misiles hipersónicos a nuevos submarinos nucleares. Entre 2016 y 2017, puso en servicio 32 nuevos buques. En comparación, Estados Unidos sólo botó 13. Desde 2014, China lanzó más submarinos, buques de guerra, buques anfibios y auxiliares, que el número total de buques que actualmente prestan servicio en las armadas de Alemania, India, España, Taiwán y el Reino Unido, según un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres. En su última evaluación sobre el poderío militar chino, la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos dice que China está "a punto de desplegar algunos de los sistemas de armamento más modernos del mundo. En algunas áreas, ya lidera el mundo". Aunque recuerda que el EPL carece de experiencia en un conflicto real ya que no combatió en los últimos 40 años.
En tanto, China tiene en fase de pruebas un segundo portaviones, el primero de fabricación nacional del Tipo 001A, botado en 2018, pero que aún no se unió a la flota. Está realizando ensayos y el mes pasado completó su cuarto viaje. Desde hace ya dos años, la china es la mayor fuerza naval del mundo, con 317 barcos y submarinos. Estados Unidos posee 283. Desarrolla también nuevos submarinos nucleares, capaces de transportar misiles de múltiples cabezas. Pero todavía está muy lejos en éste área. Mientras que Estados Unidos tiene una enorme flota de 12 portaaviones que funcionan con energía nuclear, China cuenta con apenas dos portaaviones convencionales. Sin embargo, Beijing logró fabricar rápidamente corbetas de la clase Jiangdao, un pequeño buque de guerra muy bien adaptado para las aguas continentales. Un informe del Departamento de Defensa estadounidense de 2018 decía que "esta flota fue diseñado para el combate 'litoral', cerca de las costas chinas". El gobierno de Beijing quiere controlar el Mar del Sur de China, donde construyó islas artificiales militarizadas y realiza simulacros regulares de combate. La fuerza aérea china, que tiene pistas de operaciones en esas islas, también estrenó en los últimos años aviones y armas nuevas y mejoradas, incluido el caza furtivo J-20 bimotor, de fabricación nacional. Y se convirtió en la más grande de Asia y la tercera más grande del mundo. China también está intentando extender su influencia mucho más allá de sus fronteras o mares cercanos. El EPL abrió su primera base internacional en Djibouti en julio de 2017. "Están desarrollando capacidades de proyección de poder en el Pacífico Sur y el Océano Índico que pronto los convertirá en la primera potencia en esa zona del planeta", explicó Malcolm Davis, analista del Australian Strategic Policy Institute.
Según la Asociación para el Control de las Armas, China cuenta con 280 cabezas nucleares, muy lejos de las 6.550 de Estados Unidos o las 6.850 de Rusia. Pero está recortando distancias. En enero anunció que había probado con éxito su bomba no nuclear más potente, comparable a la MOAB, la más poderosa del arsenal convencional estadounidense que hizo estallar en Afganistán en 2017.
El presidente Xi también ordenó una reorganización del personal militar, haciendo hincapié en la calidad y la eficacia por encima de la cantidad. La reestructuración más profunda en treinta años "para construir la institución militar más profesional, más letal y capaz de ganar guerras informáticas", dijo. En 2017, racionalizó la poderosa Comisión Militar Central que él dirige, reduciendo el número de miembros y consolidando su control. Muchos ex generales fueron disciplinados o encarcelados por corrupción. Según Andrew Erickson, profesor de estrategia en el Instituto de Estudios Marítimos de China de la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos "nadie realizó este nivel de desarrollo militar en la historia de China antes de Xi Jinping. Si se mira dónde estaba el ejército chino hace unos pocos años, bajo Xi el progreso es verdaderamente tremendo. Es muy impresionante".
A pesar de todo esto, se plantean dudas sobre la efectividad de algunas de las nuevas tecnologías militares chinas. Citado por la revista especializada "Galaxia Militar", el analista Carl Schuster, un ex capitán de la Marina de Estados Unidos, cree que son exageradas las afirmaciones de que el gobierno de Beijing desarrolló un misil balístico destructor de buques. Un misil de este tipo podría, en teoría, estar basado fuera del alcance de las fuerzas de ataque navales estadounidenses, al tiempo que tendría a tiro los principales activos de Washington, como son sus portaaviones. Schuster asegura que "por ahora ningún ejército desarrolló con éxito un misil balístico antiaéreo y que China no ha mostrado prueba alguna de que sea capaz de alcanzar un objetivo en movimiento en el océano". Pero también subraya que "las perspectivas militares estadounidenses parecen cada vez más problemáticas, debido al aumento de los costos de mantenimiento y al envejecimiento de la flota. No está claro que la ventaja tradicional de la tecnología militar de Estados Unidos vaya a permanecer intacta", afirmó. "Lograr ese equilibrio entre el mantenimiento y la modernización es un verdadero desafío para el Pentágono a medida que sus fuerzas envejecen, mientras que los chinos están avanzando a pasos agigantados".
Gustavo Sierra
Especial para Infobae America
China se prepara para ser una potencia militar global. Hasta ahora, había contado con un ejército que podría resistir cualquier intento de invasión de su territorio, pero no había dado señales de expansionismo. Bajo el liderazgo de Xi Jinping esto está cambiando. El presupuesto de defensa chino crecerá este año un 7,5%. Un aumento más moderado que el año pasado, cuando alcanzó el 8,1%, y bastante más modesto que las cifras de dos dígitos en que subió hasta 2016, pero sigue aún por encima del incremento del PBI previsto para este año, de entre el 6 y el 6,5%. De acuerdo al informe que presentó en marzo el primer ministro, Li Keqiang, el presupuesto que manejará el Ejército Popular de Liberación (EPL), el nombre oficial de las fuerzas armadas, será de unos 150.000 millones de dólares. Una cifra que lo coloca como segundo país del mundo en inversión militar, solo por detrás de Estados Unidos -el presidente, Donald Trump, pidió al Congreso para este año una partida de 750.000 millones de dólares con destino al Pentágono-. Con este presupuesto, el presidente chino, Xi Jinping, mantiene sus aspiraciones, enunciadas en 2017, de completar la modernización del EPL antes de 2035, y de conseguir unas fuerzas armadas de primera clase capaces de imponerse en cualquier tipo de guerra para 2050.
"Con una Rusia resurgente y revanchista, y una China cada vez más poderosa y agresiva, aumentan las amenazas a la seguridad y estabilidad regional, a la vez que desafía el orden internacional existente. Y de estos dos competidores para Estados Unidos, China plantea el mayor reto a largo plazo. Desde 1885, nuestro país no se había enfrentado a un competidor, o incluso grupo de competidores, con un PBI más grande que el suyo. En pleno apogeo de la Guerra Fría, la Unión Soviética tenía una economía que no alcanzaba al 40% de la estadounidense. Y la capacidad tecnológica china están creciendo tan rápido como su poder económico. En suma, Estados Unidos debe enfrentar cuanto antes a este nuevo enemigo militar de envergadura.", dice el informe reservado del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense (CNAS) al que tuvo acceso Infobae.
El portavoz de la Asamblea Nacional Popular, Zhang Yesui, aclaró que el aumento de la partida para Defensa es "razonable y apropiado para proteger la seguridad nacional y para reformas militares con características chinas". Según Zhang, un ex embajador en Washington, el presupuesto militar chino solo tiene como objetivo la protección y no la amenaza a otros países. "El que un país represente una amenaza para otros está marcado por sus intenciones, no por lo mucho que gaste en Defensa", sostuvo. El portavoz señaló que el gasto militar representó el año pasado el 1,3% del PIB del país, mientras que Estados Unidos destinó más del 2% de su PIB a esa partida. Pero el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) considera la proporción que admite China demasiado baja y en 2017 la situaba en el 1,9%.
Desde que asumió Xi Jinping en 2013, aumentó constantemente la inversión en la modernización del EPL, que desde 2016 recortó sus filas en cerca de 300.000 hombres para transformarse "en una fuerza más efectiva, más profesional y más letal". También está desarrollando, o ha adquirido, algunos de los sistemas de armamento más modernos del mundo, desde sistemas de misiles hipersónicos a nuevos submarinos nucleares. Entre 2016 y 2017, puso en servicio 32 nuevos buques. En comparación, Estados Unidos sólo botó 13. Desde 2014, China lanzó más submarinos, buques de guerra, buques anfibios y auxiliares, que el número total de buques que actualmente prestan servicio en las armadas de Alemania, India, España, Taiwán y el Reino Unido, según un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres. En su última evaluación sobre el poderío militar chino, la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos dice que China está "a punto de desplegar algunos de los sistemas de armamento más modernos del mundo. En algunas áreas, ya lidera el mundo". Aunque recuerda que el EPL carece de experiencia en un conflicto real ya que no combatió en los últimos 40 años.
En tanto, China tiene en fase de pruebas un segundo portaviones, el primero de fabricación nacional del Tipo 001A, botado en 2018, pero que aún no se unió a la flota. Está realizando ensayos y el mes pasado completó su cuarto viaje. Desde hace ya dos años, la china es la mayor fuerza naval del mundo, con 317 barcos y submarinos. Estados Unidos posee 283. Desarrolla también nuevos submarinos nucleares, capaces de transportar misiles de múltiples cabezas. Pero todavía está muy lejos en éste área. Mientras que Estados Unidos tiene una enorme flota de 12 portaaviones que funcionan con energía nuclear, China cuenta con apenas dos portaaviones convencionales. Sin embargo, Beijing logró fabricar rápidamente corbetas de la clase Jiangdao, un pequeño buque de guerra muy bien adaptado para las aguas continentales. Un informe del Departamento de Defensa estadounidense de 2018 decía que "esta flota fue diseñado para el combate 'litoral', cerca de las costas chinas". El gobierno de Beijing quiere controlar el Mar del Sur de China, donde construyó islas artificiales militarizadas y realiza simulacros regulares de combate. La fuerza aérea china, que tiene pistas de operaciones en esas islas, también estrenó en los últimos años aviones y armas nuevas y mejoradas, incluido el caza furtivo J-20 bimotor, de fabricación nacional. Y se convirtió en la más grande de Asia y la tercera más grande del mundo. China también está intentando extender su influencia mucho más allá de sus fronteras o mares cercanos. El EPL abrió su primera base internacional en Djibouti en julio de 2017. "Están desarrollando capacidades de proyección de poder en el Pacífico Sur y el Océano Índico que pronto los convertirá en la primera potencia en esa zona del planeta", explicó Malcolm Davis, analista del Australian Strategic Policy Institute.
Según la Asociación para el Control de las Armas, China cuenta con 280 cabezas nucleares, muy lejos de las 6.550 de Estados Unidos o las 6.850 de Rusia. Pero está recortando distancias. En enero anunció que había probado con éxito su bomba no nuclear más potente, comparable a la MOAB, la más poderosa del arsenal convencional estadounidense que hizo estallar en Afganistán en 2017.
El presidente Xi también ordenó una reorganización del personal militar, haciendo hincapié en la calidad y la eficacia por encima de la cantidad. La reestructuración más profunda en treinta años "para construir la institución militar más profesional, más letal y capaz de ganar guerras informáticas", dijo. En 2017, racionalizó la poderosa Comisión Militar Central que él dirige, reduciendo el número de miembros y consolidando su control. Muchos ex generales fueron disciplinados o encarcelados por corrupción. Según Andrew Erickson, profesor de estrategia en el Instituto de Estudios Marítimos de China de la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos "nadie realizó este nivel de desarrollo militar en la historia de China antes de Xi Jinping. Si se mira dónde estaba el ejército chino hace unos pocos años, bajo Xi el progreso es verdaderamente tremendo. Es muy impresionante".
A pesar de todo esto, se plantean dudas sobre la efectividad de algunas de las nuevas tecnologías militares chinas. Citado por la revista especializada "Galaxia Militar", el analista Carl Schuster, un ex capitán de la Marina de Estados Unidos, cree que son exageradas las afirmaciones de que el gobierno de Beijing desarrolló un misil balístico destructor de buques. Un misil de este tipo podría, en teoría, estar basado fuera del alcance de las fuerzas de ataque navales estadounidenses, al tiempo que tendría a tiro los principales activos de Washington, como son sus portaaviones. Schuster asegura que "por ahora ningún ejército desarrolló con éxito un misil balístico antiaéreo y que China no ha mostrado prueba alguna de que sea capaz de alcanzar un objetivo en movimiento en el océano". Pero también subraya que "las perspectivas militares estadounidenses parecen cada vez más problemáticas, debido al aumento de los costos de mantenimiento y al envejecimiento de la flota. No está claro que la ventaja tradicional de la tecnología militar de Estados Unidos vaya a permanecer intacta", afirmó. "Lograr ese equilibrio entre el mantenimiento y la modernización es un verdadero desafío para el Pentágono a medida que sus fuerzas envejecen, mientras que los chinos están avanzando a pasos agigantados".