A 75 años de Bretton Woods, el pacto que diseñó el orden económico global que hoy se está desmoronando
Representantes de los 44 países del bando aliado se reunieron entre el 1 y el 22 de julio de 1944 en el Hotel Mount Washington para delinear las reglas monetarias y financieras que regirían al mundo tras el fin de la Segunda Guerra. Contribuyeron a forjar varias décadas de prosperidad, pero ahora están bajo amenaza
El mayor desastre en la historia de la humanidad estaba llegando a su fin. Si bien la rendición del Eje se produciría al año siguiente, en julio de 1944 ya se sabía que el desenlace era inevitable. Por eso, la atención se desplazaba del campo de batalla a los grandes salones en los que se diseñaba el mundo de posguerra.
La Conferencia de Bretton Woods fue el mayor hito de ese proceso. Durante 22 días, delegados de los 44 países aliados mantuvieron frenéticas reuniones en el Hotel Mount Washington de Bretton Woods, New Hampshire, con un único objetivo: crear un sistema de reglas que ordene las relaciones monetarias, financieras y comerciales entre las naciones del mundo.
Todos partían de la misma conclusión: las dos guerras que habían marcado la primera mitad del siglo XX fueron consecuencia de una competencia política y económica descarnada entre las grandes potencias. Por eso, resultaba imperioso establecer un marco regulatorio que ayude a prevenir conflictos de esa envergadura.
"El acuerdo de Bretton Woods expresó una visión compartida de que un sistema económico internacional liberal, basado en normas, podía contribuir tanto a la paz como a la prosperidad, idea que pronto dio lugar a regímenes internacionales de comercio y desarrollo. El pacto también contribuyó a consolidar el compromiso de Estados Unidos y de otras grandes potencias con la provisión de los bienes públicos necesarios para apoyar un orden económico liberal", dijo a Infobae John D. Ciorciari, director del Centro de Políticas Internacionales de la Universidad de Michigan.
El emergente más importante del acuerdo fue la creación del Fondo Monetario Internacional, cuya misión original era garantizar la estabilidad del tipo de cambio y de los flujos financieros. El FMI, que se fundó oficialmente el 27 de diciembre de 1945, era inseparable del abandono del patrón oro y de la adopción del dólar como moneda de cambio internacional.
La segunda institución multilateral que surgió de Bretton Woods fue el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la primera de las cinco entidades que componen lo que hoy es el Banco Mundial (BM). Se ideó como una herramienta para financiar la reconstrucción europea a través de préstamos destinados, principalmente, a obras de infraestructura.
Si bien no llegó a materializarse institucionalmente en el corto plazo, el otro gran legado de la conferencia fue el compromiso de terminar con el proteccionismo y fomentar la apertura comercial. Es verdad que fijar reglas claras en esta materia resultó muy complejo y las tensiones no se erradicaron, pero primó la noción de que había que disminuir las trabas al intercambio entre los países.
"Los acuerdos de Bretton Woods fueron importantes porque representaron la primera vez que los gobiernos de todo el mundo se comprometieron con un orden monetario y financiero global, que se centró en una especie de multilateralismo liberal institucionalizado que debía ser compatible con varios tipos de gestión pública activa de la economía. Este nuevo principio tuvo un gran impacto en la economía mundial de posguerra y pronto se aplicó a la gobernanza del comercio internacional", dijo a Infobae Eric Helleiner, profesor de economía política internacional en la Universidad de Waterloo, Canadá.
El FMI, el BIRF y el sistema ideado en Bretton Woods fueron inaugurados en una cumbre realizada en Savannah, Georgia, entre el 8 y el 18 de marzo de 1946. No participó la Unión Soviética, que había sido uno de los países firmantes de la conferencia de 1944, dado su rol decisivo en el triunfo aliado. Tampoco integró los nuevos organismos y se mantuvo al margen del naciente sistema. La Guerra Fría ya estaba en marcha, y la idea de que era posible un mundo de cooperación entre todas las grandes potencias quedó sepultada.
De todos modos, Bretton Woods funcionó notablemente bien durante varias décadas en Occidente. Muchos de sus pilares fueron abandonados en la década de 1970 por sucesivas crisis, pero continúan vigentes el FMI, el BM y muchos otros organismos que se crearon tiempo después con ese espíritu.
El acuerdo de Bretton Woods expresó una visión compartida de que un sistema económico internacional liberal, basado en normas, podía contribuir tanto a la paz como a la prosperidad
"Las instituciones de Bretton Woods constituyeron un sistema basado en reglas, fuertemente dominado por los Estados Unidos, pero con un gobierno compartido. De hecho, el FMI siempre estuvo encabezado por un europeo. Esas instituciones supervisaron un cuarto de siglo de expansión del comercio internacional y de estabilidad financiera, que ayudaron a apuntalar la solidez de lo que llegamos a llamar la Alianza Occidental. Al mismo tiempo, fueron lo suficientemente flexibles como para evolucionar en respuesta al cambio de circunstancias y seguir siendo relevantes en el último cuarto del siglo XX y más allá", explicó Barry Eichengreen, profesor del Departamento de Economía de la Universidad de California en Berkeley, consultado por Infobae.
Sin embargo, lo que empieza a estar en tela de juicio hoy son algunos de estos supuestos básicos. El renacer de las políticas proteccionistas, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y el debilitamiento de muchos foros internacionales, son ejemplos de que el legado de aquellos pactos se está borrando.
La hoja de ruta de un nuevo orden mundial
La sesión plenaria de la conferencia, su órgano supremo, estuvo presidida por Henry Morgenthau Jr., secretario del Tesoro de Estados Unidos. Se reunió solamente el día inaugural y el de cierre. Las negociaciones se producían en las tres comisiones que se formaron.
La Comisión I estaba abocada a discutir la creación del FMI y el sistema monetario que se impondría. La presidía Harry Dexter White, el principal funcionario del Tesoro estadounidense en materia de relaciones con el mundo. Es considerado el arquitecto de Bretton Woods junto al célebre economista británico John Maynard Keynes, que lideraba la delegación del Reino Unido y que estuvo a cargo de la Comisión II, dedicada al diseño del BIRF.
La Comisión III era la menos relevante. Casi como una categoría residual, se encargó de discutir otros medios de cooperación financiera. La comandó Eduardo Suárez, ministro de Hacienda de México.
El abandono del patrón oro fue uno de los temas centrales en los primeros días de conversación. Hasta ese momento, los países debían respaldar sus monedas con oro, es decir que debían mantener una misma relación entre la cantidad de billetes y la cantidad de metal.
Ante el colapso del sistema, se resolvió adoptar al dólar como patrón, porque Estados Unidos tenía en ese momento tres cuartas partes del suministro mundial de oro. Pero, para ello, la Reserva Federal debía mantener congelada la relación entre la cantidad de dólares y de oro.
"Durante el período de entreguerras, la mayoría de los países habían recurrido a devaluaciones y restricciones comerciales, lo que dio lugar a la inestabilidad de los tipos de cambio y a una prolongada recesión. Para restaurar la estabilidad y la cooperación económica, los creadores del sistema de Bretton Woods establecieron un régimen de tipo de cambio fijo. En la práctica, esto se tradujo en el compromiso de los países miembros a mantener una relación casi inmóvil con el dólar, mientras que los Estados Unidos se comprometieron a sostener la convertibilidad del dólar al oro a un tipo de cambio fijo", dijo a Infobae Mostafa Beshkar, profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Indiana.
Para mantener el equilibrio cambiario, los bancos centrales debían comprar su moneda cuando esta se depreciaba frente al dólar y vender cuando se apreciaba demasiado. En caso de que un país entrara en una situación de desajuste muy grande, por ejemplo, por un déficit comercial demasiado pronunciado, intervenía el FMI.
Los acuerdos de Bretton Woods fueron importantes porque representaron la primera vez que los gobiernos de todo el mundo se comprometieron con un orden monetario y financiero global
Su función primaria era asistir a las naciones cuando el valor de sus monedas se derrumbaba. Los dólares que les prestaba servían precisamente para equilibrar su valor. Cada país suscriptor debía aportar una cuota de oro acorde al tamaño de su economía y estaba autorizado a pedir un rescate por un monto vinculado a su aporte.
La idea de Keynes era mucho más ambiciosa. Proponía crear un banco central mundial, que emitiría su propia moneda, el "bancor", que oficiaría de reserva internacional. Pero terminó imponiéndose el proyecto de White.
Tampoco se pudo crear una organización para regular los flujos comerciales. La conferencia concluyó con una recomendación para constituir la Organización Internacional de Comercio (OIC), pero nunca se avanzó, principalmente, porque la iniciativa no superó el filtro del Senado estadounidense.
Algo parecido, aunque mucho más modesto, se acordó el 30 de octubre de 1947 en Ginebra: el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT por la sigla en inglés). Recién en 1995 se logró el objetivo con la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que reemplazó al GATT.
"Bretton Woods fue importante porque abordó los problemas del período de entreguerras que contribuyeron a la crisis económica de esa época. Los tipos de cambio fijos para evitar las devaluaciones competitivas de principios de la década de 1930, el GATT para evitar otra serie de rondas de aranceles que cerraron el comercio internacional, el FMI para facilitar los pagos que permitieran a los países tener desequilibrios comerciales temporales, y el Banco Mundial, que se centraba en la reconstrucción y el desarrollo de las economías europeas devastadas. Tuvo éxito porque Europa, Japón y América del Norte crecieron fuertemente. Pero, en última instancia, hubo contradicciones inherentes en el sistema que llevaron a su colapso", sostuvo Michael W. Klein, profesor de economía internacional de la Universidad Tufts, en diálogo con Infobae.
Un sistema bajo amenaza
El esquema de Bretton Woods fue en gran medida responsable de "los 30 años gloriosos" del capitalismo, una era en la que se logró el mayor crecimiento económico en la historia de la humanidad hasta ese momento, junto con niveles de bienestar y equidad que nunca se habían conocido antes, ni se volverían ver. Pero en la década de 1970 el sistema comenzó a crujir.
El nuevo patrón monetario había hecho que en todo el mundo creciera la demanda de dólares, que eran un sustituto del oro. Eso hizo que progresivamente fuera aumentado su valor, lo cual era un problema para el comercio estadounidense. En un contexto de estanflación, el presidente Richard Nixon decidió devaluar. De 35 dólares por onza, pasó primero a 38 y luego a 42.
La medida fue vista como una señal de debilidad del dólar, así que empezó a crecer la demanda de oro, lo que agravó el problema. Finalmente, Nixon terminó con el tipo de cambio fijo en 1973. Desde entonces, ya no es necesario que la Reserva Federal mantenga una relación estable entre billetes y metal, y el dólar dejó de ser el patrón forzoso para el resto de los países, que pueden elegir como parámetro otras monedas o dejar que el mercado establezca su valor libremente.
"El sistema ha evolucionado y ha cambiado fundamentalmente desde principios de los años 70 —dijo Klein—. Ahora tenemos un mundo en el que existen diversos tipos de cambio y se han abandonado las estrictas restricciones a los flujos de capital que caracterizaron el período anterior. El papel tradicional del FMI pasó de ser que se posibiliten los desequilibrios comerciales de corto plazo a uno de gestión de crisis. Y el BM hace tiempo que ha pasado de la reconstrucción de los países asolados por la Segunda Guerra a ayudar a los países más pobres del mundo".
El modelo económico liberal todavía tiene defensores importantes, pero a menos que las dos economías más grandes del mundo ajusten su curso, será cada vez más vulnerable en los próximos años
A pesar de que hace ya varias décadas que no existe más lo que se conocía como el sistema de Bretton Woods, buena parte del espíritu de lo que se acordó en aquella conferencia se mantuvo vigente. La defensa de la coordinación económica internacional, el rechazo al proteccionismo y el objetivo de aumentar los flujos comerciales sin restricciones siguieron en pie.
Sin embargo, muchas de las ideas fundacionales de 1944 están hoy en cuestión. Sumergido en su agenda doméstica, Estados Unidos ya no tiene el mismo interés que antes en destinar los recursos económicos y políticos para ejercer un liderazgo como el que tuvo hasta finales del siglo XX. Además, hay nuevas potencias, especialmente China, que están en condiciones de disputarle el lugar.
Por otro lado, la apertura comercial tiene cada vez más detractores, empezando por el gobierno estadounidense desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, como lo evidencia su guerra comercial con China. Por su parte, si bien se manifiesta a favor del librecambio, Beijing cimentó su fenomenal expansión apelando a estrategias comerciales que vulneran principios básicos de la OMC.
"Las instituciones de Bretton Woods siguen funcionando, pero hay diferencias en el tiempo. Una pregunta es cómo se ajustará el sistema con el auge de China. Los Estados Unidos tienen el único veto en el FMI. ¿Debería China elevarse al mismo nivel por cómo crece su economía? También está creando instituciones internacionales separadas. ¿Competirán con las de Bretton Woods?", se preguntó Mark Hallerberg, profesor de economía política en la Escuela de Gobierno Hertie, en Berlín, consultado por Infobae.
En los últimos años creció el número de líderes mundiales que descreen de la cooperación y de los grandes acuerdos que buscan coordinar políticas globales en temas sensibles, que comprometen el futuro de todos los seres humanos. Este conjunto de cambios es lo que está horadando el legado de Bretton Woods.
"El sistema de gobernanza económica mundial ha demostrado ser extraordinariamente resistente. Muchas de sus características principales siguen siendo las mismas, incluidas las instituciones que ayudan a gestionar las finanzas, el desarrollo y el comercio internacionales. No obstante, algunos de sus pilares son vulnerables, debido en gran medida al debilitamiento del apoyo de las grandes potencias. El menor respaldo de Estados Unidos afecta a la OMC e impide las reformas necesarias en el FMI y el BM. China también está desafiando el orden existente al romper las reglas de comercio y al liderar nuevos organismos que podrían socavar a las instituciones de Bretton Woods. El modelo económico liberal todavía tiene defensores importantes, pero a menos que las dos economías más grandes del mundo ajusten su curso, será cada vez más vulnerable en los próximos años", concluyó Ciorciari.