Guerra contra las superbacterias: limitarán el uso de antibióticos en animales y venta de comprimidos innecesarios para humanos
Autoridades de salud animal y humana en colaboración con sociedades médicas de la Argentina están impulsando cambios para reducir el abuso de los antibióticos y prevenir infecciones por las superbacterias
Valeria Román
Infobae
Para hacerle frente a las superbacterias que acechan a los seres humanos y a los animales, en la Argentina se están tomando medidas para que se utilicen los medicamentos de una manera más racional. Durante 2019 se harán prohibiciones graduales del uso de antibióticos como promotores del crecimiento de los animales y se regularán las cantidades de comprimidos en cajas para los tratamientos en humanos.
El problema del avance de las superbacterias, conocido como resistencia a los antimicrobianos, es una amenaza global. Según el nuevo reporte del Grupo de Coordinación entre agencias de las Naciones Unidas (que se formó en 2016), advirtió: "No podemos esperar. Si el mundo no actúa urgentemente, la resistencia a los antimicrobianos tendrá efectos desastrosos en una generación". Se estima que hoy mueren 700.000 personas por año por infecciones resistentes a los antibióticos en el mundo. De acuerdo con el pronóstico del Banco Mundial, las muertes podrían ascender a 10 millones por año a partir del año 2050. Ese impacto también afectaría al desarrollo social y económico de la humanidad.
Como aumentarían los gastos de atención a la salud y se afectaría la producción de alimentos, "el daño económico anual de la resistencia a los antimicrobianos podría ser comparable al de la crisis financiera mundial de 2008-2009, pero sin un final a la vista", comparó el informe difundido por la ONU. En ese reporte, se destacó que la falta de acceso al agua potable salubre, al saneamiento, y a la higiene; las medidas insuficientes de prevención y control de infecciones y enfermedades en centros sanitarios y establecimientos agropecuarios, y sus vertidos de desechos junto con los de la industria farmacéutica también son factores que causan la resistencia a los antimicrobianos.
En enero pasado, la Organización Mundial de la Salud ya había informado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 cuestiones de salud pública más preocupantes por la cantidad de enfermos que no consiguen recuperarse ya que los fármacos disponibles son ineficaces para combatir los gérmenes. En la Argentina, el problema de la resistencia a los antimicrobianos es "acuciante", ya había advertido un grupo de investigadores y médicos integrado por Jaime Lazovski, Alejandra Corso, y Francisco Nacinovich, en la Revista Panamericana de Salud Pública en 2017.
La dificultad para resolver el problema reside en que diferentes factores relacionados con el comportamiento humano han contribuido a que las superbacterias sean hoy una amenaza real. Básicamente el mal uso o el abuso de los antibióticos en animales, humanos y un mal cuidado del ambiente. Se prescriben antibióticos o las personas se automedican y los consumen cuando no están sufriendo una infección que los requiera. Pacientes y familiares presionan a los profesionales de la salud para que les receten antibióticos. Pero desconocen -por ejemplo- que el virus de la gripe no debe ser tratado con un antibiótico (que es para tratar infección por bacterias). En otras oportunidades, no se usan pruebas de diagnóstico apropiadas para identificar si realmente los enfermos están afectados por una bacteria.
Todas esas acciones llevaron a que las bacterias resistentes a los antibióticos disponibles crecieran en sus poblaciones, y que ahora el abanico de medicamentos eficaces sea más limitado. Entre otras consecuencias, se registran fracasos de los procedimientos médicos que dependen también de la eficacia de los antibióticos, como el trasplante de órganos, quimioterapia y diálisis renal.
Pero esa madeja de factores que incidieron sobre el avance de las superbacterias puede ser desenroscada. Recién este año en la Argentina se están dando los primeros pasos en esa dirección. "En enero pasado, se prohibió el uso de colistina como promotor del crecimiento en animales. Estamos planificando la prohibición gradual de otros antibióticos que se emplean generalmente en establecimientos intensivos con pollos y cerdos", contó a Infobae Federico Luna, médico veterinario y director de productos veterinarios del SENASA. Además, informó que se hacen inspecciones en frigoríficos y se toman muestras para identificar los niveles de resistencia a los antibióticos. "A través de la vacunación, dar un mejor bienestar a los animales y llevar a cabo buenas prácticas, los establecimientos pueden reducir el uso innecesario de antibióticos", afirmó Luna.
A través de un estudio del Servicio Antimicrobianos del Instituto Malbrán/ ANLIS y la cátedra de Medicina Porcina y el Departamento de Microbiología, Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata, se identificó que el 70% de los aislamientos de muestras de materia fecal de cerdos sanos y enfermos de 5 establecimientos de tres provincias argentinas presentaban resistencia al menos 3 antibióticos. El trabajo, que fue publicado en marzo en el Journal of Global Antimicrobial Resistance, implica una señal de advertencia: "Reporta el hallazgo de bacterias resistentes a los antimicrobianos en animales para producir alimentos. Esas bacterias pueden transmitirse a los humanos a través de los alimentos u otras rutas de transmisión", alertó Diego Faccone, biotecnólogo y primer autor del trabajo, al ser consultado por Infobae.
En cuanto a salud humana, desde la Secretaría de Salud de la Nación, la directora de epidemiología, Patricia Angeleri, dijo a Infobae: "La resistencia a los antimicrobianos empeoró en todo el mundo durante las últimas décadas. Estamos trabajando con un plan nacional que contempla la interacción entre la salud animal y la salud humana como un todo. Por ejemplo, como el SENASA prohibió el uso de colistina, ahora ese medicamento se preservará para que esté disponible y efectivo en infecciones que afectan a las personas". La colistina es un fármaco viejo que en el pasado se limitó su uso por los efectos adversos que producía. Pero recientemente frente a la aparición de los gérmenes multirresistentes se comenzó a utilizar de nuevo en el mundo ser uno de los pocos fármacos efectivos.
La doctora Angeleri comentó también que se está elaborando un proyecto de ley en el Senado contra la resistencia antimicrobiana, que incluye a las infecciones hospitalarias, y que recientemente se publicó una guía para que los médicos cuenten con información actualizada a la hora de recetar antibióticos. Se sabe que en el nivel de la atención médica primaria, se prescribe el 80% de los antibióticos que se consumen para salud humana.
En tanto, Gustavo Lopardo, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), expresó que "para reducir el abuso de los antibióticos, se está colaborando con la ANMAT que las cajas de medicamentos contengan sólo la cantidad de comprimidos necesarios para tratar cada infección".
Como el problema de la resistencia antimicrobiana atraviesa las fronteras, se están pensando también en medidas regionales. El doctor Carlos Espinal, a cargo del Consorcio de Salud Global, con sede en la Universidad Internacional de Miami, Estados Unidos, anticipó que "este año se desarrollará un proyecto para acelerar los planes nacionales de resistencia a los antimicrobianos en América Latina. Cada país debe adoptar un plan de política pública para enfrentar de manera integral el problema". En el proyecto, participan la Organización Panamericana de la Salud, la FAO y sociedades científicas. "Se hará un diagnóstico de la situación actual de los planes en cada país. Será una línea de base para que cada país actúe en los próximos años", dijo Espinal a Infobae, en el marco del Seminario de Periodismo de ciencia y salud, organizado recientemente por Inquire First y patrocinado por MSD en ciudad de México.
¿Por qué la humanidad dejó que las superbacterias avanzaran?, preguntó Infobae. Según el doctor Espinal "no se pensaba mucho en prevención. Sólo en el tratamiento de las enfermedades. Recién ahora que la resistencia ha producido millones de muertes y costos económicos, la resistencia a los antimicrobianos es percibida como una amenaza". En tanto, Luis Barcos, veterinario y representante regional de la Organización Mundial de Salud Animal (OIE) en América, aseguró que hay "una mayor concientización sobre el problema de la resistencia en el sector productor de animales. Se alienta la capacitación".
Para que la comunidad también se involucre y contribuya a frenar el avance de las superbacterias, la Secretaría de Salud de la Nación de Argentina recomienda:
-Utilizar antibióticos únicamente si los receta un médico o un odontólogo. -Si se los consume sin receta, es un riesgo para la salud de todos.
-Tomar el antibiótico siguiendo las indicaciones exacta en cuanto duración del tratamiento, dosis y horarios de toma.
-No usar antibióticos que hayan sobrado por otras afecciones ni compartirlos con otra persona.
Valeria Román
Infobae
Para hacerle frente a las superbacterias que acechan a los seres humanos y a los animales, en la Argentina se están tomando medidas para que se utilicen los medicamentos de una manera más racional. Durante 2019 se harán prohibiciones graduales del uso de antibióticos como promotores del crecimiento de los animales y se regularán las cantidades de comprimidos en cajas para los tratamientos en humanos.
El problema del avance de las superbacterias, conocido como resistencia a los antimicrobianos, es una amenaza global. Según el nuevo reporte del Grupo de Coordinación entre agencias de las Naciones Unidas (que se formó en 2016), advirtió: "No podemos esperar. Si el mundo no actúa urgentemente, la resistencia a los antimicrobianos tendrá efectos desastrosos en una generación". Se estima que hoy mueren 700.000 personas por año por infecciones resistentes a los antibióticos en el mundo. De acuerdo con el pronóstico del Banco Mundial, las muertes podrían ascender a 10 millones por año a partir del año 2050. Ese impacto también afectaría al desarrollo social y económico de la humanidad.
Como aumentarían los gastos de atención a la salud y se afectaría la producción de alimentos, "el daño económico anual de la resistencia a los antimicrobianos podría ser comparable al de la crisis financiera mundial de 2008-2009, pero sin un final a la vista", comparó el informe difundido por la ONU. En ese reporte, se destacó que la falta de acceso al agua potable salubre, al saneamiento, y a la higiene; las medidas insuficientes de prevención y control de infecciones y enfermedades en centros sanitarios y establecimientos agropecuarios, y sus vertidos de desechos junto con los de la industria farmacéutica también son factores que causan la resistencia a los antimicrobianos.
En enero pasado, la Organización Mundial de la Salud ya había informado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 cuestiones de salud pública más preocupantes por la cantidad de enfermos que no consiguen recuperarse ya que los fármacos disponibles son ineficaces para combatir los gérmenes. En la Argentina, el problema de la resistencia a los antimicrobianos es "acuciante", ya había advertido un grupo de investigadores y médicos integrado por Jaime Lazovski, Alejandra Corso, y Francisco Nacinovich, en la Revista Panamericana de Salud Pública en 2017.
La dificultad para resolver el problema reside en que diferentes factores relacionados con el comportamiento humano han contribuido a que las superbacterias sean hoy una amenaza real. Básicamente el mal uso o el abuso de los antibióticos en animales, humanos y un mal cuidado del ambiente. Se prescriben antibióticos o las personas se automedican y los consumen cuando no están sufriendo una infección que los requiera. Pacientes y familiares presionan a los profesionales de la salud para que les receten antibióticos. Pero desconocen -por ejemplo- que el virus de la gripe no debe ser tratado con un antibiótico (que es para tratar infección por bacterias). En otras oportunidades, no se usan pruebas de diagnóstico apropiadas para identificar si realmente los enfermos están afectados por una bacteria.
Todas esas acciones llevaron a que las bacterias resistentes a los antibióticos disponibles crecieran en sus poblaciones, y que ahora el abanico de medicamentos eficaces sea más limitado. Entre otras consecuencias, se registran fracasos de los procedimientos médicos que dependen también de la eficacia de los antibióticos, como el trasplante de órganos, quimioterapia y diálisis renal.
Pero esa madeja de factores que incidieron sobre el avance de las superbacterias puede ser desenroscada. Recién este año en la Argentina se están dando los primeros pasos en esa dirección. "En enero pasado, se prohibió el uso de colistina como promotor del crecimiento en animales. Estamos planificando la prohibición gradual de otros antibióticos que se emplean generalmente en establecimientos intensivos con pollos y cerdos", contó a Infobae Federico Luna, médico veterinario y director de productos veterinarios del SENASA. Además, informó que se hacen inspecciones en frigoríficos y se toman muestras para identificar los niveles de resistencia a los antibióticos. "A través de la vacunación, dar un mejor bienestar a los animales y llevar a cabo buenas prácticas, los establecimientos pueden reducir el uso innecesario de antibióticos", afirmó Luna.
A través de un estudio del Servicio Antimicrobianos del Instituto Malbrán/ ANLIS y la cátedra de Medicina Porcina y el Departamento de Microbiología, Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata, se identificó que el 70% de los aislamientos de muestras de materia fecal de cerdos sanos y enfermos de 5 establecimientos de tres provincias argentinas presentaban resistencia al menos 3 antibióticos. El trabajo, que fue publicado en marzo en el Journal of Global Antimicrobial Resistance, implica una señal de advertencia: "Reporta el hallazgo de bacterias resistentes a los antimicrobianos en animales para producir alimentos. Esas bacterias pueden transmitirse a los humanos a través de los alimentos u otras rutas de transmisión", alertó Diego Faccone, biotecnólogo y primer autor del trabajo, al ser consultado por Infobae.
En cuanto a salud humana, desde la Secretaría de Salud de la Nación, la directora de epidemiología, Patricia Angeleri, dijo a Infobae: "La resistencia a los antimicrobianos empeoró en todo el mundo durante las últimas décadas. Estamos trabajando con un plan nacional que contempla la interacción entre la salud animal y la salud humana como un todo. Por ejemplo, como el SENASA prohibió el uso de colistina, ahora ese medicamento se preservará para que esté disponible y efectivo en infecciones que afectan a las personas". La colistina es un fármaco viejo que en el pasado se limitó su uso por los efectos adversos que producía. Pero recientemente frente a la aparición de los gérmenes multirresistentes se comenzó a utilizar de nuevo en el mundo ser uno de los pocos fármacos efectivos.
La doctora Angeleri comentó también que se está elaborando un proyecto de ley en el Senado contra la resistencia antimicrobiana, que incluye a las infecciones hospitalarias, y que recientemente se publicó una guía para que los médicos cuenten con información actualizada a la hora de recetar antibióticos. Se sabe que en el nivel de la atención médica primaria, se prescribe el 80% de los antibióticos que se consumen para salud humana.
En tanto, Gustavo Lopardo, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), expresó que "para reducir el abuso de los antibióticos, se está colaborando con la ANMAT que las cajas de medicamentos contengan sólo la cantidad de comprimidos necesarios para tratar cada infección".
Como el problema de la resistencia antimicrobiana atraviesa las fronteras, se están pensando también en medidas regionales. El doctor Carlos Espinal, a cargo del Consorcio de Salud Global, con sede en la Universidad Internacional de Miami, Estados Unidos, anticipó que "este año se desarrollará un proyecto para acelerar los planes nacionales de resistencia a los antimicrobianos en América Latina. Cada país debe adoptar un plan de política pública para enfrentar de manera integral el problema". En el proyecto, participan la Organización Panamericana de la Salud, la FAO y sociedades científicas. "Se hará un diagnóstico de la situación actual de los planes en cada país. Será una línea de base para que cada país actúe en los próximos años", dijo Espinal a Infobae, en el marco del Seminario de Periodismo de ciencia y salud, organizado recientemente por Inquire First y patrocinado por MSD en ciudad de México.
¿Por qué la humanidad dejó que las superbacterias avanzaran?, preguntó Infobae. Según el doctor Espinal "no se pensaba mucho en prevención. Sólo en el tratamiento de las enfermedades. Recién ahora que la resistencia ha producido millones de muertes y costos económicos, la resistencia a los antimicrobianos es percibida como una amenaza". En tanto, Luis Barcos, veterinario y representante regional de la Organización Mundial de Salud Animal (OIE) en América, aseguró que hay "una mayor concientización sobre el problema de la resistencia en el sector productor de animales. Se alienta la capacitación".
Para que la comunidad también se involucre y contribuya a frenar el avance de las superbacterias, la Secretaría de Salud de la Nación de Argentina recomienda:
-Utilizar antibióticos únicamente si los receta un médico o un odontólogo. -Si se los consume sin receta, es un riesgo para la salud de todos.
-Tomar el antibiótico siguiendo las indicaciones exacta en cuanto duración del tratamiento, dosis y horarios de toma.
-No usar antibióticos que hayan sobrado por otras afecciones ni compartirlos con otra persona.