Últimas noticias sobre la existencia histórica de Moisés y el éxodo de los judíos de Egipto
Es el misterio más grande la arqueología. Los investigadores se han encontrado con datos discordantes y escasas pruebas fácticas del acontecimiento fundante del viejo testamento. Aún así, la fe y la tradición la convierten en inspiración de los pueblos que todavía luchan por su libertad
Marcelo Raimon
Desde Tel Aviv, Israel
James Cameron, el director de "Titanic" y "Avatar", aparece vestido de saco y polera oscuros, brazos a los costados, delante de un fondo estilo egipcio-mitológico armado con efectos especiales, mira a cámara y se hace una pregunta "de tres mil años de antigüedad: ¿es el Éxodo un hecho o ficción?".
La escena pertenece al documental del 2006 "El Exodo Decodificado", dirigido para el History Channel por el israelí-canadiense Simcha Jacobovici y que cuenta a Cameron entre sus productores. Antes de pasar a las investigaciones y los comentarios de los expertos, Cameron asegura que tratarán de desentrañar el "más grande misterio de la arqueología", el de la salida de los israelitas de Egipto bajo el liderazgo de Moisés.
Que el director de grandes ficciones como "Terminator" se haga cargo de aclarar este "misterio" puede ser un poco contraproducente. Pero, en todo caso, es cierto que los hechos del Ëxodo según los relata la Biblia, y la propia existencia de Moisés, no cuentan todavía con pruebas arqueológicas homologadas por los cánones vigentes de esa ciencia y se sostienen, por ahora, solamente en la fe y la tradición.
Expertos en Arqueología y en Estudios de la Biblia aquí en Israel aceptan que no hay forma científica de probar que Moisés sacó a los israelitas de Egipto o de que pasó cuarenta años por el desierto tratando de llegar con su pueblo a la Tierra Prometida.
De hecho, cuando de la Biblia se trata, solamente hay rastros arqueológicos de David en adelante.
"La cuestión de la veracidad histórica del Éxodo ha ocupado a los académicos desde el comienzo de la investigación moderna", afirmó el profesor Israel Finkelstein en un reciente reporte de la Universidad de Tel Aviv. Muchos de esos investigadores, añadió, buscaron evidencias "en la tardía Era del Bronce, en el siglo 13 antes de la era cristiana, en parte porque el relato menciona la ciudad de Ramsés, y porque, a fines de ese siglo, un documento egipcio se refiere a la llegada de un grupo llamado 'Israel' a Canaán".
"Sin embargo -sigue Finkelstein, que trabaja en la Facultad de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv y es considerado uno de los mayores expertos en cuestiones de arqueología bíblica-, no hay evidencia de la propia historia del Exodo, ni en Egipto ni en el Sinai, y lo que es percibido por evidencia histórica en fuentes egipcias puede ser interpretado de diferentes maneras".
Incluso, añade el experto, la historia bíblica parece no estar sintonizada "con la situación política" imperante en Canaán en esa etapa de la Era del Bronce tardía, cuando "una poderosa administración egipcia" controlaba la región y podría haber desbaratado sin problemas la invasión de grupos desde el desierto, como los israelitas que llegaban al mando de Moisés y su hermano Aarón.
"Adicionalmente -abunda-, muchos de los detalles del relato bíblico se ajustan mejor a un periodo posterior en la historia de Egipto, de alrededor de los siglos 7 y 6 antes de la era cristiana, más o menos el momento en que la Biblia tal y como la conocemos hoy se estaba escribiendo".
Finkelstein dice que, a su juicio, "esta no es una historia inventada por autores posteriores, ya que hay referencias al Éxodo en los libros de Oseas y de Amós, que muy probablemente se remontan al siglo 8 antes de la era cristiana, lo que sugiere que se trata de una tradición antigua".
"En ese sentido -sigue el experto de la Universidad de Tel Aviv-, algunos académicos proponen que el origen" de la historia del Exodo "se ubica en un evento histórico antiguo, la expulsión de los caananitas del delta del Nilo a mediados del segundo milenio antes de la era cristiana".
"En todo caso -sintetiza-, la historia del Exodo está formada por varias capas y representa más de un periodo" de la historia antigua.
El documentalista Jacobovici, argumentó por su lado que muchas de las pruebas que fundamentarían el Éxodo y la existencia de Moisés, "están delante de nuestros ojos" y por eso, en general, se hacen difíciles de reconocer.
En primer lugar, el investigador y cineasta retoma la cuestión de la presencia en Egipto de los hicsos, un pueblo semita que llegó a controlar a la nación de las pirámides y que provenía de Canaán, la región de la Tierra Prometida.
Como faltan tantas piezas en el rompecabezas de la historia de los hicsos, es muy difícil saber si estaban o no relacionados con los israelitas, aunque la teoría de que se trató del mismo pueblo ya la presentaba el historiador judío fariseo Flavio Josefo, quien vivió en el primer siglo de la era cristiana.
Como muchas otras posibles evidencias de la veracidad del Exodo, la conexión hicsos-israelitas es un arma de doble filo. Por ejemplo, la Biblia cuenta que los israelitas fueron esclavos que escaparon de Egipto, mientras que los documentos arqueológicos muestran que los hicsos llegaron a controlar esa nación antigua y que fueron expulsados por las armas por el faraón Ahmose I.
Ese faraón está en el centro de otro argumento, ya que durante su tiempo se erigió la "estela" o monumento conocido como "Estela de la Tormenta", que relata precisamente un fenómeno climático o geológico que causó destrucción, oscuridad y calamidades en Egipto.
Los hechos relatados en la estela podrían estar relacionados con la erupción volcánica en la isla de Santorini de entre el 1639 y el 1500 antes de la era cristiana, según las distintas formas de calcular la antigüedad de las evidencias arqueológicas, y -según como se los miren- guardan alguna similaridad con las diez plagas del relato bíblico.
Jacobovici también alude a las excavaciones arqueológicas en Sarabit al-Jadim en el sudoeste del Sinai egipcio, donde se hallaron restos de un campamento de trabajo esclavo en una mina de turquesas. Allí se encontró también una inscripción en alfabeto semita en una pared, en la que uno de esos esclavos parece referirse al Dios de los hebreos para pedirle "por favor sácame de estas minas".
En estos días de Pésaj, cuando los judíos recuerdan una vez más, como lo vienen haciendo desde hace siglos, a sus antepasados israelitas saliendo de la esclavitud de Egipto, el Ëxodo vuelve a renacer y la figura de Moisés como el más grande héroe nacional suma una nueva capa de admiración.
"No hay pruebas arqueológicas ni de la existencia de Moisés ni de que haya ocurrido el Éxodo, pero yo creo que esa pregunta no es una pregunta relevante, porque en realidad no importa tanto qué fue exactamente lo que sucedió, lo que importa es la tradición, y las lecciones y los valores que se pueden aprender de la tradición".
Así resume el pensamiento de la mayoría de sus correligionarios el profesor Yair Zakovitch, del Departamento de Estudios Bíblicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Conversando con Infobae, Zakovitch recuerda que, cualquiera que sea su origen -un momento único, una leyenda o una superposición de relatos-, "lo que sí es un hecho es que el Éxodo se convirtió en el evento histórico más importante de la Biblia".
De ese relato provienen, por ejemplo, los Diez Mandamientos, el decálogo de conducta moral que viene rigiendo la vida de una enorme porción de la población mundial desde hace milenios.
Y, cuando Dios entregó esos mandamientos a Moisés, ancló todo precisamente en la historia del Éxodo: "Yo soy el Señor, tu Dios, quien te sacó de Egipto, fuera de la casa de la esclavitud", les recordó a los israelitas y, de paso, a millones de judíos y cristianos de hoy.
Además de aquellas leyes básicas, "por supuesto que el gran valor del Éxodo es el de la libertad", destaca Zakovitch, también uno de los más respetados estudiosos de la Biblia.
Para este experto, el concepto de libertad que postula la historia del Éxodo "sigue siendo más o menos el mismo" que se maneja en la actualidad, "el que dice que la esclavitud es algo muy malo, que todos los seres humanos tienen que ser libres".
"Desafortunadamente -afirma-, formas de esclavitud todavía sobreviven en nuestro mundo, y es por eso que la historia del Éxodo sigue siendo tan actual, y todos pueden aprender mucho de la historia y la tradición de un pueblo que logró ser libre".
En ese sentido, Zakovitch afirma que "los actuales judíos pasamos por algo bastante similar a lo que vivieron los antiguos israelitas: nosotros tampoco teníamos nuestro propio país y, después de pasar tanto tiempo en el exilio, finalmente tenemos nuestra propia tierra".
"Después de tantos siglos, nos podemos identificar tanto con la generación que escapó de Egipto", asegura.
Marcelo Raimon
Desde Tel Aviv, Israel
James Cameron, el director de "Titanic" y "Avatar", aparece vestido de saco y polera oscuros, brazos a los costados, delante de un fondo estilo egipcio-mitológico armado con efectos especiales, mira a cámara y se hace una pregunta "de tres mil años de antigüedad: ¿es el Éxodo un hecho o ficción?".
La escena pertenece al documental del 2006 "El Exodo Decodificado", dirigido para el History Channel por el israelí-canadiense Simcha Jacobovici y que cuenta a Cameron entre sus productores. Antes de pasar a las investigaciones y los comentarios de los expertos, Cameron asegura que tratarán de desentrañar el "más grande misterio de la arqueología", el de la salida de los israelitas de Egipto bajo el liderazgo de Moisés.
Que el director de grandes ficciones como "Terminator" se haga cargo de aclarar este "misterio" puede ser un poco contraproducente. Pero, en todo caso, es cierto que los hechos del Ëxodo según los relata la Biblia, y la propia existencia de Moisés, no cuentan todavía con pruebas arqueológicas homologadas por los cánones vigentes de esa ciencia y se sostienen, por ahora, solamente en la fe y la tradición.
Expertos en Arqueología y en Estudios de la Biblia aquí en Israel aceptan que no hay forma científica de probar que Moisés sacó a los israelitas de Egipto o de que pasó cuarenta años por el desierto tratando de llegar con su pueblo a la Tierra Prometida.
De hecho, cuando de la Biblia se trata, solamente hay rastros arqueológicos de David en adelante.
"La cuestión de la veracidad histórica del Éxodo ha ocupado a los académicos desde el comienzo de la investigación moderna", afirmó el profesor Israel Finkelstein en un reciente reporte de la Universidad de Tel Aviv. Muchos de esos investigadores, añadió, buscaron evidencias "en la tardía Era del Bronce, en el siglo 13 antes de la era cristiana, en parte porque el relato menciona la ciudad de Ramsés, y porque, a fines de ese siglo, un documento egipcio se refiere a la llegada de un grupo llamado 'Israel' a Canaán".
"Sin embargo -sigue Finkelstein, que trabaja en la Facultad de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv y es considerado uno de los mayores expertos en cuestiones de arqueología bíblica-, no hay evidencia de la propia historia del Exodo, ni en Egipto ni en el Sinai, y lo que es percibido por evidencia histórica en fuentes egipcias puede ser interpretado de diferentes maneras".
Incluso, añade el experto, la historia bíblica parece no estar sintonizada "con la situación política" imperante en Canaán en esa etapa de la Era del Bronce tardía, cuando "una poderosa administración egipcia" controlaba la región y podría haber desbaratado sin problemas la invasión de grupos desde el desierto, como los israelitas que llegaban al mando de Moisés y su hermano Aarón.
"Adicionalmente -abunda-, muchos de los detalles del relato bíblico se ajustan mejor a un periodo posterior en la historia de Egipto, de alrededor de los siglos 7 y 6 antes de la era cristiana, más o menos el momento en que la Biblia tal y como la conocemos hoy se estaba escribiendo".
Finkelstein dice que, a su juicio, "esta no es una historia inventada por autores posteriores, ya que hay referencias al Éxodo en los libros de Oseas y de Amós, que muy probablemente se remontan al siglo 8 antes de la era cristiana, lo que sugiere que se trata de una tradición antigua".
"En ese sentido -sigue el experto de la Universidad de Tel Aviv-, algunos académicos proponen que el origen" de la historia del Exodo "se ubica en un evento histórico antiguo, la expulsión de los caananitas del delta del Nilo a mediados del segundo milenio antes de la era cristiana".
"En todo caso -sintetiza-, la historia del Exodo está formada por varias capas y representa más de un periodo" de la historia antigua.
El documentalista Jacobovici, argumentó por su lado que muchas de las pruebas que fundamentarían el Éxodo y la existencia de Moisés, "están delante de nuestros ojos" y por eso, en general, se hacen difíciles de reconocer.
En primer lugar, el investigador y cineasta retoma la cuestión de la presencia en Egipto de los hicsos, un pueblo semita que llegó a controlar a la nación de las pirámides y que provenía de Canaán, la región de la Tierra Prometida.
Como faltan tantas piezas en el rompecabezas de la historia de los hicsos, es muy difícil saber si estaban o no relacionados con los israelitas, aunque la teoría de que se trató del mismo pueblo ya la presentaba el historiador judío fariseo Flavio Josefo, quien vivió en el primer siglo de la era cristiana.
Como muchas otras posibles evidencias de la veracidad del Exodo, la conexión hicsos-israelitas es un arma de doble filo. Por ejemplo, la Biblia cuenta que los israelitas fueron esclavos que escaparon de Egipto, mientras que los documentos arqueológicos muestran que los hicsos llegaron a controlar esa nación antigua y que fueron expulsados por las armas por el faraón Ahmose I.
Ese faraón está en el centro de otro argumento, ya que durante su tiempo se erigió la "estela" o monumento conocido como "Estela de la Tormenta", que relata precisamente un fenómeno climático o geológico que causó destrucción, oscuridad y calamidades en Egipto.
Los hechos relatados en la estela podrían estar relacionados con la erupción volcánica en la isla de Santorini de entre el 1639 y el 1500 antes de la era cristiana, según las distintas formas de calcular la antigüedad de las evidencias arqueológicas, y -según como se los miren- guardan alguna similaridad con las diez plagas del relato bíblico.
Jacobovici también alude a las excavaciones arqueológicas en Sarabit al-Jadim en el sudoeste del Sinai egipcio, donde se hallaron restos de un campamento de trabajo esclavo en una mina de turquesas. Allí se encontró también una inscripción en alfabeto semita en una pared, en la que uno de esos esclavos parece referirse al Dios de los hebreos para pedirle "por favor sácame de estas minas".
En estos días de Pésaj, cuando los judíos recuerdan una vez más, como lo vienen haciendo desde hace siglos, a sus antepasados israelitas saliendo de la esclavitud de Egipto, el Ëxodo vuelve a renacer y la figura de Moisés como el más grande héroe nacional suma una nueva capa de admiración.
"No hay pruebas arqueológicas ni de la existencia de Moisés ni de que haya ocurrido el Éxodo, pero yo creo que esa pregunta no es una pregunta relevante, porque en realidad no importa tanto qué fue exactamente lo que sucedió, lo que importa es la tradición, y las lecciones y los valores que se pueden aprender de la tradición".
Así resume el pensamiento de la mayoría de sus correligionarios el profesor Yair Zakovitch, del Departamento de Estudios Bíblicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Conversando con Infobae, Zakovitch recuerda que, cualquiera que sea su origen -un momento único, una leyenda o una superposición de relatos-, "lo que sí es un hecho es que el Éxodo se convirtió en el evento histórico más importante de la Biblia".
De ese relato provienen, por ejemplo, los Diez Mandamientos, el decálogo de conducta moral que viene rigiendo la vida de una enorme porción de la población mundial desde hace milenios.
Y, cuando Dios entregó esos mandamientos a Moisés, ancló todo precisamente en la historia del Éxodo: "Yo soy el Señor, tu Dios, quien te sacó de Egipto, fuera de la casa de la esclavitud", les recordó a los israelitas y, de paso, a millones de judíos y cristianos de hoy.
Además de aquellas leyes básicas, "por supuesto que el gran valor del Éxodo es el de la libertad", destaca Zakovitch, también uno de los más respetados estudiosos de la Biblia.
Para este experto, el concepto de libertad que postula la historia del Éxodo "sigue siendo más o menos el mismo" que se maneja en la actualidad, "el que dice que la esclavitud es algo muy malo, que todos los seres humanos tienen que ser libres".
"Desafortunadamente -afirma-, formas de esclavitud todavía sobreviven en nuestro mundo, y es por eso que la historia del Éxodo sigue siendo tan actual, y todos pueden aprender mucho de la historia y la tradición de un pueblo que logró ser libre".
En ese sentido, Zakovitch afirma que "los actuales judíos pasamos por algo bastante similar a lo que vivieron los antiguos israelitas: nosotros tampoco teníamos nuestro propio país y, después de pasar tanto tiempo en el exilio, finalmente tenemos nuestra propia tierra".
"Después de tantos siglos, nos podemos identificar tanto con la generación que escapó de Egipto", asegura.