Interés mundial en el "debate del siglo" entre los bestsellers de filosofía Slavoj Žižek y Jordan Peterson
Los intelectuales discutieron sobre la felicidad en el marxismo y el capitalismo en Toronto. El evento pudo verse por streaming
Infobae
"¿Qué produce más felicidad, el marxismo o el capitalismo?". Con esa pregunta como disparador, los intelectuales Slavoj Žižek y Jordan Peterson (56) confrontaron sus ideas ayer en Toronto, Canadá, ante una audiencia de millones de seguidores por internet.
El evento, vendido por los publicistas como "el debate del siglo", era muy esperado por el ámbito académico. Ambas personalidades son reconocidas a escala global por sus opiniones controversiales sobre temas de actualidad y ser una suerte de rockstars de los claustros universitarios.
Žižek, un sociólogo y psicoanalista lacaniano esloveno especializado en el filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, se hizo conocido por el público en general por su estilo histriónico, sus análisis de películas y series, y su defensa a rajatabla del comunismo.
En Argentina, el autor de El sublime objeto de la ideología es muy estudiado en las facultades de ciencias sociales y humanidades. Forma parte del marco teórico que vincula el marxismo con el psicoanálisis y llegó a polemizar en el ámbito nacional con el teórico y politólogo Ernesto Laclau, defensor de los populismos latinoamericanos.
En tanto, Peterson constituyó una tribuna con sus opiniones contrarias al feminismo, la diversidad sexual y el marxismo. Autor del bestseller Doce reglas para la vida: un antídoto al caos, frecuentemente se lo asocia al movimiento alt-right y con el conservadurismo de derecha que está en auge en todo el mundo. Su canal de YouTube tiene casi 2 millones de suscriptores y cada video supera el millón de visitas.
La convocatoria al debate surgió a partir de un curioso "accidente" en Twitter. En 2017, Peterson inició una discusión con un "bot" -un usuario "automatizado"- que repetía frases de Žižek. El canadiense no sabía que el esloveno carecía de cuentas en redes sociales.
Aquel hecho alcanzó repercusión mediática y Peterson invitó a Žižek a un debate televisado. Slavoj aceptó y el evento se llevó finamente este viernes Santo, en el Sony Center de Toronto
El estadio estuvo repleto y además se pudo seguir por internet, vía streaming. Tal fue la atracción de la pulseada intelectual que en la previa los boletos se agotaron rápidamente. Peterson comentó incluso que el precio de reventa de las entradas era superior a los partidos de Maple Leafs, el equipo local de hockey sobre hielo que participa en el torneo de la NHL.
Si bien había expectativas en "el debate del siglo", la prensa especializada dio un balance negativo sobre el encuentro. "Tuvo menos de una pelea de boxeo de peso pesado que un Grand Slam de la WWE (lucha libre)", señaló el diario británico The Guardian.
De "local", Peterson arrancó la discusión atacando al "Manifesto comunista" de Carlos Marx y Federico Engels. Aunque no cuestionó que el capitalismo genera desigualdades, el profesor defendió ese sistema económico al afirmar que "los ricos son cada vez más ricos, pero los pobres también se están enriqueciendo". "Marx pensó que el proletariado era bueno y la burguesía era mala", apuntó también.
Žižek, que suele denunciar los males y los cataclismos climáticos endilgados al capitalismo, resaltó que el mercado global actual no es verdaderamente libre. También habló sobre varios temas, entre ellos, el presidente Donald Trump, la crisis de los refugiados o el desplazamiento de la humanidad hacia el Apocalipsis. Sobre la felicidad, dijo: "Los humanos son muy creativos para sabotear la búsqueda de la felicidad".
Nathan Robinson, uno de los editores de la revista de análisis político Current Affairs, fue uno de los especialistas que hizo una cobertura especial del debate. No tuvo comentarios elogiosos para los intelectuales. Dijo que Peterson es "un charlatán tóxico" y Žižek "es una vergüenza humillante para la izquierda". Y sentenció: "Es impresionante la poca conexión entre lo que está pasando aquí y cualquier cosa que se considere un pensamiento racional".
Según The Guardian, el debate no tuvo tampoco grandes emociones: "Ambos hombres saben que son explícitamente retrocesos. No tienen una respuesta a los problemas reales que enfrentamos: el medio ambiente y el ascenso de China como un estado capitalista exitoso sin democracia. Tampoco puede enfrentar la realidad o el futuro. Por eso se retiran".
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"¿Qué produce más felicidad, el marxismo o el capitalismo?". Con esa pregunta como disparador, los intelectuales Slavoj Žižek y Jordan Peterson (56) confrontaron sus ideas ayer en Toronto, Canadá, ante una audiencia de millones de seguidores por internet.
El evento, vendido por los publicistas como "el debate del siglo", era muy esperado por el ámbito académico. Ambas personalidades son reconocidas a escala global por sus opiniones controversiales sobre temas de actualidad y ser una suerte de rockstars de los claustros universitarios.
Žižek, un sociólogo y psicoanalista lacaniano esloveno especializado en el filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, se hizo conocido por el público en general por su estilo histriónico, sus análisis de películas y series, y su defensa a rajatabla del comunismo.
En Argentina, el autor de El sublime objeto de la ideología es muy estudiado en las facultades de ciencias sociales y humanidades. Forma parte del marco teórico que vincula el marxismo con el psicoanálisis y llegó a polemizar en el ámbito nacional con el teórico y politólogo Ernesto Laclau, defensor de los populismos latinoamericanos.
En tanto, Peterson constituyó una tribuna con sus opiniones contrarias al feminismo, la diversidad sexual y el marxismo. Autor del bestseller Doce reglas para la vida: un antídoto al caos, frecuentemente se lo asocia al movimiento alt-right y con el conservadurismo de derecha que está en auge en todo el mundo. Su canal de YouTube tiene casi 2 millones de suscriptores y cada video supera el millón de visitas.
La convocatoria al debate surgió a partir de un curioso "accidente" en Twitter. En 2017, Peterson inició una discusión con un "bot" -un usuario "automatizado"- que repetía frases de Žižek. El canadiense no sabía que el esloveno carecía de cuentas en redes sociales.
Aquel hecho alcanzó repercusión mediática y Peterson invitó a Žižek a un debate televisado. Slavoj aceptó y el evento se llevó finamente este viernes Santo, en el Sony Center de Toronto
El estadio estuvo repleto y además se pudo seguir por internet, vía streaming. Tal fue la atracción de la pulseada intelectual que en la previa los boletos se agotaron rápidamente. Peterson comentó incluso que el precio de reventa de las entradas era superior a los partidos de Maple Leafs, el equipo local de hockey sobre hielo que participa en el torneo de la NHL.
Si bien había expectativas en "el debate del siglo", la prensa especializada dio un balance negativo sobre el encuentro. "Tuvo menos de una pelea de boxeo de peso pesado que un Grand Slam de la WWE (lucha libre)", señaló el diario británico The Guardian.
De "local", Peterson arrancó la discusión atacando al "Manifesto comunista" de Carlos Marx y Federico Engels. Aunque no cuestionó que el capitalismo genera desigualdades, el profesor defendió ese sistema económico al afirmar que "los ricos son cada vez más ricos, pero los pobres también se están enriqueciendo". "Marx pensó que el proletariado era bueno y la burguesía era mala", apuntó también.
Žižek, que suele denunciar los males y los cataclismos climáticos endilgados al capitalismo, resaltó que el mercado global actual no es verdaderamente libre. También habló sobre varios temas, entre ellos, el presidente Donald Trump, la crisis de los refugiados o el desplazamiento de la humanidad hacia el Apocalipsis. Sobre la felicidad, dijo: "Los humanos son muy creativos para sabotear la búsqueda de la felicidad".
Nathan Robinson, uno de los editores de la revista de análisis político Current Affairs, fue uno de los especialistas que hizo una cobertura especial del debate. No tuvo comentarios elogiosos para los intelectuales. Dijo que Peterson es "un charlatán tóxico" y Žižek "es una vergüenza humillante para la izquierda". Y sentenció: "Es impresionante la poca conexión entre lo que está pasando aquí y cualquier cosa que se considere un pensamiento racional".
Según The Guardian, el debate no tuvo tampoco grandes emociones: "Ambos hombres saben que son explícitamente retrocesos. No tienen una respuesta a los problemas reales que enfrentamos: el medio ambiente y el ascenso de China como un estado capitalista exitoso sin democracia. Tampoco puede enfrentar la realidad o el futuro. Por eso se retiran".