El depuesto dictador sudanés Al Bashir ingresa en prisión
La junta militar obtiene el apoyo de su vecino Egipto, pero debe hacer frente a los manifestantes que exigen un gobierno civil de transición
José Naranjo
Dakar, El País
Omar al Bashir, el depuesto presidente de Sudán, fue trasladado este martes por la noche a la cárcel de Kobar, al norte de la capital sudanesa, donde se encuentra en aislamiento y bajo una fuerte vigilancia, según han asegurado fuentes de su entorno más próximo y del citado centro penitenciario. Mientras, el nuevo régimen militar sudanés, con el general Abdel Fattah al Burhan a la cabeza, despliega una intensa actividad diplomática para recabar apoyos externos; el primero le llega de su vecino Egipto, mientras hace frente a la presión de miles de manifestantes que continúan movilizados y exigen el traspaso del poder a un consejo civil de transición.
El ingreso en prisión de Al Bashir, de 75 años, derrocado el pasado 11 de abril en un golpe de Estado protagonizado por su propio Ejército tras cuatro meses de manifestaciones, se produce después de que el general Al Burhan prometiera “eliminar las raíces” del régimen que gobernó el país durante 30 años. Sin embargo, los militares en el poder ya anunciaron que rechazan la entrega de Al Bashir a la Corte Penal Internacional, que pretende juzgarle por crímenes de guerra y contra la humanidad por la muerte de decenas de miles de civiles en Darfur.
En los últimos días, el Consejo Militar de Transición, que pretende ostentar el poder durante dos años, intenta ganarse el favor de los manifestantes que continúan movilizados en torno al cuartel general de las Fuerzas Armadas en una concentración que dura ya 12 días. Apenas 24 horas después de la caída de Al Bashir, el vicepresidente del antiguo régimen y ministro de Defensa, el general Awad Ibn Awf, se veía obligado a dimitir como presidente de la junta militar debido al rechazo de los ciudadanos. Desde entonces es Al Burhan, un general hasta ahora desconocido para la mayoría, quien lleva las riendas del país.
Este miércoles los militares han ordenado al Banco Central de Sudán que revise todas las transferencias de dinero desde el pasado 1 de abril y que congele todos los fondos “sospechosos”, en un intento de evitar evasión de capitales por parte de los miembros del régimen de Al Bashir, que están siendo relevados de sus cargos. Unas horas antes, el Consejo Militar de Transición destituyó al fiscal general del Estado, al presidente de la Fiscalía y a su adjunto y ordenó la liberación de cientos de manifestantes. Sin embargo, todos estos gestos de conciliación dirigidos a satisfacer a los ciudadanos no han logrado desactivar las protestas, en las que se reclama la creación de un consejo civil de transición.
El nuevo régimen busca aliados en el exterior
En el exterior, el nuevo régimen intenta ganarse el favor de sus vecinos y de los organismos internacionales. El general Al Burhan envió una delegación a Adis Abeba para negociar el respaldo de la Unión Africana (UA), que ya amenazó con suspender a Sudán si los militares se mantienen en el poder y le dio un plazo de dos semanas. En este sentido, es significativo que el primer país en expresar su “apoyo total” y explícito a la junta castrense haya sido Egipto y, en concreto, su propio jefe de Estado y actual presidente de la UA, Abdel Fatah al Sisi. El presidente de la junta militar sudanesa se ha reunido también con el embajador británico, aunque la Unión Europea también reclama el nombramiento de un consejo civil de transición.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos ha mostrado su disposición a retirar a Sudán de su lista de países promotores del terrorismo, en la que fue incluido en 1993, si se producen “cambios significativos y una transición tranquila”, según indicaron a Reuters fuentes del Departamento de Estado norteamericano, que añadieron que “es importante que la voluntad de la población sea respetada y el que pueblo sudanés cuente con una transición pacífica”.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, nombró este martes al abogado sudafricano Nicholas Haysom enviado para Sudán con el mandato de trabajar junto a la UA en la búsqueda de una salida a la crisis. El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne este miércoles después de que el propio Guterres asegurara que deben respetarse las "aspiraciones democráticas" del pueblo sudanés.
José Naranjo
Dakar, El País
Omar al Bashir, el depuesto presidente de Sudán, fue trasladado este martes por la noche a la cárcel de Kobar, al norte de la capital sudanesa, donde se encuentra en aislamiento y bajo una fuerte vigilancia, según han asegurado fuentes de su entorno más próximo y del citado centro penitenciario. Mientras, el nuevo régimen militar sudanés, con el general Abdel Fattah al Burhan a la cabeza, despliega una intensa actividad diplomática para recabar apoyos externos; el primero le llega de su vecino Egipto, mientras hace frente a la presión de miles de manifestantes que continúan movilizados y exigen el traspaso del poder a un consejo civil de transición.
El ingreso en prisión de Al Bashir, de 75 años, derrocado el pasado 11 de abril en un golpe de Estado protagonizado por su propio Ejército tras cuatro meses de manifestaciones, se produce después de que el general Al Burhan prometiera “eliminar las raíces” del régimen que gobernó el país durante 30 años. Sin embargo, los militares en el poder ya anunciaron que rechazan la entrega de Al Bashir a la Corte Penal Internacional, que pretende juzgarle por crímenes de guerra y contra la humanidad por la muerte de decenas de miles de civiles en Darfur.
En los últimos días, el Consejo Militar de Transición, que pretende ostentar el poder durante dos años, intenta ganarse el favor de los manifestantes que continúan movilizados en torno al cuartel general de las Fuerzas Armadas en una concentración que dura ya 12 días. Apenas 24 horas después de la caída de Al Bashir, el vicepresidente del antiguo régimen y ministro de Defensa, el general Awad Ibn Awf, se veía obligado a dimitir como presidente de la junta militar debido al rechazo de los ciudadanos. Desde entonces es Al Burhan, un general hasta ahora desconocido para la mayoría, quien lleva las riendas del país.
Este miércoles los militares han ordenado al Banco Central de Sudán que revise todas las transferencias de dinero desde el pasado 1 de abril y que congele todos los fondos “sospechosos”, en un intento de evitar evasión de capitales por parte de los miembros del régimen de Al Bashir, que están siendo relevados de sus cargos. Unas horas antes, el Consejo Militar de Transición destituyó al fiscal general del Estado, al presidente de la Fiscalía y a su adjunto y ordenó la liberación de cientos de manifestantes. Sin embargo, todos estos gestos de conciliación dirigidos a satisfacer a los ciudadanos no han logrado desactivar las protestas, en las que se reclama la creación de un consejo civil de transición.
El nuevo régimen busca aliados en el exterior
En el exterior, el nuevo régimen intenta ganarse el favor de sus vecinos y de los organismos internacionales. El general Al Burhan envió una delegación a Adis Abeba para negociar el respaldo de la Unión Africana (UA), que ya amenazó con suspender a Sudán si los militares se mantienen en el poder y le dio un plazo de dos semanas. En este sentido, es significativo que el primer país en expresar su “apoyo total” y explícito a la junta castrense haya sido Egipto y, en concreto, su propio jefe de Estado y actual presidente de la UA, Abdel Fatah al Sisi. El presidente de la junta militar sudanesa se ha reunido también con el embajador británico, aunque la Unión Europea también reclama el nombramiento de un consejo civil de transición.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos ha mostrado su disposición a retirar a Sudán de su lista de países promotores del terrorismo, en la que fue incluido en 1993, si se producen “cambios significativos y una transición tranquila”, según indicaron a Reuters fuentes del Departamento de Estado norteamericano, que añadieron que “es importante que la voluntad de la población sea respetada y el que pueblo sudanés cuente con una transición pacífica”.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, nombró este martes al abogado sudafricano Nicholas Haysom enviado para Sudán con el mandato de trabajar junto a la UA en la búsqueda de una salida a la crisis. El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne este miércoles después de que el propio Guterres asegurara que deben respetarse las "aspiraciones democráticas" del pueblo sudanés.