La dura relación de Son con su padre: "Daba miedo"
El extremo del Tottenham cuenta detalles de cómo era trabajar con su padre desde niño, con unos estrictos entrenamientos y una cultura del trabajo extenuante.
As.com
La relación entre un futbolista y sus padres no es siempre sencilla. Una buena muestra de ello es Heung-Min Son. El delantero coreano del Tottenham ha concedido una entrevista en la que desvela detalles sorprendentes de la relación con su progenitor y los estrictos métodos que ha utilizado con su hijo desde que era muy pequeño.
"Tenía cuatro horas de entrenamiento sin dejar caer la pelota. Después de tres horas veía tres balones y el piso rojo (por los ojos inyectados en sangre)... y él estaba tan enfadado. Cuatro horas sin dejar caer el balón. Ni una sola vez. Es difícil ¿no?", cuenta con naturalidad Son. "Era muy duro, daba miedo", reconoce.
Otra anécdota ocurrió cuando su padre se convirtió en entrenador de su equipo de la infancia. "Cuando tenía 10 o 12 años, llegó para entrenar al equipo de mi escuela y estábamos entrenando, 15 o 20 jugadores. La sesión consistía en no dejar caer el balón durante 40 minutos. Cuando alguien dejaba caer la pelota, mi padre no decía nada. Pero tan pronto como se me cayó a mí nos hizo comenzar de nuevo desde el principio. Fue duro, pero cuando lo piensas ahora, esta era la forma correcta", dice el jugador del Tottenham.
Pero la influencia de su padre no se limita al trabajo. También se deja notar en su vida personal, en detalles que en la sociedad occidental pueden parecer incomprensibles, pero que son normales en las culturas asiáticas, como el consejo de no casarse hasta que se retire. "Mi padre me dijo que cuando me casara la familia tendría que ser lo primero y que el fútbol pasaría a un segundo plano. Quiero asegurarme de que mientras juego en la élite el fútbol sea lo primero. No sabes cuánto tiempo estarás a este nivel. Cuando me retire, con 33 o 34 años, todavía podré tener una larga vida en familia", admite sin complejos.
No todo era dureza. Su padre también inculcó a Son unos principios de deportividad y respeto al rival. "Cuando era joven mi padre me dijo que si tenía la oportunidad de marcar, pero había un rival en el suelo porque se había hecho daño, tenía que echar el balón fuera e ir a preocuparme por su estado. Porque si eres un buen futbolista pero no sabes respetar a los demás no eres nadie. Todavía me lo dice. A veces es difícil, pero somos humanos antes que futbolistas. Debemos respetarnos dentro y fuera del campo".
También desveló quién ha sido su inspiración en sus años como profesional. "Sé que ser profesional es algo más que talento. Es como mi ídolo, Cristiano Ronaldo, que de hecho trabaja más del talento que tiene. Hay muchos jugadores que no tienen esa mentalidad, que creen que el talento es suficiente, pero no es así".
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La relación entre un futbolista y sus padres no es siempre sencilla. Una buena muestra de ello es Heung-Min Son. El delantero coreano del Tottenham ha concedido una entrevista en la que desvela detalles sorprendentes de la relación con su progenitor y los estrictos métodos que ha utilizado con su hijo desde que era muy pequeño.
"Tenía cuatro horas de entrenamiento sin dejar caer la pelota. Después de tres horas veía tres balones y el piso rojo (por los ojos inyectados en sangre)... y él estaba tan enfadado. Cuatro horas sin dejar caer el balón. Ni una sola vez. Es difícil ¿no?", cuenta con naturalidad Son. "Era muy duro, daba miedo", reconoce.
Otra anécdota ocurrió cuando su padre se convirtió en entrenador de su equipo de la infancia. "Cuando tenía 10 o 12 años, llegó para entrenar al equipo de mi escuela y estábamos entrenando, 15 o 20 jugadores. La sesión consistía en no dejar caer el balón durante 40 minutos. Cuando alguien dejaba caer la pelota, mi padre no decía nada. Pero tan pronto como se me cayó a mí nos hizo comenzar de nuevo desde el principio. Fue duro, pero cuando lo piensas ahora, esta era la forma correcta", dice el jugador del Tottenham.
Pero la influencia de su padre no se limita al trabajo. También se deja notar en su vida personal, en detalles que en la sociedad occidental pueden parecer incomprensibles, pero que son normales en las culturas asiáticas, como el consejo de no casarse hasta que se retire. "Mi padre me dijo que cuando me casara la familia tendría que ser lo primero y que el fútbol pasaría a un segundo plano. Quiero asegurarme de que mientras juego en la élite el fútbol sea lo primero. No sabes cuánto tiempo estarás a este nivel. Cuando me retire, con 33 o 34 años, todavía podré tener una larga vida en familia", admite sin complejos.
No todo era dureza. Su padre también inculcó a Son unos principios de deportividad y respeto al rival. "Cuando era joven mi padre me dijo que si tenía la oportunidad de marcar, pero había un rival en el suelo porque se había hecho daño, tenía que echar el balón fuera e ir a preocuparme por su estado. Porque si eres un buen futbolista pero no sabes respetar a los demás no eres nadie. Todavía me lo dice. A veces es difícil, pero somos humanos antes que futbolistas. Debemos respetarnos dentro y fuera del campo".
También desveló quién ha sido su inspiración en sus años como profesional. "Sé que ser profesional es algo más que talento. Es como mi ídolo, Cristiano Ronaldo, que de hecho trabaja más del talento que tiene. Hay muchos jugadores que no tienen esa mentalidad, que creen que el talento es suficiente, pero no es así".