Testificó el ingeniero colombiano que le creó un sistema de comunicaciones al "Chapo" Guzmán
Christian Rodríguez dijo que sufrió una crisis nerviosa, por la que estuvo hospitalizado en varias ocasiones cuando trabajó para el FBI
Infobae
Antes de sus 30, el ingeniero Christian Rodríguez ya había ganado medio millón de dólares por crear un sistema de comunicaciones encriptada para el Cartel de Sinaloa. Hasta que el FBI lo descubrió y, a cambio de no encarcelarlo, lo obligó a que colaborar para hundir al líder de la estructura, Joaquín "Chapo" Guzmán.
La tarea no fue fácil. Le costó una crisis nerviosa, varias hospitalizaciones y hasta electroshocks. Ya se había conocido que en medio de ese trabajo mudó tres servidores del "Chapo" de Canadá a Holanda, donde las autoridades norteamericanas pudieron interceptar sus llamadas y conocer cómo se movía y las órdenes que daba.
Fueron unas 1.500 llamadas telefónicas interceptadas entre abril de 2011 y enero de 2012, que hoy sirven de material probatorio en el juicio que se adelanta en Nueva York contra el narco mexicano. Y esta vez fue el turno para las declaraciones del ingeniero colombiano, de hoy 32 años.
Rodríguez relató ante los jurados que fue tal el estrés de la colaboración con el FBI y la traición al "Chapo" que estuvo dos veces hospitalizado. Lo que se le unió a que tenía dos familias al mismo tiempo, ambas con hijos y una de ellas desconocía la existencia de la otra. Temía por la seguridad de ellos.
"Tenía demasiado estrés sobre mí (…) Me dieron terapia electroconvulsiva", contó al jurado el hombre originario de Cali, quien todavía recibe terapia.
Rodríguez era especializado en herramientas telemáticas y digitales, con énfasis en sofisticados sistemas de encriptamiento, y trabajaba para el capo colombiano Jorge Cifuentes Villa, quien lo presenta con el "Chapo" en 2008.
Ahora es declarado objetivo a eliminar por el Cartel de Sinaloa, pero permanece en el programa de protección de testigos de Estados Unidos, que lo tiene escondido en ese país bajo otra identidad, y en libertad por su colaboración.
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Antes de sus 30, el ingeniero Christian Rodríguez ya había ganado medio millón de dólares por crear un sistema de comunicaciones encriptada para el Cartel de Sinaloa. Hasta que el FBI lo descubrió y, a cambio de no encarcelarlo, lo obligó a que colaborar para hundir al líder de la estructura, Joaquín "Chapo" Guzmán.
La tarea no fue fácil. Le costó una crisis nerviosa, varias hospitalizaciones y hasta electroshocks. Ya se había conocido que en medio de ese trabajo mudó tres servidores del "Chapo" de Canadá a Holanda, donde las autoridades norteamericanas pudieron interceptar sus llamadas y conocer cómo se movía y las órdenes que daba.
Fueron unas 1.500 llamadas telefónicas interceptadas entre abril de 2011 y enero de 2012, que hoy sirven de material probatorio en el juicio que se adelanta en Nueva York contra el narco mexicano. Y esta vez fue el turno para las declaraciones del ingeniero colombiano, de hoy 32 años.
Rodríguez relató ante los jurados que fue tal el estrés de la colaboración con el FBI y la traición al "Chapo" que estuvo dos veces hospitalizado. Lo que se le unió a que tenía dos familias al mismo tiempo, ambas con hijos y una de ellas desconocía la existencia de la otra. Temía por la seguridad de ellos.
"Tenía demasiado estrés sobre mí (…) Me dieron terapia electroconvulsiva", contó al jurado el hombre originario de Cali, quien todavía recibe terapia.
Rodríguez era especializado en herramientas telemáticas y digitales, con énfasis en sofisticados sistemas de encriptamiento, y trabajaba para el capo colombiano Jorge Cifuentes Villa, quien lo presenta con el "Chapo" en 2008.
Ahora es declarado objetivo a eliminar por el Cartel de Sinaloa, pero permanece en el programa de protección de testigos de Estados Unidos, que lo tiene escondido en ese país bajo otra identidad, y en libertad por su colaboración.