Maduro rechaza cualquier plazo para convocar elecciones y carga contra las “élites europeas”
El líder chavista advierte a Guaidó: "Esta situación se resolverá ante el poder judicial"
F. MANETTO
Caracas, El País
Nicolás Maduro cargó este domingo contra la Unión Europea y aseguró que rechaza, sin matices, cualquier plazo para convocar elecciones como le reclama Bruselas antes de reconocer como presidente legítimo al líder opositor Juan Guaidó. El mandatario venezolano aseguró que no habrá nuevos comicios y lanzó acusaciones a las principales instancias de la comunidad internacional. En esta ocasión se centró en Bruselas, después de que el sábado le exigiera que tomara una decisión “en cuestión de días”.
“Nadie puede darnos un ultimátum. Si alguien quiere irse de Venezuela, que se vaya”, dijo Maduro a CNN Türk, la filial turca de la cadena estadounidense. El sucesor de Hugo Chávez calificó de “arrogante” la declaración y opinó que “las élites europeas no reflejan la opinión de los pueblos europeos”. El pasado viernes, había arremetido contra el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el ministro de Exteriores, Josep Borrell. “Si quiere elecciones, vayan a hacerlas a España”.
Las presidenciales celebradas en mayo son precisamente el punto de partida de este choque. Los principales partidos de la oposición no participaron en esos comicios por considerar que carecían de garantías democráticas y las potencias americanas y europeas impugnaron su celebración. Maduro acudió a las urnas sin rivales que pudieran hacerle sombra y ganó, aunque lo hizo con una abstención histórica en Venezuela de más del 50%.
En virtud de ese resultado, el pasado 10 de enero tomó de nuevo posesión para un segundo período, hasta 2025. Sin embargo, la Asamblea Nacional presidida por Guaidó —el Parlamento de mayoría opositora que ganó unas elecciones en 2015 y dos años después fue despojado de sus funciones— ve ilegítimo el nuevo mandato. Maduro, en cambio, le advirtió de que "esta situación se resolverá ante el poder judicial", una institución que ya ha cerrado filas con el oficialismo.
El líder chavista lleva días endureciendo su habitual retórica del enemigo exterior. Después de que Guaidó le desafiara al jurar como presidente en una multitudinaria movilización en Caracas, denunció “un golpe” orquestado desde Estados Unidos, el primer país en reconocer como mandatario legítimo al dirigente opositor. “No descansaremos hasta derrotar el golpe de Estado que pretende intervenir en la vida política de Venezuela, echar de lado nuestra soberanía e instaurar un Gobierno títere del imperio estadounidense”, se revolvió en Twitter.
“Nadie nos va a someter, el tiempo de las invasiones y los golpes de Estado se terminó. ¡Jamás nos rendiremos!”, continuó Maduro, quien a la hora de la verdad evitó cortar todos los lazos con Estados Unidos. Pese a haber roto de facto las relaciones diplomáticas, se avino a negociar la apertura de una “oficina de intereses” en Caracas y en Washington. Los dos Gobiernos se dan un mes para tratar de llegar a un acuerdo, “ambas misiones cesarán sus actividades”.
F. MANETTO
Caracas, El País
Nicolás Maduro cargó este domingo contra la Unión Europea y aseguró que rechaza, sin matices, cualquier plazo para convocar elecciones como le reclama Bruselas antes de reconocer como presidente legítimo al líder opositor Juan Guaidó. El mandatario venezolano aseguró que no habrá nuevos comicios y lanzó acusaciones a las principales instancias de la comunidad internacional. En esta ocasión se centró en Bruselas, después de que el sábado le exigiera que tomara una decisión “en cuestión de días”.
“Nadie puede darnos un ultimátum. Si alguien quiere irse de Venezuela, que se vaya”, dijo Maduro a CNN Türk, la filial turca de la cadena estadounidense. El sucesor de Hugo Chávez calificó de “arrogante” la declaración y opinó que “las élites europeas no reflejan la opinión de los pueblos europeos”. El pasado viernes, había arremetido contra el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el ministro de Exteriores, Josep Borrell. “Si quiere elecciones, vayan a hacerlas a España”.
Las presidenciales celebradas en mayo son precisamente el punto de partida de este choque. Los principales partidos de la oposición no participaron en esos comicios por considerar que carecían de garantías democráticas y las potencias americanas y europeas impugnaron su celebración. Maduro acudió a las urnas sin rivales que pudieran hacerle sombra y ganó, aunque lo hizo con una abstención histórica en Venezuela de más del 50%.
En virtud de ese resultado, el pasado 10 de enero tomó de nuevo posesión para un segundo período, hasta 2025. Sin embargo, la Asamblea Nacional presidida por Guaidó —el Parlamento de mayoría opositora que ganó unas elecciones en 2015 y dos años después fue despojado de sus funciones— ve ilegítimo el nuevo mandato. Maduro, en cambio, le advirtió de que "esta situación se resolverá ante el poder judicial", una institución que ya ha cerrado filas con el oficialismo.
El líder chavista lleva días endureciendo su habitual retórica del enemigo exterior. Después de que Guaidó le desafiara al jurar como presidente en una multitudinaria movilización en Caracas, denunció “un golpe” orquestado desde Estados Unidos, el primer país en reconocer como mandatario legítimo al dirigente opositor. “No descansaremos hasta derrotar el golpe de Estado que pretende intervenir en la vida política de Venezuela, echar de lado nuestra soberanía e instaurar un Gobierno títere del imperio estadounidense”, se revolvió en Twitter.
“Nadie nos va a someter, el tiempo de las invasiones y los golpes de Estado se terminó. ¡Jamás nos rendiremos!”, continuó Maduro, quien a la hora de la verdad evitó cortar todos los lazos con Estados Unidos. Pese a haber roto de facto las relaciones diplomáticas, se avino a negociar la apertura de una “oficina de intereses” en Caracas y en Washington. Los dos Gobiernos se dan un mes para tratar de llegar a un acuerdo, “ambas misiones cesarán sus actividades”.