A tres días de haber llegado a América Latina, el papa Francisco mantiene su silencio sobre la crisis en Venezuela
El Sumo Pontífice ofreció este sábado una misa a la comunidad religiosa católica en la iglesia colonial Santa María La Antigua, del emblemático Casco Viejo de Ciudad de Panamá. No hizo referencias al drama que atraviesa el país caribeño
Infobae
El papa Francisco se dirigió este sábado a sacerdotes y seminaristas de Panamá y, a tres días de haber arribado a la región, sigue sin referirse a la crisis que atraviesa Venezuela, país que la última semana tuvo masivas manifestaciones (en las que murieron 26 personas) pidiendo la salida del poder de Nicolás Maduro.
El pontífice argentino, de 82 años, ofreció una misa a la comunidad religiosa católica en la iglesia colonial Santa María La Antigua del emblemático Casco Viejo de Ciudad de Panamá.
Su agenda seguirá posteriormente con una visita al Seminario Mayor de San José, una oportunidad para hablar sobre la crisis de vocaciones sacerdotales.
Aunque Francisco no ha hablado durante su estadía en Panamá en público sobre la controversia de los escándalos sexuales, el portavoz de la Santa Sede reiteró el viernes que el Papa espera fijar "medidas concretas" para combatir este flagelo en la cumbre extraordinaria de obispos que se llevará a cabo del 21 al 24 de febrero en el Vaticano.
"Será una ocasión sin precedentes para enfrentar, como hemos dicho muchas veces (…), el problema y encontrar realmente medidas concretas para que cuando los obispos regresen de Roma a sus diócesis, puedan enfrentar esta plaga, esta terrible plaga", declaró el director interino de la oficina de prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti.
"El Santo Padre" tiene "en el corazón y en la mente" la necesidad de combatir los abusos, insistió Gisotti.
Nuevo baño de masas
A finales de la tarde de este sábado, Francisco presidirá ante millares de jóvenes una vigilia al aire libre, en el penúltimo de los cinco días de su visita al istmo, uno de los actos más significativos de la Jornada Mundial de la Juventud.
El Papa volverá a tener contacto masivo con las nuevas generaciones, sobre todo latinoamericanas, en el Metro Park, un campo de tres kilómetros de extensión que se encuentra entre Ciudad de Panamá y el aeropuerto internacional de Tocumen.
Jorge Bergoglio espera que la Iglesia se comprometa en "acoger, proteger (…) e integrar" a los emigrantes, muchos de ellos jóvenes que buscan mejores condiciones de vida o escapan de la violencia de pandillas.
En esa línea, en un vía crucis realizado el viernes en el paseo marítimo de la capital panameña, condenó sin tapujos los ataques contra los emigrantes y que se les identifique como "portador de mal social".
La defensa de los migrantes ante los brotes de xenofobia marcó el encuentro con la juventud latinoamericana, sacudida por la ola migratoria que azota en Centroamérica y Venezuela.
El domingo Francisco terminará su vigésimo sexto viaje al extranjero desde que fue elegido papa en 2013, con la misa de cierre de la JMJ en el Metro Park, rebautizado como Campo San Juan Pablo II.
En 1983, Juan Pablo II estuvo un día en Panamá como parte de una gira por América Central.
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El papa Francisco se dirigió este sábado a sacerdotes y seminaristas de Panamá y, a tres días de haber arribado a la región, sigue sin referirse a la crisis que atraviesa Venezuela, país que la última semana tuvo masivas manifestaciones (en las que murieron 26 personas) pidiendo la salida del poder de Nicolás Maduro.
El pontífice argentino, de 82 años, ofreció una misa a la comunidad religiosa católica en la iglesia colonial Santa María La Antigua del emblemático Casco Viejo de Ciudad de Panamá.
Su agenda seguirá posteriormente con una visita al Seminario Mayor de San José, una oportunidad para hablar sobre la crisis de vocaciones sacerdotales.
Aunque Francisco no ha hablado durante su estadía en Panamá en público sobre la controversia de los escándalos sexuales, el portavoz de la Santa Sede reiteró el viernes que el Papa espera fijar "medidas concretas" para combatir este flagelo en la cumbre extraordinaria de obispos que se llevará a cabo del 21 al 24 de febrero en el Vaticano.
"Será una ocasión sin precedentes para enfrentar, como hemos dicho muchas veces (…), el problema y encontrar realmente medidas concretas para que cuando los obispos regresen de Roma a sus diócesis, puedan enfrentar esta plaga, esta terrible plaga", declaró el director interino de la oficina de prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti.
"El Santo Padre" tiene "en el corazón y en la mente" la necesidad de combatir los abusos, insistió Gisotti.
Nuevo baño de masas
A finales de la tarde de este sábado, Francisco presidirá ante millares de jóvenes una vigilia al aire libre, en el penúltimo de los cinco días de su visita al istmo, uno de los actos más significativos de la Jornada Mundial de la Juventud.
El Papa volverá a tener contacto masivo con las nuevas generaciones, sobre todo latinoamericanas, en el Metro Park, un campo de tres kilómetros de extensión que se encuentra entre Ciudad de Panamá y el aeropuerto internacional de Tocumen.
Jorge Bergoglio espera que la Iglesia se comprometa en "acoger, proteger (…) e integrar" a los emigrantes, muchos de ellos jóvenes que buscan mejores condiciones de vida o escapan de la violencia de pandillas.
En esa línea, en un vía crucis realizado el viernes en el paseo marítimo de la capital panameña, condenó sin tapujos los ataques contra los emigrantes y que se les identifique como "portador de mal social".
La defensa de los migrantes ante los brotes de xenofobia marcó el encuentro con la juventud latinoamericana, sacudida por la ola migratoria que azota en Centroamérica y Venezuela.
El domingo Francisco terminará su vigésimo sexto viaje al extranjero desde que fue elegido papa en 2013, con la misa de cierre de la JMJ en el Metro Park, rebautizado como Campo San Juan Pablo II.
En 1983, Juan Pablo II estuvo un día en Panamá como parte de una gira por América Central.