Un cura francés condenado a 6 meses de cárcel por abusar de un menor
Francia, AFP
Un cura francés fue condenado hoy a seis meses de cárcel y otros 12 exentos de cumplimiento por haber abusado sexualmente de un menor en la década de 1990, el único caso que no había prescrito de las decenas de denuncias presentadas contra el clérigo, informó una fuente judicial.
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Régis Peyrard, de 85 años, llegó a admitir los hechos durante la vista que se abrió en el Tribunal Correccional de Saint-Etienne (centro) el pasado 20 de noviembre, pidió perdón a las víctimas y aseguró sentirse como “un cabrón”.
Ex capellán del instituto de Montbrison, Peyrard organizaba campamentos con estudiantes durante los cuales, según varios testimonios de víctimas, abusaba de alumnos.
De todas las acusaciones, solo las de un antiguo alumno, que tenía entonces entre 11 y 12 años, escapó a la prescripción y llegó al tribunal.
La Fiscalía había reclamado contra Peyrard tres años de cárcel, la mitad de ellos firmes.
Sus superiores aseguraron que, desde que conocieron los hechos a principios de este siglo, relevaron al cura de sus funciones, aunque el caso nunca fue llevado a la justicia.
Durante la vista, Peyrard admitió que tenía “dudas morales” y reconoció que trataba de no quedarse a solas con niños.
En un momento dado pidió perdón a las víctimas, dijo ignorar que su forma de actuar les causaba “ese tipo de traumas” y declaró: “Soy un cabrón”.
El arzobispado de Saint-Etienne había convencido al clérigo de que renunciara a su condición de religioso.
Un cura francés fue condenado hoy a seis meses de cárcel y otros 12 exentos de cumplimiento por haber abusado sexualmente de un menor en la década de 1990, el único caso que no había prescrito de las decenas de denuncias presentadas contra el clérigo, informó una fuente judicial.
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Sus superiores aseguraron que, desde que conocieron los hechos a principios de este siglo, relevaron al cura de sus funciones, aunque el caso nunca fue llevado a la justicia.
Durante la vista, Peyrard admitió que tenía “dudas morales” y reconoció que trataba de no quedarse a solas con niños.
En un momento dado pidió perdón a las víctimas, dijo ignorar que su forma de actuar les causaba “ese tipo de traumas” y declaró: “Soy un cabrón”.
El arzobispado de Saint-Etienne había convencido al clérigo de que renunciara a su condición de religioso.