Rusia acusa a Israel de poner en peligro dos vuelos civiles en un ataque en Siria
Seis F-16 dispararon misiles desde el espacio áreo libanés contra instalaciones iraníes en Damasco
Juan Carlos Sanz
Corresponsal en Oriente Próximo
Jerusalén, El País
“Nunca había habido tanta actividad aérea en la historia de Oriente Próximo”, se ufanaba este miércoles el primer ministro Benjamín Netanyahu en una ceremonia de graduación de nuevos pilotos de Fuera Aérea Israelí. Casi en el mismo momento, el Ministerio de Defensa ruso acusaba a Israel de haber puesto en peligro dos vuelos civiles —cuya nacionalidad y origen no fueron revelados—durante el ataque registrado la noche anterior contra instalaciones militares iraníes cercanas a Damasco. El comunicado militar emitido en Moscú —citado por Interfax y reproducido por la prensa hebrea— responsabilizaba a la aviación de combate israelí de haber violado la soberanía de Líbano y Siria con este ataque. Seis cazas F-16 israelíes dispararon al menos 16 misiles desde el espacio aéreo libanés contra depósitos de armamento iraníes situados al oeste de Damasco.
Dos de los proyectiles alcanzaron sus objetivos y el resto fueron destruidos por las defensas antiaéreas sirias. Unos de los aviones comerciales de línea se dirigía a aterrizar en Beirut y el otro tenía Damasco como destino. Las autoridades libanesas confirmaron ambos incidentes. “Se ha evitado de milagro una catástrofe con pasajeros de dos aviones civiles”, dijo el ministro de Obras Públicas Yussef Fenianos, informa la agencia de noticias France Presse.
En la misma noche del martes, el escudo antimisiles de Israel interceptó un cohete antiaéreo disparado desde Siria que no llegó a causar daños, según un portavoz de la Fuerzas Armadas. Residentes en la ciudad de Hadera, en la costa situada al norte de Tel Aviv, informaron de que habían divisado el trazado dejado por el misil en el cielo antes de que se escuchara una gran explosión.
La agencia estatal de noticias siria SANA dio cuenta también de la respuesta de las baterías antiaéreas del Ejército contra una incursión masiva israelí desde el espacio aéreo de Líbano. Tres soldados sirios sufrieron heridas en el ataque a un almacén de armamento.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG que dispone de informadores sobre el terreno, precisó que la operación israelí iba dirigida contra depósitos de armas de las fuerzas iraníes y de las milicias chiíes de Hezbolá que combaten en las filas del régimen del presidente Bachar el Asad. Las explosiones provocadas por el ataque se escucharon también en el aeropuerto militar de Al Mezzeh.
Estos incidente se han producido después de que Netanyahu anunciase que las fuerzas de Israel iban a mantener, e incluso intensificar, su actividad en Siria tras la retirada de tropas estadounidenses anunciada la semana pasada por el presidente Donald Trump. “No vamos a tolerar que Irán se afiance en Siria”, se ratificó este miércoles sin referirse a los últimos ataques, “seguiremos actuando contundentemente”.
La tensión se eleva desde hace ya tiempo en los cielos próximos a Siria. Las defensas antiaéreas de Siria derribaron el pasado mes de febrero un F-16 israelí que participaba en una misión en territorio sirio. Los dos pilotos pudieron abandonar el aparato y fueron rescatados en el norte de Israel, en el incidente más grave en el que se ha visto implicado el Estado hebreo en los más de siete años de guerra civil en el vecino país árabe.
Otro incidente de entidad se registró en marzo de 2017, cuando el Ejército de Damasco disparó misiles tierra-aire SA5 contra cazas de la Fuerza Aérea israelí que estaban atacando objetivos de Hezbolá. Israel tuvo que activar entonces el escudo antimisiles Arrow-3 contra proyectiles enemigos. Uno de los cohetes lanzados desde Siria fue interceptado y destruido al norte de Jerusalén por los radares y baterías del sistema de fabricación conjunta israelo-estadounidense.
Escudos antimisiles
Junto con la llamada Cúpula de Hierro (corto alcance, probado en Gaza, el mar Rojo y Galilea) y el sistema Honda de David (medio alcance, en pruebas), el Arrow está instalado en Israel desde el año 2000 para interceptar misiles balísticos, como los lanzados sobre territorio israelí por el régimen iraquí de Sadam Husein en la Guerra del Golfo (1991). La tercera generación de este escudo defensivo ha sido puesta en servicio operativo recientemente.
Desde el inicio del conflicto sirio, en 2011, Israel ha lanzando centenares de ataques contra depósitos y convoyes de armas destinados a la guerrilla libanesa chií de Hezbolá y a la fuerza Al Quds, cuerpo expedicionario de la Guardia Revolucionaria iraní.
Tras el despliegue de Rusia en apoyo del régimen en septiembre de 2015, Moscú desplegó en Siria misiles antiaéreos S-400 de última generación. El derribo accidental de un avión espía ruso en Lataquia (noroeste) —en el que murieron 15 militares— fue causado por disparos sirios durante un ataque aéreo israelí simultáneo. Este incidente precipitó el rearme del régimen con sistemas antiaéreos más precisos. El pasado octubre, Rusia envío a Siria varias baterías S-300 modernizadas con radares.
Israel y Siria siguen técnicamente en guerra tras el armisticio que puso fin a la guerra de 1973, también conocida como del Yom Kipur, en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde 1967.
Juan Carlos Sanz
Corresponsal en Oriente Próximo
Jerusalén, El País
“Nunca había habido tanta actividad aérea en la historia de Oriente Próximo”, se ufanaba este miércoles el primer ministro Benjamín Netanyahu en una ceremonia de graduación de nuevos pilotos de Fuera Aérea Israelí. Casi en el mismo momento, el Ministerio de Defensa ruso acusaba a Israel de haber puesto en peligro dos vuelos civiles —cuya nacionalidad y origen no fueron revelados—durante el ataque registrado la noche anterior contra instalaciones militares iraníes cercanas a Damasco. El comunicado militar emitido en Moscú —citado por Interfax y reproducido por la prensa hebrea— responsabilizaba a la aviación de combate israelí de haber violado la soberanía de Líbano y Siria con este ataque. Seis cazas F-16 israelíes dispararon al menos 16 misiles desde el espacio aéreo libanés contra depósitos de armamento iraníes situados al oeste de Damasco.
Dos de los proyectiles alcanzaron sus objetivos y el resto fueron destruidos por las defensas antiaéreas sirias. Unos de los aviones comerciales de línea se dirigía a aterrizar en Beirut y el otro tenía Damasco como destino. Las autoridades libanesas confirmaron ambos incidentes. “Se ha evitado de milagro una catástrofe con pasajeros de dos aviones civiles”, dijo el ministro de Obras Públicas Yussef Fenianos, informa la agencia de noticias France Presse.
En la misma noche del martes, el escudo antimisiles de Israel interceptó un cohete antiaéreo disparado desde Siria que no llegó a causar daños, según un portavoz de la Fuerzas Armadas. Residentes en la ciudad de Hadera, en la costa situada al norte de Tel Aviv, informaron de que habían divisado el trazado dejado por el misil en el cielo antes de que se escuchara una gran explosión.
La agencia estatal de noticias siria SANA dio cuenta también de la respuesta de las baterías antiaéreas del Ejército contra una incursión masiva israelí desde el espacio aéreo de Líbano. Tres soldados sirios sufrieron heridas en el ataque a un almacén de armamento.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG que dispone de informadores sobre el terreno, precisó que la operación israelí iba dirigida contra depósitos de armas de las fuerzas iraníes y de las milicias chiíes de Hezbolá que combaten en las filas del régimen del presidente Bachar el Asad. Las explosiones provocadas por el ataque se escucharon también en el aeropuerto militar de Al Mezzeh.
Estos incidente se han producido después de que Netanyahu anunciase que las fuerzas de Israel iban a mantener, e incluso intensificar, su actividad en Siria tras la retirada de tropas estadounidenses anunciada la semana pasada por el presidente Donald Trump. “No vamos a tolerar que Irán se afiance en Siria”, se ratificó este miércoles sin referirse a los últimos ataques, “seguiremos actuando contundentemente”.
La tensión se eleva desde hace ya tiempo en los cielos próximos a Siria. Las defensas antiaéreas de Siria derribaron el pasado mes de febrero un F-16 israelí que participaba en una misión en territorio sirio. Los dos pilotos pudieron abandonar el aparato y fueron rescatados en el norte de Israel, en el incidente más grave en el que se ha visto implicado el Estado hebreo en los más de siete años de guerra civil en el vecino país árabe.
Otro incidente de entidad se registró en marzo de 2017, cuando el Ejército de Damasco disparó misiles tierra-aire SA5 contra cazas de la Fuerza Aérea israelí que estaban atacando objetivos de Hezbolá. Israel tuvo que activar entonces el escudo antimisiles Arrow-3 contra proyectiles enemigos. Uno de los cohetes lanzados desde Siria fue interceptado y destruido al norte de Jerusalén por los radares y baterías del sistema de fabricación conjunta israelo-estadounidense.
Escudos antimisiles
Junto con la llamada Cúpula de Hierro (corto alcance, probado en Gaza, el mar Rojo y Galilea) y el sistema Honda de David (medio alcance, en pruebas), el Arrow está instalado en Israel desde el año 2000 para interceptar misiles balísticos, como los lanzados sobre territorio israelí por el régimen iraquí de Sadam Husein en la Guerra del Golfo (1991). La tercera generación de este escudo defensivo ha sido puesta en servicio operativo recientemente.
Desde el inicio del conflicto sirio, en 2011, Israel ha lanzando centenares de ataques contra depósitos y convoyes de armas destinados a la guerrilla libanesa chií de Hezbolá y a la fuerza Al Quds, cuerpo expedicionario de la Guardia Revolucionaria iraní.
Tras el despliegue de Rusia en apoyo del régimen en septiembre de 2015, Moscú desplegó en Siria misiles antiaéreos S-400 de última generación. El derribo accidental de un avión espía ruso en Lataquia (noroeste) —en el que murieron 15 militares— fue causado por disparos sirios durante un ataque aéreo israelí simultáneo. Este incidente precipitó el rearme del régimen con sistemas antiaéreos más precisos. El pasado octubre, Rusia envío a Siria varias baterías S-300 modernizadas con radares.
Israel y Siria siguen técnicamente en guerra tras el armisticio que puso fin a la guerra de 1973, también conocida como del Yom Kipur, en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde 1967.