Jeques, zares y billonarios de tierras lejanas: la historia de los nuevos dueños del fútbol europeo

Tomas Orihuela
Infobae
Por mucho que los románticos quieran resistirse a pensar lo contrario, el fútbol es desde hace mucho tiempo un negocio. O por lo menos, así lo entienden empresarios y jeques a la hora de buscar oportunidades de aumentar su capital. Durante el último siglo, aumentaron considerablemente el número de equipos que pasaron a estar presididos por multimillonarios asiáticos. El último en poner su ojo en un club de fútbol para calmar sus caprichos es el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman. Sí, el mismo que está en el radar del Servicio de Inteligencia americano por el asesinato de un periodista. Su nueva ambición: el Manchester United.


España, Inglaterra, Francia e Italia. Las principales 15 compras de clubes europeos sucedieron en estos cuatro países. No son los únicos, pero sí los que más repercusión han levantado.

El imperio de estos millonarios también se extiende a clubes más modestos como el Granada, un conjunto que pertenecía a una familia italiana y ahora está en manos de Jiang Lizhang, un empresario chino que también es copropietario de los Minnesota Timberwolves de la NBA.

El norte de España también vivió una situación curiosa con el rescate del Oviedo, un club mítico al borde de la desaparición hasta que llegó Carlos Slim con dos millones de euros. Todo empezó con una broma telefónica. Un programa deportivo radiofónico en España llamó por teléfono a Arturo Elías Ayub, confidente de Slim, haciéndose pasar por Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid. Ayub sospechó de la broma, pero se interesó por la situación del conjunto asturiano, y al día siguiente compró acciones en el club, que ahora milita en Segunda División.

El caso más exitoso ha sido hasta el momento el de Roman Abramovich, pese a que ahora está considerando vender el Chelsea por complicaciones en su visado británico. El sueño deportivo de la gran mayoría de estos oligarcas es la obtención de la Champions League, no alcanza con ser el campeón de la liga regular. El único que lo consiguió fue él, que vio a los blues llegar a dos finales: una la perdió en penales frente al Manchester United de Cristiano Ronaldo y otra la ganó al Bayern de Múnich en su casa, también desde el punto fatídico.

Sus vecinos de Londres, sin embargo, van en dirección contraria. Stan Kroenke aprovechó el mes de parón tras el Mundial para hacerse con el resto del Arsenal, y ahora es propietario único, algo que no gustó a un sector de los aficionados.

Noventa millas más al norte, el Leicester vivió su particular cuento de hadas bajo el mandato de Vichai Srivaddhanaprabha, que se hizo famoso por excentricidades como la de aterrizar su helicóptero en el centro del campo del King Power Stadium en un encuentro frente al Chelsea. Vichai también introdujo ritos religiosos budistas en el vestuario del equipo, y se hizo habitual ver a monjes dando bendiciones a Jamie Vardy o Wes Morgan. Casualidad o no, pasaron de Segunda División a ganar la exigente Premier League.



La tendencia en la liga inglesa suele apuntar a pequeños accionistas en Estados Unidos, pero la moda extendida de comprar clubes se propagó por Oriente Medio y el este asiático, tal y como se percibe en este mapa interactivo.

No todos los casos son positivos. Buena cuenta de ello pueden dar en el sur de España con Al Thani, que preside al Málaga desde Qatar por culpa del "bloqueo político" que sufre su país, según sus propias palabras. Desde ahí, el jeque concedió una entrevista en la que se quejó públicamente al alcalde de la ciudad, Franciso de la Torre, de que no apoya al equipo, lo ofrece a inversores y no da la cara por el club frente a la Real Federación Española de Fútbol por lo que él considera injusticias arbitrales. La temporada pasada, el Málaga fue último, perdió la categoría, y los tiempos en los que el club blanquiazul plantaba cara a poderosos como el Milan o el Borussia ya parecen lejanos.

Piedra en las sandalias de los jeques

Aunque no lo parezca, los multimillonarios todavía tienen trabas en Europa. De hecho, es la principal razón por la que un inversor extranjero no puede hacerse con el Real Madrid o el FC Barcelona. Los dos clubes más grandes de España no son sociedades anónimas, pertenecen a los socios, y no tiene las tasas de impuestos de sociedades que cubren el resto de clubes. Esa desigualdad les protege de jeques, pero a la vez siembra malestar entre el resto de clubes, que siempre catalogaron ese beneficio como injusto. También sucede en clubes como Osasuna, ahora en Segunda División, o la Real Sociedad.

Alemania también está protegido de multimillonarios gracias a la 'regla 50+1', que obliga a que la mayoría de los votos en el consejo de los clubes pertenezcan a los socios. Esta obligación legislativa, que nació en 1998, tiene excepciones históricas, y parece que podría cambiar en los próximos años.

Lo que parece evidente es que el dinero no consigue títulos continentales, pero acerca al balcón de los grandes históricos. Por otro lado, el capital que avalan para comprar acciones no suele incluir fichajes astronómicos, por lo que las aportaciones de estos jeques es superior en la mayoría de casos. Por ejemplo, el grupo que está detrás del PSG pagó menos que el Inter (era un equipo pobre antes de la llegada de los qataríes), pero sus fichajes le colocan en un gasto superior. Sus dos últimos golpes, conocidos por todos, entran en el top 5 de cantidad empleada para hacerse con clubes y jugadores en Europa.

Quizá el próximo en desembarcar sea el príncipe heredero Mohammad bin Salman, que rompería todas las clasificaciones. El Manchester United pertenece a la familia Glazer desde hace varios años, y los hermanos se reparten el 97% del total. Todavía no hay una posición clara, pero no resultaría novedoso que finalmente accedieran y los red devils pasaran a ser controlados desde Oriente Medio.

Entradas populares