20 ideas para salvar la democracia ante la amenaza de las tecnologías digitales

Las tecnologías digitales y la democracia occidental muchas veces chocan: violan la privacidad, manipulan la decisión de voto, crean ciudadanos pasivos. En su libro "The People Vs. Tech", el experto Jamie Bartlett muestra los aspectos más oscuros del problema, y también algunas soluciones posibles

Gabriela Esquivada
gesquivada@infobae.com
"La democracia no se va a salvar a sí misma", advirtió Jamie Bartlett —un experto británico en la relación entre nuevas tecnologías y democracia— en su nuevo libro, The People Vs Tech: How the Internet Is Killing Democracy (and How We Save It). Su texto analiza cómo las plataformas de redes sociales, los datos masivos, la tecnología móvil y la inteligencia artificial ponen en jaque los pilares hacen que la democracia funcione, como los ciudadanos activos, la competencia económica y las elecciones libres.


Le toca, entonces, a los ciudadanos y los líderes políticos. El pueblo versus la tecnología: Cómo internet está matando la democracia (y cómo la salvamos) propone formas de acción que permitirían impedir que el sistema se vaciase en alguna forma de distopía autoritaria. Se trata de 20 consejos que, además, devuelven al usuario algo de la libertad de acción de la era pre digital.

1. Sea dueño de su opinión
Aunque la aceleración de la cultura robe el tiempo, por lo cual Google Maps y los sitios de comparación de bienes de consumo toman las decisiones por las personas, "tenga siempre cuidado de tercerizar la responsabilidad de pensar por sí mismo", advirtió. "Lo que puede parecer de ayuda en el corto plazo puede debilitarlo en el largo plazo. Esto es especialmente peligroso cuando se trata de tomar decisiones políticas y morales".

2. Combata la distracción
Ser uno mismo no es una obviedad en la era digital. Es más fácil, en cambio, "convertirse en un esclavo de la adicción a internet y la naturaleza frenética, implacable, de la vida online a costa de sus poderes de concentración y atención". Bartlett recomendó tener tiempos de dispositivos apagados, evitar el "ciclo de ver qué hay" y nunca, jamás, recargar el feed en las redes. "Como todas las prácticas adictivas, necesita moderarse con disciplina verdadera. Piénselo como parte de su deber de ciudadano alerta".

3. Una nueva ética digital
Para reemplazar la economía de la atención con "una economía de valor humano", el experto aconsejó que los usuarios participen en la construcción de una nueva ética digital que haga que los gigantes tecnológicos "diseñen servicios que ayuden al bienestar de las personas, no que maximicen los clicks solamente".

4. Rompa su cámara de resonancia
"Es muy fácil echar la culpa a otros, pero todos tenemos la responsabilidad de sostener el decoro en internet", señaló. Aconsejó para hacerlo aplicar el principio de la caridad: en este caso, tratar de escuchar a los que piensan diferente, no condenarlos bajo la sospecha de sus malvadas intenciones. "Haga un esfuerzo consciente por romper su cámara de resonancia al buscar fuentes de información alternativas", sugirió; "póngase en la posición de alguien diferente de usted". Hay que recordar la que llamó la "regla de oro de internet: nadie es tan irritante en la vida real como parece en línea".

5. La enseñanza del pensamiento crítico
Además del usuario individual, el sistema educativo tiene un papel en "el mundo confuso de la información". La escuela debe brindar las herramientas de pensamiento crítico necesarias "para navegar en internet con escepticismo". No es una idea nueva, pero las tecnologías digitales le dan condiciones específicas: "una combinación de técnicas clásicas (como la verificación de las fuentes), el conocimiento sobre cómo funciona el modo digital (como los algoritmos o el empalme de videos) y una comprensión profunda de nuestras propias parcialidades e irracionalidades psicológicas".

6. Hay que controlar a los algoritmos
"Los algoritmos de diseño secreto ya crean parcialidades impulsadas por datos e injusticias invisibles, y necesitamos con urgencia un mecanismo democrático para hacerlos asumir sus responsabilidades", sintetizó Bartlett. Los legisladores, locales e internacionales, deben crear organismos de control que puedan enviar el equivalente a un inspector impositivo, por ejemplo, "tanto en verificaciones al azar como a partir de una queja específica". Aunque ya no sea fácil revisarlos como el motor debajo de la capota de un automóvil, "el examen cuidadoso y la supervisión son posibles", en especial, enfatizó, en tiempos de elecciones. "Los gobiernos deben exigir explicaciones y justificaciones sobre los cambios en los feeds de noticias y los resultados de búsqueda que podrían impactar en la información que recibe el público".

7. Rompa el modelo publicitario
Tras citar el dicho "Si usted no paga, el producto es usted", el autor recordó que la economía de internet basada en convertir a las personas en puntos de datos cuenta con la complicidad de las personas. "Busque mayor transparencia y utilice servicios que no junten y vendan datos personales (considere más sistemas pagos), fortalezca sus configuraciones de privacidad e instale ad-blockers".

8. Hay que actualizar las leyes de campañas electorales
Las regulaciones del mundo analógico tienen que actualizarse para que funcionen en la realidad digital. Las autoridades electorales "deben insistir en que todo gasto en redes sociales se registre y se comparta de manera transparente" e investigar "cualquier malversación de los datos personales y cualquier irregularidad en el gasto". El autor de The People vs. Tech propuso que se exija a los partidos políticos que publiquen "las bases de datos de cada punto de datos, aviso y técnica de focalización que se utilice durante una elección". Toda esa información debería estar al alcance de la prensa y los académicos.

9. Feriado para votar
Para combatir el tribalismo, los ciudadanos tienen que contar con oportunidades para discutir con otros fuera de sus burbujas. "Los días de elecciones deberían ser feriados y brindar la oportunidad de que los ciudadanos reflexionen sobre la deslumbrante combinación de promesas, compromisos, verdades a medias y mentiras a los que han sido sometidos durante las campañas", sugirió. Ese día, o el anterior en caso de veda electoral, debería "incluir actos electorales, debates y reuniones de grupos".

10. Vigilancia de bots
"Prohibirlos será imposible, así que alguien tiene que hacer el seguimiento de bots, trolls y otros influencers que ahora trabajan para torcer la opinión pública en una dirección u otra durante las elecciones", pensó. Ya existen equipos que lo hacen (el de Propaganda Computacional de la Universidad de Oxford, por ejemplo) y sería deseable que las redes sociales cooperasen con ellos y otras organizaciones de control.

11. Distribución de la riqueza
La creación de la clase media durante el siglo XX no fue un accidente, y actualmente hace falta "el mismo nivel de imaginación e intervención para administrar la transición de nuestras economías", escribió. Sus aportes: una fuerte inversión en recapacitación, en particular para industrias emergentes como adaptación al cambio climático, y un Uber del transporte público.

12. Impuestos a los robots
A medida que los impuestos corporativos disminuyen, es necesario revisar otras formas. Por ejemplo, "imponer un impuesto a los robots que desplacen a los trabajadores humanos". Sería una forma de impuesto sobre el capital, pero se cobraría "en la jurisdicción donde trabaje el robot, lo cual es más simple que tratar de exprimir impuestos corporativos a una empresa con sede en el extranjero".

13. Nuevas redes de seguridad
El autor no está seguro sobre si el ingreso universal básico sería una forma eficaz, económica y socialmente, de redistribución. Sí sabe, en cambio, que "la clave del empleo futuro probablemente será el aprendizaje continuo y el desarrollo constante de habilidades", por lo cual propuso "un ingreso universal de capacitación, por el cual los ciudadanos tendrían el derecho a que el estado les pague para recapacitarse en ciertas industrias".

14. Derechos de los trabajadores
El pago de salarios mínimos y días por enfermedad no existe en la economía del trabajo ocasional o para empresas de servicios mediante aplicaciones como Lyft o Airbnb. "Una manera de hacerlo es que los gobiernos faciliten la sindicalización de los miembros de la economía tecnológica precaria —conductores, ciclistas, reparadores—, por ejemplo exigiéndoles a las empresas que financien una plataforma para que los trabajadores lo hagan".

15. Busque el comercio justo
No sólo los usuarios han construido los grandes monopolios tecnológicos: también los hacen más fuertes cada día al usar sus servicios. "Debemos tener conciencia de que los servicios baratos o gratis tienen costos invisibles: pueden ser los derechos propios, o los de los trabajadores empleados por esas empresas. Debemos romper los monopolios por medio de nuestras elecciones online: podemos dejar de alimentar a los monstruos de datos. Hay muchas compañías éticas más pequeñas que brindan redes sociales, motores de búsquedas, taxis o rentas", escribió.

16. Política anti-trust
Se debe reconsiderar en qué consiste el monopolio hoy, "sobre la base de una combinación de datos, cuota de mercado o propiedades en distintos mercados: el precio o el bienestar del consumidor ya no son suficientes", advirtió. A partir de esas nuevas definiciones, los gobiernos deberían romper esos monopolios cuando correspondiera. Además, se deberían endurecer las normas sobre privacidad, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea.

17. Inteligencia artificial para el bien
Desde la perspectiva del autor de este libro, la inteligencia artificial no debe ser un sistema operativo que posea y haga funcionar una sola empresa que se imponga a las demás ni desarrollarse más en sociedades no-democráticas. También importa que el sector "se someta al control democrático y, sobre todo, a reglas duras que aseguren que funciona para el interés público y no puede ser hackeado o malversado". Comparó el poder de esta creación con la de la energía atómica, que exige control de armas y seguridad de los reactores nucleares.

18. El Leviatán transparente
A medida que haga falta aumentar el presupuesto, las capacidades y la cantidad de personal de los organismos de aplicación de la ley, no sólo habrá que contratar más policía digital: habrá que incrementar "su supervisión y escrutinio", con participación de la ciudadanía.

19. Hay que regular bitcoin
Aunque lo entusiasman las tecnologías de bitcoin y blockchain, Bartlett opinó que deberían ser reguladas por las autoridades financieras, a los fines de combatir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, entre otros usos perjudiciales. Esto requeriría la denuncia de las transacciones sospechosas y la verificación de clientes que operen por encima de cierto volumen. También prevé un uso potencial importante de blockchain para la recolección de impuestos; algo que, cree, las criptomonedas deberían pagar también.

20. El gobierno del futuro
"Necesitamos un programa osado de reforma, que avive las democracias", afirmó. "Primero, hay margen para que los departamentos gubernamentales tomen decisiones mejores y más eficientes con datos e inteligencia artificial". La energía, la salud, la seguridad social, el gasto público, la seguridad, la inteligencia y muchas otras áreas podrían simplemente aplicar las tecnologías ya existentes. Blockchain podría permitir un rendimiento transparente de la financiación de la política y proteger la identidad de los ciudadanos en cuestiones como títulos de propiedad o documentos personales sin que el gobierno asuma todo ese poder. También se puede involucrar más a la ciudadanía en las decisiones, aunque no recomienda "votar cada semana sobre cada tema".

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