Theresa May descarta que haya un nuevo referéndum sobre el Brexit

La británica advierte de que una salida no negociada de la UE "no será un paseo por el parque"

Rafa de Miguel
Londres, El País
Theresa May comienza esta semana un curso político rodeada por varios frentes. Y para cada uno de ellos tiene un mensaje. Con las organizaciones como People´s Vote (El voto de la gente) que preparan una campaña para exigir un nuevo referéndum sobre el Brexit, la primera ministra británica ha sido rotunda: "Volver a hacer la misma pregunta sería una gruesa traición a nuestra democracia, y una traición a la confianza que los votantes depositaron en su voto", ha escrito May en el diario conservador The Daily Telegraph este domingo.


La opción de que se celebre una nueva consulta, sin embargo, no es la mayor de las preocupaciones del Gobierno de Reino Unido. Muy pocos consideran sensato abrir de nuevo esa caja de los truenos, que con toda probabilidad exacerbaría la división política de un país que vive su cisma más profundo de las últimas décadas. Más intranquilidad provoca a May la rebelión que los euroescépticos le están organizando dentro del Partido Conservador. El exministro de Exteriores, Boris Johnson, y el exministro para el Brexit, David Davis, llevan semanas atacando sin piedad el documento que el Gobierno aprobó a principios de julio como base para arrancar las negociaciones con Bruselas, que acabó provocando la dimisión de ambos.

May eleva el tono contra Bruselas en la tribuna del Telegraph como un modo de tranquilizar a sus bases electorales, muy susceptibles a cualquier argumento en el que se exagere el "vasallaje" de Londres respecto a las instituciones comunitarias.

"Las propuestas de nuestro documento pondrán fin a todos esos enormes pagos que hemos aportado al presupuesto comunitario, y de ese modo podremos financiar a largo plazo nuestro Sistema Nacional de Salud", promete May. "Pondrán fin a la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia sobre Reino Unido; nos sacarán del mercado único y de las políticas agrícolas y de pesca comunes. Y nos sacará de la Unión Aduanera, para que podamos firmar nuestros propios acuerdos comerciales con el resto del mundo", añade.

May hace especial énfasis en el mantra que más enciende a los partidarios del Brexit: acabar con la libertad de movimiento de personas por la Unión Europea. "Con nuestro plan para el Brexit", advierte la jefa del Gobierno de Reino Unido, "se pondrá fin a la era del acceso sin restricciones a nuestro país y a sus beneficios sociales. Volveremos a ser dueños de nuestras fronteras".

A pesar de que la primera ministra sigue confiando en que sea posible acordar con la UE una salida negociada antes de la fecha límite —29 de marzo de 2019—, el Gobierno británico ha comenzado a preparar a sus ciudadanos para el peor escenario, mediante la publicación de una serie de "notas técnicas" con las consecuencias para cada sector económico de una despedida abrupta. "Abandonar la UE sin un acuerdo negociado no será el fin del mundo", escribe May, "pero tampoco será un paseo por el parque. Algunos sectores deberán hacer frente a retos serios, en Reino Unido y en la Unión Europea, pero los superaremos y volveremos a prosperar", promete la premier británica.

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