Mueren 25 personas, incluidos 12 militares, en un atentado en Irán

El líder supremo acusa del inusual ataque a los aliados de EE UU en la región

Ángeles Espinosa
Dubái, El País
Al menos 25 personas, entre ellas 12 miembros de la Guardia Revolucionaria, han muerto este sábado en Irán cuando cuatro hombres armados han disparado contra un desfile militar, según fuentes oficiales. Otras 60 han resultado heridas. El inusual atentado, uno de los más graves contra esa fuerza de élite, se ha producido en Ahvaz, la capital de la provincia de Juzestán, donde se concentra la minoría árabe del país y ha habido protestas esporádicas. Tanto un grupo separatista local como el autodenominado Estado Islámico (ISIS) se han atribuido el ataque. El líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, ha acusado a los países árabes del Golfo respaldados por EE. UU.



El objetivo de los agresores ha sido, según la agencia Isna, un puesto en torno al que se habían reunido varios militares durante el desfile anual en recuerdo del inicio de la guerra con Irak en 1980. Actos similares se han realizado también en otras ciudades iraníes, incluida la capital, Teherán. Entre las víctimas mortales, hay mujeres, niños y un periodista, ha dicho el gobernador de Juzestán, Gholamreza Shariati. Las fuerzas de seguridad han matado a los cuatro terroristas en el tiroteo subsiguiente.

“Este crimen es la continuación de los complós de los Estados de la región que son marionetas de Estados Unidos, y su objetivo es crear inseguridad en nuestro país”, ha manifestado Jamenei en un comunicado colgado de su página web. Poco antes, el presidente Hasan Rohani había prometido una “respuesta terrible” a los responsables. Ninguno de los dos dirigentes ha mencionado países concretos, pero las declaraciones de los militares acabaron con cualquier duda.

Al margen de que la Resistencia Nacional de Ahvaz, un grupo que aspira a la independencia de Juzestán (una provincia rica en petróleo), y el ISIS se atribuyeran la autoría del ataque, acusaban a Riad, poniendo el atentado en el contexto de las rivalidades regionales que mantienen aislado a Irán. “Esos terroristas (…) fueron entrenados y organizados por dos países ribereños del golfo Pérsico. No son del ISIS u otros grupos que luchan contra el sistema islámico [de Irán], sino que están vinculados a Estados Unidos y [la agencia de espionaje de Israel] Mosad”, ha señalado el general Abofazl Shekarchi, portavoz del Estado Mayor del Ejército y destacado miembro de la Guardia Revolucionaria.

Horas más tarde, Teherán convocó a los embajadores de Reino Unido, Países Bajos y Dinamarca para denunciar la presencia en esos países de formaciones de oposición al régimen de los ayatolás que no son consideradas terroristas por la UE, según información de la agencia estatal IRNA recogida por Reuters.“Es inaceptable que estos grupos no sean considerados organizaciones terroristas por la UE porque no han perpetrado atentados terroristas en Europa”, señaló un portavoz del Ministerio de Exteriores, Bahram Qasemi, en declaraciones a la agencia estatal IRNA recogidas por Reuters.

Aunque algunos grupos locales han realizado actos terroristas de menor envergadura con anterioridad, los atentados en Irán, en especial contra los militares, son muy raros. No obstante, el pasado julio, opositores armados kurdos mataron a 10 guardianes revolucionarios en un puesto fronterizo con Irak. Esa fuerza, el verdadero poder militar, respondió disparando varios misiles contra una base del grupo responsable en el país vecino. Cuando el año pasado el ISIS se responsabilizó del doble ataque que dejó 18 muertos en la capital, Teherán acusó a Riad con quien mantiene un pulso por el liderazgo de la región y cuyas relaciones han empeorado desde la llegada al poder del rey Salmán.

Ahora la tensión se encuentra en máximos debido a la decisión de Estados Unidos de retirarse del acuerdo nuclear alcanzado en 2015, para satisfacción de Arabia Saudí e Israel que desde el principio vieron con recelo ese pacto. La reimposición de sanciones por parte de Washington (la segunda parte de las cuales entrará en vigor el próximo noviembre) ha dado la puntilla a la frágil y desastrosa economía iraní hasta desatar protestas ciudadanas. Portavoces de la República Islámica han sugerido la posibilidad de bloquear militarmente el golfo Pérsico para impedir las exportaciones de petróleo de sus vecinos en represalia por las sanciones estadounidenses a su país.

“El atentado de Ahvaz en Irán es exactamente la clase de provocación que puede escalar en un conflicto regional y entre Irán y EE. UU.”, interpreta, por su parte, Vali Nasr, el decano de la School of Advanced International Studies (SAIS) de Washington y exasesor del Departamento de Estado.

Poco antes del ataque, durante el desfile celebrado en Teherán, Rohani había pronunciado un discurso en el que ha asegurado que Irán “no va a abandonar su programa de misiles” y derrotará al presidente de EE. UU., Donald Trump, “igual que hizo con Sadam Husein”. Es una interpretación subjetiva de la guerra con Irak, que acabó en 1988 con un millón de muertos en ambos países y sin ganador. Justo estos días, el Ejército iraní y la Guardia Revolucionaria realizan maniobras en el golfo Pérsico. Unos 600 navíos han participado en los ejercicios navales de este sábado, después de que la aviación exhibiera su poderío la víspera para probar, según los medios locales, la “respuesta contundente” que espera a los enemigos de Irán.

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