Kim Jong-un pide a Trump una nueva reunión
La Casa Blanca está dispuesta a celebrar un encuentro con el dictador norcoreano pese al enfriamiento de las negociaciones en las últimas semanas
Antonia Laborde
Washington, El País
Kim Jong-un quiere volver a verle la cara a Donald Trump. El líder norcoreano envió una carta al presidente de Estados Unidos para programar una segunda reunión en menos de tres meses. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, quien describió la misiva como “cálida” y “positiva”, aseguró este lunes que el mandatario republicano quiere que la cita se lleve a cabo. Además, destacó que en el desfile militar en Pyongyang del pasado domingo no hubo misiles intercontinentales, ni de largo alcance, lo que en Washington se leyó como una señal de progreso en las vías hacia la desnuclearización.
Después de las sonrisas, los fuertes apretones de mano y los titulares “históricos” que dejó la cumbre entre Kim y Trump en Singapur, la relación se había enfriado. Hace apenas 10 días el mandatario estadounidense reconoció que las negociaciones con Corea del Norte no estaban avanzando y responsabilizó a China por ello. "El presidente Donald J. Trump cree de veras que Corea del Norte está bajo una tremenda presión de China debido a nuestras disputados comerciales con el Gobierno chino", escribió el presidente en su cuenta de Twitter, citando un comunicado de la Casa Blanca.
Antes de que el republicano admitiera de manera frontal que el camino a la desnuclearización no estaba siguiendo el curso trazado el 12 de junio, ya se olía que las cosas no iban bien. Solo un día después de haber nombrado a Steve Biegun como nuevo representante para las negociaciones y haber anunciado que este viajaría junto al secretario de Estado, Mike Pompeo, a Corea del Norte, Trump canceló la visita. El mandatario sostuvo que las tensiones comerciales que atañen a EE UU y China, estaban perjudicando el proceso. “Debido a nuestra posición comercial mucho más dura con China, no creo que estén ayudando con el proceso de desnuclearización como lo hicieron antes”, argumentó Trump.
Pero el domingo, Pyongyang le guiñó el ojo a Washington. En un espectacular desfile militar para celebrar los 70 años de la fundación de Corea del Norte, Kim no lució sus misiles. El dictador y el presidente ya habían intercambiado buenas palabras durante la semana. Tras la visita de una delegación surcoreana de alto nivel a Pyongyang, Kim reiteró su confianza en el actual inquilino de la Casa Blanca y repitió su compromiso con la desnuclearización de la península coreana. Trump, en medio de los de la polémica por el artículo anónimo de The New York Times, se dio el tiempo para agradecer el gesto al líder norcoreano: “Kim Jong-un de Corea del Norte proclama su ‘fe intacta en el presidente Trump’. Gracias al presidente Kim ¡Juntos lo lograremos!”.
Antonia Laborde
Washington, El País
Kim Jong-un quiere volver a verle la cara a Donald Trump. El líder norcoreano envió una carta al presidente de Estados Unidos para programar una segunda reunión en menos de tres meses. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, quien describió la misiva como “cálida” y “positiva”, aseguró este lunes que el mandatario republicano quiere que la cita se lleve a cabo. Además, destacó que en el desfile militar en Pyongyang del pasado domingo no hubo misiles intercontinentales, ni de largo alcance, lo que en Washington se leyó como una señal de progreso en las vías hacia la desnuclearización.
Después de las sonrisas, los fuertes apretones de mano y los titulares “históricos” que dejó la cumbre entre Kim y Trump en Singapur, la relación se había enfriado. Hace apenas 10 días el mandatario estadounidense reconoció que las negociaciones con Corea del Norte no estaban avanzando y responsabilizó a China por ello. "El presidente Donald J. Trump cree de veras que Corea del Norte está bajo una tremenda presión de China debido a nuestras disputados comerciales con el Gobierno chino", escribió el presidente en su cuenta de Twitter, citando un comunicado de la Casa Blanca.
Antes de que el republicano admitiera de manera frontal que el camino a la desnuclearización no estaba siguiendo el curso trazado el 12 de junio, ya se olía que las cosas no iban bien. Solo un día después de haber nombrado a Steve Biegun como nuevo representante para las negociaciones y haber anunciado que este viajaría junto al secretario de Estado, Mike Pompeo, a Corea del Norte, Trump canceló la visita. El mandatario sostuvo que las tensiones comerciales que atañen a EE UU y China, estaban perjudicando el proceso. “Debido a nuestra posición comercial mucho más dura con China, no creo que estén ayudando con el proceso de desnuclearización como lo hicieron antes”, argumentó Trump.
Pero el domingo, Pyongyang le guiñó el ojo a Washington. En un espectacular desfile militar para celebrar los 70 años de la fundación de Corea del Norte, Kim no lució sus misiles. El dictador y el presidente ya habían intercambiado buenas palabras durante la semana. Tras la visita de una delegación surcoreana de alto nivel a Pyongyang, Kim reiteró su confianza en el actual inquilino de la Casa Blanca y repitió su compromiso con la desnuclearización de la península coreana. Trump, en medio de los de la polémica por el artículo anónimo de The New York Times, se dio el tiempo para agradecer el gesto al líder norcoreano: “Kim Jong-un de Corea del Norte proclama su ‘fe intacta en el presidente Trump’. Gracias al presidente Kim ¡Juntos lo lograremos!”.