EEUU arremete contra el ayatollah Ali Khamenei: "Se cree el líder islámico pero calla ante la detención de cientos de miles de musulmanes en China"

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, acusó al régimen iraní de silenciar las violaciones a los derechos humanos de la etnia uigur para preservar las relaciones con Beijing, principal comprador de petróleo persa

Infobae
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, arremetió contra el máximo líder de Irán por no hablar sobre la detención de grandes contingentes de su población minoritaria musulmana.


El líder supremo iraní, el ayatollah Ali Khamenei, "se cree el líder del mundo islámico, pero su régimen ha permanecido totalmente silencioso ya que China, el mayor comprador de petróleo de Irán, ha perseguido y detenido a cientos de miles de ciudadanos musulmanes", escribió Pompeo.

El tweet es también un llamado de atención a Beijing, donde las autoridades se han enfrentado a un escrutinio internacional cada vez mayor de su tratamiento de los uigures de habla turca. Es que, según un informe de Naciones Unidas, hay pruebas de la existencia de "campamentos de reeducación secretos" donde permanecen detenidos "más de un millón" de personas de esta etnia.

Según detalla Bloomberg, Pompeo es uno de los funcionarios más importantes en la administración de Trump para plantear la difícil situación de los uigures. El mes pasado, un grupo de legisladores solicitó a Pompeo y al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, que restringieran los viajes y congelaran los activos de altos funcionarios del Partido Comunista por su papel en la persecución de los uigures.

El gobierno del presidente Xi Jinping niega oficialmente los problemas en Xinjiang, una vasta región del tamaño de Alaska que limita con Pakistán y Afganistán, que alberga a unos 10 millones de uigures.

China sigue siendo el mayor cliente de Irán y su principal socio comercial general; y -según Pompeo- por eso no denuncia la situación de los uigures.

Los gobiernos en países de mayoría musulmana, desde Arabia Saudita hasta Indonesia, han guardado silencio sobre la situación de esta minoría, incluso a medida que aumentan las llamadas en los Estados Unidos y Europa para que China cese sus presuntos abusos contra los derechos humanos.

Esta semana Anwar Ibrahim, favorito para convertirse en el próximo primer ministro de Malasia, se convirtió en el líder musulmán más prominente en alzar su voz en contra de China, pidiendo conversaciones formales sobre la represión.

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