André Silva deprime a Italia
Portugal empieza con una victoria por la mínima ante Italia su Liga de las Naciones: a pesar de la ausencia de Cristiano, los lusos se vieron muy confiados en el campo.
Mirko Calemme
As
Roberto Mancini sorprendió revolucionando el once que había empatado a uno con Polonia: cambió nueve jugadores, utilizando un 4-4-2 con dos puntas, Immobile y Zaza, y Chiesa en la banda derecha del mediocampo. Balotelli, tras las críticas de los últimos días, no estuvo ni en el banquillo por unas molestias musculares. Fernando Santos, al revés, salió con el mismo once del amistoso ante Croacia: antes del partido, el exmadridista Pepe se llevó la ovación del Da Luz, homenajeado por sus 100 presencias con la Seleçao. El nuevo planteamiento no le sirvió a la Azzurra para cambiar de guión: en Lisboa también se vio sin ideas, sin llegada y demasiado frágil atrás. Los lusos pudieron adelantarse varias veces durante la primera mitad, y si no lo hicieron fue por un despeje en la línea de gol de Romagnoli, que sacó de la portería un remate de Bernardo Silva, y algo de suerte, ya que un centro de Mario Rui, desviado por Cristante, acabó golpeando el larguero.
Antes del descanso los italianos empezaron, tímidamente, a acercarse a la portería de Rui Patricio, pero nada más arrancar la reanudación Portugal recogió los frutos de su trabajo. En el 48', William Carvalho y Bruma se deshicieron de Lazzari y Caldara y el extremo del Leipzig penetró en el área rival, cediendo a André Silva que controló con el pie derecho y luego fulminó a Donnarumma con una precisa rosca zurda. Fue la mejor venganza ante el país que tanto le criticó por sus actuaciones en el Milán, donde marcó apenas dos goles en 24 partidos de Serie A. Tras el gol, Portugal se defendió bien ante los desordenados ataque italianos, y no aumentó su ventaja sólo gracias a un par de paradones de Donnarumma. Italia, en cambio, no levanta cabeza: pronto cumplirá un año sin victorias oficiales.
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Roberto Mancini sorprendió revolucionando el once que había empatado a uno con Polonia: cambió nueve jugadores, utilizando un 4-4-2 con dos puntas, Immobile y Zaza, y Chiesa en la banda derecha del mediocampo. Balotelli, tras las críticas de los últimos días, no estuvo ni en el banquillo por unas molestias musculares. Fernando Santos, al revés, salió con el mismo once del amistoso ante Croacia: antes del partido, el exmadridista Pepe se llevó la ovación del Da Luz, homenajeado por sus 100 presencias con la Seleçao. El nuevo planteamiento no le sirvió a la Azzurra para cambiar de guión: en Lisboa también se vio sin ideas, sin llegada y demasiado frágil atrás. Los lusos pudieron adelantarse varias veces durante la primera mitad, y si no lo hicieron fue por un despeje en la línea de gol de Romagnoli, que sacó de la portería un remate de Bernardo Silva, y algo de suerte, ya que un centro de Mario Rui, desviado por Cristante, acabó golpeando el larguero.
Antes del descanso los italianos empezaron, tímidamente, a acercarse a la portería de Rui Patricio, pero nada más arrancar la reanudación Portugal recogió los frutos de su trabajo. En el 48', William Carvalho y Bruma se deshicieron de Lazzari y Caldara y el extremo del Leipzig penetró en el área rival, cediendo a André Silva que controló con el pie derecho y luego fulminó a Donnarumma con una precisa rosca zurda. Fue la mejor venganza ante el país que tanto le criticó por sus actuaciones en el Milán, donde marcó apenas dos goles en 24 partidos de Serie A. Tras el gol, Portugal se defendió bien ante los desordenados ataque italianos, y no aumentó su ventaja sólo gracias a un par de paradones de Donnarumma. Italia, en cambio, no levanta cabeza: pronto cumplirá un año sin victorias oficiales.
