Teherán replica con contramedidas a las sanciones de Estados Unidos
El régimen suaviza la prohibición de comprar divisas para contrarrestar el malestar social
Juan Carlos Sanz
Corresponsal en Oriente Próximo
Jerusalén, El País
El régimen de Teherán ha comenzado a adoptar contramedidas frente a las sanciones económicas de Estados Unidos, reimpuestas por el presidente Donald Trump tras haber retirado a su país hace tres meses del acuerdo nuclear con Irán suscrito por las grandes potencias en 2015. Ante el hundimiento del rial —la divisa nacional iraní que ha perdido dos terceras partes de su valor frente al dólar en lo que va de año—, la agencia Reuters informa de que un órgano gubernamental presidido por el presidente Hasan Rohaní aprobó el domingo un plan que suaviza la prohibición de comprar divisas.
La devaluación y la desbocada inflación están detrás del malestar que ha desatado protestas sociales en Irán contra el régimen en los últimos meses. Las manifestaciones se han sucedido recientemente en ciudades como Karaj (este), Shiraz (sur) o Ahvaz (suroeste).
La primera tanda de sanciones de Washington, que entrarán en vigor este martes, veta la adquisición de dólares estadounidenses y el comercio de oro con Irán. El temor a revivir la penuria del aislamiento internacional vivida a partir de 2012, tras las medidas punitivas de la Administración del presidente Barack Obama contra el programa de armas atómicas de Teherán, ha llevado a muchos iraníes a acaparar divisas y metales preciosos en una ola de pánico sin precedentes.
El Gobierno parece ahora dispuesto a permitir la venta de moneda extranjera en las casas de cambio por encima del tipo de cambio oficial para viajes al exterior. La prohibición decretada el pasado mes de abril llegó a duplicar el valor de la divisa norteamericana frente al rial. El plan de contramedidas incluye también la creación de cuentas corrientes en dólares para particulares y la autorización de compraventa de divisas entre compañías exportadoras e importadoras que no pertenezcan al sector de hidrocarburos.
A comienzos de noviembre está previsto que entre en vigor la segunda batería de sanciones comerciales, que se concentrará en el petróleo, el gas y sus derivados, la principal fuente de ingresos de Irán. Las exportaciones de crudo pueden recortarse a causa de las sanciones hasta en un 70%, de acuerdo con estimaciones de expertos citadas por France Presse.
Por ahora, las medidas punitivas de EE UU que pretenden forzar al régimen a renegociar el acuerdo nuclear de 2015 y su programa de misiles balístico, inciden sobre otros campos de la economía. Las importaciones de metales clave, como el aluminio, de componentes para vehículos —en una de las industrias que más mano de obra ocupa— o de aeronaves civiles se verán afectadas por las nuevas sanciones, de las que no se libran tampoco las exportaciones de alfombras persas ni de los célebres pistachos iraníes.
Ante estas perspectivas de creciente bloqueo comercial, algunos inversores extranjeros han salido ya en desbandada de Teherán. La francesa Peugeot ha suspendido su actividad en Irán, al igual que la paneuropea Airbus, que había suscrito un contrato para modernizar la obsoleta flota de Iran Air con un centenar de nuevos aviones.
El ministro de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zarif, ha reconocido este lunes que su país está atravesando “una etapa delicada”, aunque advirtió que Donald Trump, junto a sus aliados regionales Israel y Arabia Saudí, se ha quedado “aislado” en su política de oposición a Irán, informa Efe. El resto de los firmantes del acuerdo nuclear –Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania– no se han apartado de sus compromisos.
Teherán confía ante todo en que China, India y Turquía, que dependen de los suministros de energía iraní, sigan manteniendo sus masivas compras de hidrocarburos para poder restar efecto las sanciones norteamericanas cuando empiecen a perjudicar al sector del petróleo dentro de tres meses.
En un intento de contentar a la opinión pública, agobiada por la crisis económica e indignada por la generalizada corrupción pública, las autoridades anunciaron este lunes la detención en una redada del subgobernador del Banco Central de Irán, Ahmad Araghchi, acusado de tráfico de divisas junto con tres decenas de funcionarios y cambistas.
La imposición de la primera tanda punitiva a Irán ha sido recibida este lunes con satisfacción por el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, el líder que más ha influido en la Casa Blanca para revertir el acuerdo nuclear de 2015. “Esta importante decisión muestra la determinación internacional de detener la agresión iraní en la región”, aseguró el gobernante israelí, antes de llamar a los países europeos a secundar el castigo a Teherán. La escalada de tensión que representan las medidas comerciales de EE UU amenaza también con desestabilizar Oriente Próximo. El régimen iraní ha respondido en los últimos días a las sanciones con maniobras navales y ataques de sus aliados yemeníes en los estrechos de Ormuz y Bab el Mandeb, dos vías marítimas clave para el suministro global de crudo.
Juan Carlos Sanz
Corresponsal en Oriente Próximo
Jerusalén, El País
El régimen de Teherán ha comenzado a adoptar contramedidas frente a las sanciones económicas de Estados Unidos, reimpuestas por el presidente Donald Trump tras haber retirado a su país hace tres meses del acuerdo nuclear con Irán suscrito por las grandes potencias en 2015. Ante el hundimiento del rial —la divisa nacional iraní que ha perdido dos terceras partes de su valor frente al dólar en lo que va de año—, la agencia Reuters informa de que un órgano gubernamental presidido por el presidente Hasan Rohaní aprobó el domingo un plan que suaviza la prohibición de comprar divisas.
La devaluación y la desbocada inflación están detrás del malestar que ha desatado protestas sociales en Irán contra el régimen en los últimos meses. Las manifestaciones se han sucedido recientemente en ciudades como Karaj (este), Shiraz (sur) o Ahvaz (suroeste).
La primera tanda de sanciones de Washington, que entrarán en vigor este martes, veta la adquisición de dólares estadounidenses y el comercio de oro con Irán. El temor a revivir la penuria del aislamiento internacional vivida a partir de 2012, tras las medidas punitivas de la Administración del presidente Barack Obama contra el programa de armas atómicas de Teherán, ha llevado a muchos iraníes a acaparar divisas y metales preciosos en una ola de pánico sin precedentes.
El Gobierno parece ahora dispuesto a permitir la venta de moneda extranjera en las casas de cambio por encima del tipo de cambio oficial para viajes al exterior. La prohibición decretada el pasado mes de abril llegó a duplicar el valor de la divisa norteamericana frente al rial. El plan de contramedidas incluye también la creación de cuentas corrientes en dólares para particulares y la autorización de compraventa de divisas entre compañías exportadoras e importadoras que no pertenezcan al sector de hidrocarburos.
A comienzos de noviembre está previsto que entre en vigor la segunda batería de sanciones comerciales, que se concentrará en el petróleo, el gas y sus derivados, la principal fuente de ingresos de Irán. Las exportaciones de crudo pueden recortarse a causa de las sanciones hasta en un 70%, de acuerdo con estimaciones de expertos citadas por France Presse.
Por ahora, las medidas punitivas de EE UU que pretenden forzar al régimen a renegociar el acuerdo nuclear de 2015 y su programa de misiles balístico, inciden sobre otros campos de la economía. Las importaciones de metales clave, como el aluminio, de componentes para vehículos —en una de las industrias que más mano de obra ocupa— o de aeronaves civiles se verán afectadas por las nuevas sanciones, de las que no se libran tampoco las exportaciones de alfombras persas ni de los célebres pistachos iraníes.
Ante estas perspectivas de creciente bloqueo comercial, algunos inversores extranjeros han salido ya en desbandada de Teherán. La francesa Peugeot ha suspendido su actividad en Irán, al igual que la paneuropea Airbus, que había suscrito un contrato para modernizar la obsoleta flota de Iran Air con un centenar de nuevos aviones.
El ministro de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zarif, ha reconocido este lunes que su país está atravesando “una etapa delicada”, aunque advirtió que Donald Trump, junto a sus aliados regionales Israel y Arabia Saudí, se ha quedado “aislado” en su política de oposición a Irán, informa Efe. El resto de los firmantes del acuerdo nuclear –Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania– no se han apartado de sus compromisos.
Teherán confía ante todo en que China, India y Turquía, que dependen de los suministros de energía iraní, sigan manteniendo sus masivas compras de hidrocarburos para poder restar efecto las sanciones norteamericanas cuando empiecen a perjudicar al sector del petróleo dentro de tres meses.
En un intento de contentar a la opinión pública, agobiada por la crisis económica e indignada por la generalizada corrupción pública, las autoridades anunciaron este lunes la detención en una redada del subgobernador del Banco Central de Irán, Ahmad Araghchi, acusado de tráfico de divisas junto con tres decenas de funcionarios y cambistas.
La imposición de la primera tanda punitiva a Irán ha sido recibida este lunes con satisfacción por el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, el líder que más ha influido en la Casa Blanca para revertir el acuerdo nuclear de 2015. “Esta importante decisión muestra la determinación internacional de detener la agresión iraní en la región”, aseguró el gobernante israelí, antes de llamar a los países europeos a secundar el castigo a Teherán. La escalada de tensión que representan las medidas comerciales de EE UU amenaza también con desestabilizar Oriente Próximo. El régimen iraní ha respondido en los últimos días a las sanciones con maniobras navales y ataques de sus aliados yemeníes en los estrechos de Ormuz y Bab el Mandeb, dos vías marítimas clave para el suministro global de crudo.