Tahirah Amatul-Wadud busca ser la primera musulmana en el Congreso de Estados Unidos
EEUU, AFP
Es una visión incongruente, una mujer cubierta con un velo salmón, parada en el cantero central de una avenida de Massachusetts, saludando a los automóviles que pasan y pidiendo a perfectos extraños que voten por su candidatura al Congreso de Estados Unidos.
"¿Cómo estás? ¡Bueno verte!", dice alegre Tahirah Amatul-Wadud a un peatón. Un par de coches suenan sus bocinas, y cada tanto un conductor baja el vidrio para saludarla. Muchos pasan a su lado, aparentemente ajenos a su objetivo.
Amatul-Wadud tiene siete hijos, es abogada, activista comunitaria y musulmana. Se levanta antes del amanecer, reza cinco veces al día y ayuna durante el Ramadán.
De 44 años, enfrenta ahora el mayor desafío de su vida: pedir a votantes mayoritariamente blancos y católicos que la conviertan en la primera musulmana electa al Congreso.
Pero para ella todo gira en torno a la política, no la religión. Se trata de representar y mejorar las vidas en el oeste de Massachusetts, un área de mayor desempleo que el promedio nacional, y donde muchos tienen dos empleos para sobrevivir.
"No siempre hablo de religión porque no estoy buscando servir o liderar desde una perspectiva religiosa", dice a la AFP en la sede de su campaña, en las afueras de Springfield.
Asegura que sus metas son seculares. Pero es en la fe "donde encuentro el centro de mi fuerza", afirma.
Infatigable, armada con una cálida sonrisa y un cerebro de abogado, Amatul-Wadud forma parte de una oleada de mujeres y demócratas progresistas que buscan ser electas este año, con la meta de engrosar las filas de oposición al presidente Donald Trump.
Es una de las cinco candidatas que intentan convertirse en la primera mujer musulmana en el Congreso en las elecciones de medio mandato de noviembre, 12 años después de que Keith Ellison, de Minnesota, se convirtiese en el primer musulmán en la Cámara de Representantes estadounidense.
Si tiene éxito, se convertiría también en la primer mujer y afroestadounidense de su distrito en el Congreso.
"La esperanza es posible"
Pero es difícil. Su opositor en la primaria demócrata del 4 de septiembre es Richard Neal, que ha servido en el Congreso desde 1989.
Ha recaudado un total de 72.000 dólares, contra los tres millones de Neal.
Cuando se mudó a Springfield a los nueve años, Neal ya era el alcalde de la ciudad.
Ahora busca arrebatarle su puesto, defendiendo causas progresistas como salud y educación para todos y un mayor acceso a internet de alta velocidad, al tiempo que evita donaciones de intereses corporativos.
Su equipo asegura tener casi 300 voluntarios en una campaña comunitaria, golpeando puerta a puerta para escuchar los problemas de la gente.
Si le gana a Neal, repetirá el triunfo de la novata política de 28 años Alexandria Ocasio-Cortez, que venció este verano boreal a un veterano demócrata en una primaria en Nueva York con propuestas progresistas similares.
Esa victoria dio aliento a su campaña y aumentó las donaciones. "Fue genial", dice Amatul-Wadud. "Si ella pudo ganar, entonces la esperanza es posible aquí en nuestro hogar".
Con un vestido floreado sobre pantalones negros y con zapatos de plataforma, avanza en el calor pegajoso de una reciente tarde, intercambiando bromas y pidiendo votos en la barbacoa de una iglesia.
"Parece importarle mucho su comunidad. Ya sabes, donde ella creció", dice Ira Prude, un empleado de una fábrica de 28 años que se preocupa por la adicción a los opiáceos, las personas sin hogar y el crimen violento. "Así que pienso que eso es bueno".
"Hora de un cambio"
Cuando Amatul-Wadud interrumpe el picnic, algunos miran sorprendidos.
"Hay momentos en que puedo ver que la gente se sorprende de que me presente de la forma en que lo hago", dice a la AFP. "¿Pero tengo que enfrentar un racismo abierto, en mis narices? No, estoy agradecida de eso. Espero que nunca ocurra".
A pesar del alza de la intolerancia a nivel nacional, sufre de racismo e islamofobia solo en internet, y le ha pedido a su hija adolescente que elimine comentarios en línea "infames" que están "asustando" a la gente.
Aunque su decisión de postularse al Congreso está motivada por el descontento con el 'status quo' en su comunidad, admite que la elección de Trump "cambió todo".
"Parte de su política, parte de su carácter es alarmante para las personas... Tengo amigos y vecinos, clientes que me dijeron que se despertaban sintiendo que tenían un elefante en el pecho", dice.
Deanna Williams, de 56 años, se unió a la campaña tras ser despedida este año. Amatul-Wadud fue su abogada durante su divorcio.
"Es hora de un cambio. El oeste de Massachusetts está sufriendo y necesitamos más gente en Washington para ayudar a la causa", dice a la AFP. "Demasiadas personas están sufriendo y no tienen empleo".
En la sede de la campaña, Amatul-Wadud se declara "muy" confiada de ganar su batalla de David vs Goliat contra Neal.
¿Y si no gana? "No me voy a ningún lado", responde.
Es una visión incongruente, una mujer cubierta con un velo salmón, parada en el cantero central de una avenida de Massachusetts, saludando a los automóviles que pasan y pidiendo a perfectos extraños que voten por su candidatura al Congreso de Estados Unidos.
"¿Cómo estás? ¡Bueno verte!", dice alegre Tahirah Amatul-Wadud a un peatón. Un par de coches suenan sus bocinas, y cada tanto un conductor baja el vidrio para saludarla. Muchos pasan a su lado, aparentemente ajenos a su objetivo.
Amatul-Wadud tiene siete hijos, es abogada, activista comunitaria y musulmana. Se levanta antes del amanecer, reza cinco veces al día y ayuna durante el Ramadán.
De 44 años, enfrenta ahora el mayor desafío de su vida: pedir a votantes mayoritariamente blancos y católicos que la conviertan en la primera musulmana electa al Congreso.
Pero para ella todo gira en torno a la política, no la religión. Se trata de representar y mejorar las vidas en el oeste de Massachusetts, un área de mayor desempleo que el promedio nacional, y donde muchos tienen dos empleos para sobrevivir.
"No siempre hablo de religión porque no estoy buscando servir o liderar desde una perspectiva religiosa", dice a la AFP en la sede de su campaña, en las afueras de Springfield.
Asegura que sus metas son seculares. Pero es en la fe "donde encuentro el centro de mi fuerza", afirma.
Infatigable, armada con una cálida sonrisa y un cerebro de abogado, Amatul-Wadud forma parte de una oleada de mujeres y demócratas progresistas que buscan ser electas este año, con la meta de engrosar las filas de oposición al presidente Donald Trump.
Es una de las cinco candidatas que intentan convertirse en la primera mujer musulmana en el Congreso en las elecciones de medio mandato de noviembre, 12 años después de que Keith Ellison, de Minnesota, se convirtiese en el primer musulmán en la Cámara de Representantes estadounidense.
Si tiene éxito, se convertiría también en la primer mujer y afroestadounidense de su distrito en el Congreso.
"La esperanza es posible"
Pero es difícil. Su opositor en la primaria demócrata del 4 de septiembre es Richard Neal, que ha servido en el Congreso desde 1989.
Ha recaudado un total de 72.000 dólares, contra los tres millones de Neal.
Cuando se mudó a Springfield a los nueve años, Neal ya era el alcalde de la ciudad.
Ahora busca arrebatarle su puesto, defendiendo causas progresistas como salud y educación para todos y un mayor acceso a internet de alta velocidad, al tiempo que evita donaciones de intereses corporativos.
Su equipo asegura tener casi 300 voluntarios en una campaña comunitaria, golpeando puerta a puerta para escuchar los problemas de la gente.
Si le gana a Neal, repetirá el triunfo de la novata política de 28 años Alexandria Ocasio-Cortez, que venció este verano boreal a un veterano demócrata en una primaria en Nueva York con propuestas progresistas similares.
Esa victoria dio aliento a su campaña y aumentó las donaciones. "Fue genial", dice Amatul-Wadud. "Si ella pudo ganar, entonces la esperanza es posible aquí en nuestro hogar".
Con un vestido floreado sobre pantalones negros y con zapatos de plataforma, avanza en el calor pegajoso de una reciente tarde, intercambiando bromas y pidiendo votos en la barbacoa de una iglesia.
"Parece importarle mucho su comunidad. Ya sabes, donde ella creció", dice Ira Prude, un empleado de una fábrica de 28 años que se preocupa por la adicción a los opiáceos, las personas sin hogar y el crimen violento. "Así que pienso que eso es bueno".
"Hora de un cambio"
Cuando Amatul-Wadud interrumpe el picnic, algunos miran sorprendidos.
"Hay momentos en que puedo ver que la gente se sorprende de que me presente de la forma en que lo hago", dice a la AFP. "¿Pero tengo que enfrentar un racismo abierto, en mis narices? No, estoy agradecida de eso. Espero que nunca ocurra".
A pesar del alza de la intolerancia a nivel nacional, sufre de racismo e islamofobia solo en internet, y le ha pedido a su hija adolescente que elimine comentarios en línea "infames" que están "asustando" a la gente.
Aunque su decisión de postularse al Congreso está motivada por el descontento con el 'status quo' en su comunidad, admite que la elección de Trump "cambió todo".
"Parte de su política, parte de su carácter es alarmante para las personas... Tengo amigos y vecinos, clientes que me dijeron que se despertaban sintiendo que tenían un elefante en el pecho", dice.
Deanna Williams, de 56 años, se unió a la campaña tras ser despedida este año. Amatul-Wadud fue su abogada durante su divorcio.
"Es hora de un cambio. El oeste de Massachusetts está sufriendo y necesitamos más gente en Washington para ayudar a la causa", dice a la AFP. "Demasiadas personas están sufriendo y no tienen empleo".
En la sede de la campaña, Amatul-Wadud se declara "muy" confiada de ganar su batalla de David vs Goliat contra Neal.
¿Y si no gana? "No me voy a ningún lado", responde.