Racing goleó a Patronato en vísperas de la revancha con River
Racing le ganó 3-0 a Patronato, con un muy buen desempeño de la formación de recambio que puso el Chacho Coudet. Con goles de Pol Fernández, Centurión (penal) y Cuadra, llegó a la punta de la Superliga. Tiene 7 puntos y quedó a la espera de lo que haga Central (6), este domingo, ante San Martín de Tucumán.
Olé
Más allá de los cambios de intérpretes, Racing se propuso la fidelidad. No es un mal síntoma apostar a la misma línea de juego, apegarse al dogma con independencia de los protagonistas. Porque cuando funciona, con los lógicos matices que se admiten por los diferentes atributos individuales, la satisfacción se expande.
Bastante de eso mostró Racing, porque Marcelo Díaz, en modo selección de Chile, reemplazó a Nery Domínguez sin que la influencia del santafesino -resguardado para el miércoles de Copa- provocara nostalgia. Y Pol Fernández, sobre todo, asumió las mejores formas de Neri Cardozo. Jonatan Cristaldo y en especial Maxi Cuadra también aportaron para que Licha López y Gustavo Bou descansaran sin urgencias. Racing puede confiar, ahora, en un plantel más largo y susceptible de modificaciones eficientes, que no reduzca la prestación habitual de los titulares.
Salvo en lapsos específicos del primer tiempo, cuando Arias puso su pericia al servicio del cero propio (les tapó un mano a mano a Royón y un remate abajo a Carabajal) porque a Racing le costó ganar la segunda pelota y controlar los lanzamientos largos de Patronato, Chacho Coudet descansó en la circulación prolija, en la posesión lejos de la defensa, en los cambios de ritmo en la salida ofensiva y en el mejor ensamble a partir de un rodaje que ya no denuncia las imperfecciones de aquel debut oficial, con River en la Copa, a principios de mes.
Fueron tres y pudieron haber sido más a despecho del esfuerzo del Patrón, de sus aproximaciones (tres nítidas) y del empeño que le pone para que la permanencia no se convierta en un trauma. Racing, está claro, tiene otras inquietudes.
Más allá de los cambios de intérpretes, Racing se propuso la fidelidad. No es un mal síntoma apostar a la misma línea de juego, apegarse al dogma con independencia de los protagonistas. Porque cuando funciona, con los lógicos matices que se admiten por los diferentes atributos individuales, la satisfacción se expande.
Bastante de eso mostró Racing, porque Marcelo Díaz, en modo selección de Chile, reemplazó a Nery Domínguez sin que la influencia del santafesino -resguardado para el miércoles de Copa- provocara nostalgia. Y Pol Fernández, sobre todo, asumió las mejores formas de Neri Cardozo. Jonatan Cristaldo y en especial Maxi Cuadra también aportaron para que Licha López y Gustavo Bou descansaran sin urgencias. Racing puede confiar, ahora, en un plantel más largo y susceptible de modificaciones eficientes, que no reduzca la prestación habitual de los titulares.
Salvo en lapsos específicos del primer tiempo, cuando Arias puso su pericia al servicio del cero propio (les tapó un mano a mano a Royón y un remate abajo a Carabajal) porque a Racing le costó ganar la segunda pelota y controlar los lanzamientos largos de Patronato, Chacho Coudet descansó en la circulación prolija, en la posesión lejos de la defensa, en los cambios de ritmo en la salida ofensiva y en el mejor ensamble a partir de un rodaje que ya no denuncia las imperfecciones de aquel debut oficial, con River en la Copa, a principios de mes.
Fueron tres y pudieron haber sido más a despecho del esfuerzo del Patrón, de sus aproximaciones (tres nítidas) y del empeño que le pone para que la permanencia no se convierta en un trauma. Racing, está claro, tiene otras inquietudes.
