La nueva campaña de intoxicación electoral en Facebook aviva los temores en Estados Unidos

Crecen las voces que acusan al Gobierno de Trump de no tomarse en serio la amenaza de una injerencia en los comicios de noviembre

Joan Faus
Washington, El País
La detección por parte de Facebook de un esfuerzo “coordinado” de difusión de desinformación en la red social ha avivado el temor en Estados Unidos a una nueva injerencia electoral. A apenas tres meses de los comicios legislativos, crecen las voces que acusan al Gobierno de Donald Trump de no tomarse en serio la amenaza de un nuevo intento extranjero de influir en la votación de los ciudadanos, mientras expertos y legisladores admiten la dificultad de combatir el fenómeno de intoxicación online.


La compañía de Mark Zuckerberg anunció el martes la eliminación de 32 páginas y perfiles falsos en la red social y en Instagram que intentaban exacerbar divisiones en asuntos sociales entre estadounidenses, incluso alentando a la violencia física. Facebook no determinó quién es el responsable, pero reveló que el patrón guarda paralelismos con la actuación de los piratas informáticos rusos que durante la campaña de 2016 crearon perfiles falsos para tratar de influir en la opinión pública a favor del republicano Trump y en contra de la candidata demócrata Hillary Clinton. También difundieron información robada a Clinton, según los servicios de inteligencia estadounidenses. Moscú lo niega.

Algunas de las páginas clausuradas abordaban asuntos divisivos de género, raza e inmigración siguiendo la misma filosofía empleada en 2016. Entonces, la Agencia de Investigación de Internet, la organización creada por piratas informáticos rusos, llegó a operar 470 cuentas y páginas falsas en Facebook que se calcula podrían haber llegado a 126 millones de personas, más de un tercio de la población de EE UU.

El anuncio de Facebook coincidió con un acto del Gobierno de Trump en el que se intentó mandar un mensaje de acción. El vicepresidente Mike Pence prometió reforzar los esfuerzos para prevenir nuevas injerencias y señaló con rotundidad la responsabilidad de Rusia en la intromisión de 2016, algo que Trump solo ha admitido a regañadientes y con titubeos. La secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, anunció la creación de un centro especializado para proteger a bancos y compañías energéticas de posibles ciberataques.

Por ahora, la Administración solo ha mantenido dos reuniones de seguridad sobre cómo prevenir una nueva injerencia. Y Trump ha politizado el asunto. La semana pasada se declaró “muy preocupado” porque Rusia trate de tener “impacto” en los comicios de noviembre. Sin embargo, el presidente aseguró, que si lo hacen, apostarán por ayudar a los demócratas en una elección en la que los republicanos se juegan mantener el control del Congreso.

Un debate este miércoles en el Comité de Inteligencia del Senado exhibió el nerviosismo latente. El republicano Richard Burr admitió la dificultad de discernir entre “buenos y malos” actores en Internet. El demócrata Mark Warner pidió impulsar “ideas políticas”; mientras uno de los expertos que compareció, Todd Helmus, de RAND Corporation, habló de una “carrera armamentística” y advirtió de que los piratas informáticos desarrollan métodos para enmascararse mientras las compañías tecnológicas tratan de detectarlos.

En los últimos días, también han aflorado críticas a Trump, sobre la amenaza rusa, en ambos lados del espectro político. "No creo que estén haciendo ni mucho menos suficiente", dijo el senador demócrata por Maryland Chris Van Hollen. El republicano Lyndsey Graham, un creciente aliado de Trump, dijo que el Gobierno está haciendo un "buen trabajo", pero lamentó la actitud vacilante del presidente. "Necesita ser el líder del movimiento, no que se le traiga al baile a regañadientes. Deseo que dirija a su Gobierno, junto al Congreso, a endurecer [la vigilancia de] las elecciones de 2018 antes de que sea demasiado tarde", señaló el senador por Carolina del Sur.

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