La crisis de la lira turca golpea al euro y a las monedas de los mercados emergentes
La moneda, que perdió este año más del 40% de su valor frente al dólar, provocó una ola de pánico en los mercados a través del mundo
Infobae
La lira turca recuperó parte de sus pérdidas el lunes tras haberse derrumbado a mínimos históricos de 7,24 unidades por dólar, después de que el banco central del país prometió garantizar la liquidez en el sistema y anunció un recorte de los encajes bancarios. Aún así, la moneda cotizó con una baja del 10 por ciento en el día, con una pérdida acumulada de más de dos quintas partes de su valor en 2018.
Esta situación golpeó a las divisas de mercados emergentes. Desde el rand sudafricano al peso argentino, pasando por el real brasileño o el rublo ruso, la mayoría de las divisas emergentes se hunden desde hace una semana por el desplome de la lira turca, prueba de la vulnerabilidad de estas economías muy dependientes de los capitales extranjeros.
La crisis entre Washington y Ankara, primero política -por el desacuerdo sobre la suerte de un pastor estadounidense juzgado en Turquía por "terrorismo" y "espionaje"-, se extendió rápidamente al terreno económico. Las sanciones, como duplicar las tasas aduaneras estadounidenses al acero y aluminio turcos, se sucedieron a las declaraciones diplomáticas amenazantes, poniendo nerviosos a los mercados mundiales.
El peso mexicano cedió un 1,4 por ciento; el rand sudafricano bajó un 2,4 por ciento, después de desplomarse más de un 10 por ciento en las primeras operaciones de la jornada, a un mínimo de más de dos años; y la rupia india se hundió a su nivel histórico más reducido.
En una semana el rublo ruso perdió un 8% ante el dólar y la misma tendencia que siguió el real brasileño (-4%) y el peso argentino, que cedió casi un 6% desde el lunes pasado.
El efecto dominó de esta crisis turco-estadounidense evidencia sobre todo el nivel de vulnerabilidad frente al dólar, y más de manera general frente a los inversores extranjeros de las economías emergentes.
La rupia indonesia, por ejemplo, está en su nivel más bajo frente al dólar desde octubre de 2015, después de que el país anunciara el fin de semana pasado su mayor déficit de cuentas corrientes desde hace cuatro años, un indicador de la dependencia de Indonesia de la financiación extranjera.
"El contexto actual es cada vez más preocupantes para los mercados emergentes. En particular para Sudáfrica, ya que nos volvimos dependientes de las entradas de capital extranjero", señala por su parte el economista sudafricano Gavin Keeton en el diario Business Day.
Además, la ansiedad por la exposición a Turquía de los bancos italianos y españoles y de otras partes de Europa lastró al euro, así como el nerviosismo por la incertidumbre en Italia.
La moneda única del bloque cayó hasta 1,1365 dólares , su menor nivel desde julio del 2017, antes de que resurgiera la demanda por la divisa, llevándola a 1,1423 dólares, un alza de 0,1 por ciento respecto a la sesión anterior, de acuerdo a datos de EBS.
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La lira turca recuperó parte de sus pérdidas el lunes tras haberse derrumbado a mínimos históricos de 7,24 unidades por dólar, después de que el banco central del país prometió garantizar la liquidez en el sistema y anunció un recorte de los encajes bancarios. Aún así, la moneda cotizó con una baja del 10 por ciento en el día, con una pérdida acumulada de más de dos quintas partes de su valor en 2018.
Esta situación golpeó a las divisas de mercados emergentes. Desde el rand sudafricano al peso argentino, pasando por el real brasileño o el rublo ruso, la mayoría de las divisas emergentes se hunden desde hace una semana por el desplome de la lira turca, prueba de la vulnerabilidad de estas economías muy dependientes de los capitales extranjeros.
La crisis entre Washington y Ankara, primero política -por el desacuerdo sobre la suerte de un pastor estadounidense juzgado en Turquía por "terrorismo" y "espionaje"-, se extendió rápidamente al terreno económico. Las sanciones, como duplicar las tasas aduaneras estadounidenses al acero y aluminio turcos, se sucedieron a las declaraciones diplomáticas amenazantes, poniendo nerviosos a los mercados mundiales.
El peso mexicano cedió un 1,4 por ciento; el rand sudafricano bajó un 2,4 por ciento, después de desplomarse más de un 10 por ciento en las primeras operaciones de la jornada, a un mínimo de más de dos años; y la rupia india se hundió a su nivel histórico más reducido.
En una semana el rublo ruso perdió un 8% ante el dólar y la misma tendencia que siguió el real brasileño (-4%) y el peso argentino, que cedió casi un 6% desde el lunes pasado.
El efecto dominó de esta crisis turco-estadounidense evidencia sobre todo el nivel de vulnerabilidad frente al dólar, y más de manera general frente a los inversores extranjeros de las economías emergentes.
La rupia indonesia, por ejemplo, está en su nivel más bajo frente al dólar desde octubre de 2015, después de que el país anunciara el fin de semana pasado su mayor déficit de cuentas corrientes desde hace cuatro años, un indicador de la dependencia de Indonesia de la financiación extranjera.
"El contexto actual es cada vez más preocupantes para los mercados emergentes. En particular para Sudáfrica, ya que nos volvimos dependientes de las entradas de capital extranjero", señala por su parte el economista sudafricano Gavin Keeton en el diario Business Day.
Además, la ansiedad por la exposición a Turquía de los bancos italianos y españoles y de otras partes de Europa lastró al euro, así como el nerviosismo por la incertidumbre en Italia.
La moneda única del bloque cayó hasta 1,1365 dólares , su menor nivel desde julio del 2017, antes de que resurgiera la demanda por la divisa, llevándola a 1,1423 dólares, un alza de 0,1 por ciento respecto a la sesión anterior, de acuerdo a datos de EBS.