Erdogan planta cara a Trump y le advierte de que Turquía puede buscar nuevos aliados

El mandatario turco reacciona a los severos aranceles anunciados por el presidente de EE UU

Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
El pulso que mantienen los líderes de Estados Unidos y Turquía, países fundadores de la OTAN, amenaza con provocar una ruptura. El presidente Recep Tayyip Erdogan replicó este sábado a Donald Trump que Ankara buscará “nuevos aliados” si Washington no revierte “el unilateralismo y la falta de respeto”. Erdogan apeló al patriotismo en dos actos públicos ante el imparable desplome de la divisa nacional, acelerado tras los severos aranceles al acero y aluminio impuestos por el presidente de EE UU que entrarán en vigor mañana.


“No es una buena idea intentar ponernos de rodillas con amenazas sobre un pastor protestante”, tronó el presidente turco, según el relato de France Presse, en un discurso pronunciado en la ciudad de Ünye, a orillas del mar Negro. Se refería al religioso estadounidense Andrew Brunson, detenido hace dos años en Turquía y cuya liberación ha sido reclamada con insistencia por la Administración de Trump.

La fiscalía pide para él hasta 20 años de cárcel por su supuesta vinculación con la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), alzada en armas contra el poder central de Ankara en 1984, así como con el imán Fetulá Gülen, afincado en Estados Unidos y a quien Ankara considera el cerebro del fallido golpe de Estado de 2016.

Erdogan siguió elevando el tono de su desafío a Washington en otra intervención pública en Rize, ciudad costera del noroeste de donde es originaria su familia. “Solo nos inclinamos ante Dios”, advirtió. “Está mal intentar castigar a Turquía por un religioso. Es una lástima. [Estados Unidos] Está intercambiando a un socio estratégico en la OTAN por un pastor”.

El presidente, reelegido por mayoría absoluta en primera vuelta el pasado 24 de junio, achacó a una guerra económica “la conspiración” contra la lira turca que ha causado su depreciación en un 40% desde el inicio del año, e insistió en que se trataba de una “fluctuación” sin ninguna base en la economía real.

El discurso altisonante del mandatario turco contrasta con el mensaje de moderación enviado a EE UU por miembros del Gobierno como el ministro de Exteriores, Hami Aksoy, quien se ha mostrado favorable a resolver las diferencias a través de la diplomacia y el diálogo.

Washington es un aliado estratégico de Ankara desde la II Guerra Mundial y Turquía ha cedido a la Fuerza Aérea estadounidense el uso de la base de Incirlik, en el sur de Anatolia, desde donde se dirigen operaciones militares contra el grupo yihadista Estado Islámico. Las disputas en la guerra de Siria —donde Estados Unidos respalda a la guerrilla kurda local, considerada por Turquía como un apéndice del PKK— y el acercamiento de Erdogan a Rusia e Irán han agrandado la brecha bilateral en los últimos meses.

En un artículo publicado ayer por The New York Times, Erdogan sostuvo que las sanciones y aranceles serán contraproducentes para Washington. “Antes de que sea tarde, [Trump] debe renunciar a la idea de que nuestra relación puede ser asimétrica”, escribió el mandatario.

Erdogan volvió a pedir ayer a los ciudadanos que cambien las divisas que tienen “debajo del colchón” por liras para frenar la depreciación de la moneda nacional. Su mensaje de perfil agresivo contra Washington parece haber vuelto a encender el fervor nacionalista sobre el que ha sostenido sus victorias electorales consecutivas desde hace 16 años.

El portavoz del presidente turco, Ibrahim Kalin, argumentó que los esfuerzos del Gobierno de Ankara para resolver la crisis con Washington por la vía diplomática han tropezado con el rechazo de la Administración de Trump. El presidente estadounidense publicó un tuit el viernes para anunciar el aumento arancelario en el momento en el que la lira turca se encontraba en caída libre tras haber llegado a perder el viernes un 20% de su valor frente al dólar.

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