Los rebeldes y sus familias abandonan el sur de Siria ante el avance de las tropas del régimen de Al Assad
Luego de alcanzar un acuerdo de alto al fuego negociado por Rusia, las milicias opositoras entregaron la ciudad de Deraa, donde comenzó la guerra civil, a las tropas sirias y comenzaron la evacuación a Idlib. Se trata de la última victoria de Damasco en su campaña de reconquista de los territorios perdidos desde 2011
Infobae
Rebeldes sirios y sus familiares empezaron a ser evacuados este domingo de la ciudad sureña de Deraa, sitio donde comenzó hace más de siete años la brutal guerra civil que aún persiste y que ha dejado cientos de miles de muertos, tras su captura por parte del régimen de Bashar al Assad
Los combatientes y algunos de sus familiares subieron a bordo de unos 15 autobuses, según un periodista de la AFP. Los rebeldes habían empezado el sábado a entregar sus armas al régimen, en medio de un alto al fuego negociado con intermediación de Rusia tras dos semanas de feroces bombardeos sobre la ciudad.
Deraa (también conocida como Daraa) es la ciudad donde comenzaron en 2011 las protestas contra el régimen de Al Assad por el asesinato de un adolescente por parte de las fuerzas armadas, en el marco de la denominada "primavera árabe", las cuales fueron brutalmente reprimidas y derivaron en un levantamiento y el inicio de la guerra civil.
Los autobuses fueron revisados exhaustivamente en busca de armas por parte de las fuerzas armadas de Rusia, luego partieron al mediodía hacia Idlib, una de las últimas regiones que aún permanece bajo el control de los rebeldes.
De acuerdo al Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), se esperaba que 1.400 personas fueron evacuadas este domingo, miembros de diferentes grupos opositores de la ciudad de Deraa y sus alrededores.
Avanza la reconquista
El régimen de Al Assad se encuentra en medio de una extensa campaña para reconquistar los territorios perdidos frente a los rebeldes en 2011 y 2012, y en mayo logró capturar los últimos reductos en Damasco, la capital siria.
Con ayuda de Rusia, el 19 de junio sus tropas se lanzaron en consecuencia sobre Deraa, en el sur, una región con gran valor simbólico por ser el lugar de inicio de la guerra y que tiene importancia estratégica por ubicarse en la frontera con Jordania y a pocos kilómetros de Israel y el Líbano.
Durante estas semanas Damasco y Moscú reutilizaron una estrategia que tuvo éxito en las operaciones anteriores en la capital, basada en una primera fase de brutales bombardeos sobre las ciudades controladas por rebeldes seguida por el llamado a negociaciones para un alto al fuego y la evacuación de los opositores.
A principios de julio el régimen y los rebeldes había llegado a un acuerdo y el jueves las tropas sirias entraron en Deraa e izaron su bandera en el centro de la ciudad, acto previo a la evacuación.
En más de siete años de guerra se calcula que unas 400.000 personas han muerto y millones resultaron desplazadas de sus hogares, muchas de ellas emigrando a Turquía, Jordania y Europa.
En un principio el conflicto giró alrededor de las ciudades de Homs y Alepo, en el norte y controladas por rebeldes, y en Raqqa y Deir Ezzor, en el este y en poder del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés).
Tal fue la presión sobre Damasco que para 2015 la continuidad del dictador Al Assad era extremadamente incierta. Pero entonces Rusia tomó la decisión de participar en la guerra en su apoyo y la situación cambió.
El ISIS fue derrotado en el este por una doble campaña de milicias rebeldes apoyadas por la coalición internacional que lidera Estados Unidos y fuerzas del régimen, y Alepo y Homs cayeron en poder de Damasco.
Una país que aún sigue partido e inmerso en la violencia
A la fecha, el país permanece aún dividido entres granes áreas. El gobierno sirio controla la franja oeste, incluyendo la costa sobre el Mediterráneo, la capital y, desde ahora, el sur.
Un grupo de milicias organizadas como el Ejército Libre Sirio (FSA), y que cuenta con el apoyo de Turquía, mantiene el control de la región del noroeste alrededor de Idlib y Afrin.
Al este del río Éufrates las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), mayormente kurdas y apoyadas por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, ejercen la autoridad.
Y finalmente en el extremo este y en la frontera con Irak persisten focos de resistencia del ISIS, en una región desértica y desolada.
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Rebeldes sirios y sus familiares empezaron a ser evacuados este domingo de la ciudad sureña de Deraa, sitio donde comenzó hace más de siete años la brutal guerra civil que aún persiste y que ha dejado cientos de miles de muertos, tras su captura por parte del régimen de Bashar al Assad
Los combatientes y algunos de sus familiares subieron a bordo de unos 15 autobuses, según un periodista de la AFP. Los rebeldes habían empezado el sábado a entregar sus armas al régimen, en medio de un alto al fuego negociado con intermediación de Rusia tras dos semanas de feroces bombardeos sobre la ciudad.
Deraa (también conocida como Daraa) es la ciudad donde comenzaron en 2011 las protestas contra el régimen de Al Assad por el asesinato de un adolescente por parte de las fuerzas armadas, en el marco de la denominada "primavera árabe", las cuales fueron brutalmente reprimidas y derivaron en un levantamiento y el inicio de la guerra civil.
Los autobuses fueron revisados exhaustivamente en busca de armas por parte de las fuerzas armadas de Rusia, luego partieron al mediodía hacia Idlib, una de las últimas regiones que aún permanece bajo el control de los rebeldes.
De acuerdo al Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), se esperaba que 1.400 personas fueron evacuadas este domingo, miembros de diferentes grupos opositores de la ciudad de Deraa y sus alrededores.
Avanza la reconquista
El régimen de Al Assad se encuentra en medio de una extensa campaña para reconquistar los territorios perdidos frente a los rebeldes en 2011 y 2012, y en mayo logró capturar los últimos reductos en Damasco, la capital siria.
Con ayuda de Rusia, el 19 de junio sus tropas se lanzaron en consecuencia sobre Deraa, en el sur, una región con gran valor simbólico por ser el lugar de inicio de la guerra y que tiene importancia estratégica por ubicarse en la frontera con Jordania y a pocos kilómetros de Israel y el Líbano.
Durante estas semanas Damasco y Moscú reutilizaron una estrategia que tuvo éxito en las operaciones anteriores en la capital, basada en una primera fase de brutales bombardeos sobre las ciudades controladas por rebeldes seguida por el llamado a negociaciones para un alto al fuego y la evacuación de los opositores.
A principios de julio el régimen y los rebeldes había llegado a un acuerdo y el jueves las tropas sirias entraron en Deraa e izaron su bandera en el centro de la ciudad, acto previo a la evacuación.
En más de siete años de guerra se calcula que unas 400.000 personas han muerto y millones resultaron desplazadas de sus hogares, muchas de ellas emigrando a Turquía, Jordania y Europa.
En un principio el conflicto giró alrededor de las ciudades de Homs y Alepo, en el norte y controladas por rebeldes, y en Raqqa y Deir Ezzor, en el este y en poder del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés).
Tal fue la presión sobre Damasco que para 2015 la continuidad del dictador Al Assad era extremadamente incierta. Pero entonces Rusia tomó la decisión de participar en la guerra en su apoyo y la situación cambió.
El ISIS fue derrotado en el este por una doble campaña de milicias rebeldes apoyadas por la coalición internacional que lidera Estados Unidos y fuerzas del régimen, y Alepo y Homs cayeron en poder de Damasco.
Una país que aún sigue partido e inmerso en la violencia
A la fecha, el país permanece aún dividido entres granes áreas. El gobierno sirio controla la franja oeste, incluyendo la costa sobre el Mediterráneo, la capital y, desde ahora, el sur.
Un grupo de milicias organizadas como el Ejército Libre Sirio (FSA), y que cuenta con el apoyo de Turquía, mantiene el control de la región del noroeste alrededor de Idlib y Afrin.
Al este del río Éufrates las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), mayormente kurdas y apoyadas por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, ejercen la autoridad.
Y finalmente en el extremo este y en la frontera con Irak persisten focos de resistencia del ISIS, en una región desértica y desolada.