Trump da un ultimátum a Europa para que rebaje los aranceles a los coches estadounidenses
El presidente amenaza con aplicar un impuesto del 20% a las importaciones de vehículos de la UE
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
Donald Trump aprieta el mordisco. El presidente de Estados Unidos ha amenazado con aplicar un arancel del 20% a las importaciones de coches que llegan desde el lado europeo del Atlántico si la UE no rebaja "pronto" los suyos a los vehículos procedentes de EE UU. Actualmente ese gravamen que se paga al cruzar la frontera es del 10%. Para los coches europeos que entran a EE UU es del 2,5%. Trump lleva denunciando desde la campaña electoral que este desfase es injusto y penaliza a su industria.
El anuncio del inquilino de la Casa Blanca llega en el mismo día en el que la UE empieza a aplicar aranceles especiales sobre productos importados desde EE UU por valor de 3.200 millones de dólares. La Comisión Europea explicó el pasado miércoles que se trata de una medidas para “reequilibrar” los aranceles del 25% impuestos al acero y del 10% al aluminio desde el pasado 1 de junio. Afecta a productos agrícolas y otros bienes que tienen origen en regiones muy sensibles para los republicanos.
Trump lazó su última amenaza en forma de ultimátum a través de un mensaje en Twitter, en una nueva escalada del enfrentamiento entre ambos —históricamente— aliados. El presidente estadounidense ya ordenó hace un mes al Departamento de Comercio que investigue los flujos comerciales en el sector de la automoción para actuar en consecuencia. “Si estos aranceles y barreras no se echan abajo pronto y se eliminan, aplicaremos un arancel del 20% a todos sus coches [de Europa] que lleguen a EE UU”, advierte.
“Fabricarlos aquí”, exclama en el tuit. Hace solo dos días que el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo en una comparecencia pública que no había decisión adoptada aún sobre si los aranceles que aplica al acero y el aluminio europeo iban a extenderse a otros sectores, como el de la automoción. En cualquier caso, el arancel del 20% del que habla ahora Donald Trump sería inferior al 25% que citó previamente, pero es más específico.
El año pasado se vendieron 17,2 millones de coches en el mercado estadounidense. Casi un 7% del total son fabricados por marcas europeas, equivalente a 1,15 millones de unidades, que cuentan ya con plantas de ensamblaje en EE UU y en México para atender la demanda estadounidense. Como resultado de esta nueva amenaza, los títulos de los fabricantes europeos sufrieron caídas moderadas que se suman al lastre que soportan desde más de hace un mes cuando escaló el litigio.
La reacción de Trump a la respuesta arancelaria europea se produce solo unos días después de que los tres fabricantes alemanes de coches —Daimler, BMW y Volkswagen— transmitieran al embajador de EE UU en Berlín que eran favorables a que se eliminen las tarifas aduaneras entre los dos bloques comerciales. De esta manera buscaban rebajar la tensión de las últimas semanas. Las tres compañías y los suministradores generan 116.500 empleos en EE UU y tiene un saldo comercial positivo de 23.000 millones.
No es tampoco la primera vez que Trump expresa su frustración con el desequilibrio que hay en las relaciones comerciales con Europa, en el que cita directamente a Alemania y su sector automotriz. Los intercambios comerciales rondan los 1.100 millones de dólares (1.280 millones de euros) en los dos sentidos. El déficit para EE UU en los bienes asciende a 147.000 millones, pero el global se rebaja a 92.000 millones cuando se incorpora al cálculo el superávit en servicios.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
Donald Trump aprieta el mordisco. El presidente de Estados Unidos ha amenazado con aplicar un arancel del 20% a las importaciones de coches que llegan desde el lado europeo del Atlántico si la UE no rebaja "pronto" los suyos a los vehículos procedentes de EE UU. Actualmente ese gravamen que se paga al cruzar la frontera es del 10%. Para los coches europeos que entran a EE UU es del 2,5%. Trump lleva denunciando desde la campaña electoral que este desfase es injusto y penaliza a su industria.
El anuncio del inquilino de la Casa Blanca llega en el mismo día en el que la UE empieza a aplicar aranceles especiales sobre productos importados desde EE UU por valor de 3.200 millones de dólares. La Comisión Europea explicó el pasado miércoles que se trata de una medidas para “reequilibrar” los aranceles del 25% impuestos al acero y del 10% al aluminio desde el pasado 1 de junio. Afecta a productos agrícolas y otros bienes que tienen origen en regiones muy sensibles para los republicanos.
Trump lazó su última amenaza en forma de ultimátum a través de un mensaje en Twitter, en una nueva escalada del enfrentamiento entre ambos —históricamente— aliados. El presidente estadounidense ya ordenó hace un mes al Departamento de Comercio que investigue los flujos comerciales en el sector de la automoción para actuar en consecuencia. “Si estos aranceles y barreras no se echan abajo pronto y se eliminan, aplicaremos un arancel del 20% a todos sus coches [de Europa] que lleguen a EE UU”, advierte.
“Fabricarlos aquí”, exclama en el tuit. Hace solo dos días que el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo en una comparecencia pública que no había decisión adoptada aún sobre si los aranceles que aplica al acero y el aluminio europeo iban a extenderse a otros sectores, como el de la automoción. En cualquier caso, el arancel del 20% del que habla ahora Donald Trump sería inferior al 25% que citó previamente, pero es más específico.
El año pasado se vendieron 17,2 millones de coches en el mercado estadounidense. Casi un 7% del total son fabricados por marcas europeas, equivalente a 1,15 millones de unidades, que cuentan ya con plantas de ensamblaje en EE UU y en México para atender la demanda estadounidense. Como resultado de esta nueva amenaza, los títulos de los fabricantes europeos sufrieron caídas moderadas que se suman al lastre que soportan desde más de hace un mes cuando escaló el litigio.
La reacción de Trump a la respuesta arancelaria europea se produce solo unos días después de que los tres fabricantes alemanes de coches —Daimler, BMW y Volkswagen— transmitieran al embajador de EE UU en Berlín que eran favorables a que se eliminen las tarifas aduaneras entre los dos bloques comerciales. De esta manera buscaban rebajar la tensión de las últimas semanas. Las tres compañías y los suministradores generan 116.500 empleos en EE UU y tiene un saldo comercial positivo de 23.000 millones.
No es tampoco la primera vez que Trump expresa su frustración con el desequilibrio que hay en las relaciones comerciales con Europa, en el que cita directamente a Alemania y su sector automotriz. Los intercambios comerciales rondan los 1.100 millones de dólares (1.280 millones de euros) en los dos sentidos. El déficit para EE UU en los bienes asciende a 147.000 millones, pero el global se rebaja a 92.000 millones cuando se incorpora al cálculo el superávit en servicios.