India busca reducir los 10 millones de toneladas de desechos plásticos que genera cada año
Las lagunas en el cumplimiento de la ley impiden disminuir la producción y el uso de plásticos de una potencia llamada a liderar el desarrollo medioambiental a nivel mundial
Ángel L. Martínez Cantera
Bombay, El País
Nueva Delhi acoge este martes el Día Mundial del Medio Ambiente como colofón a una semana de actividades que incluyeron conferencias ministeriales, encuentros de mandatarios internacionales, maratones ciudadanos o limpieza de una veintena de playas en otros tantos estados del país. Encabezada por el primer ministro indio, Narendra Modi, la celebración del evento en la capital de India reafirma su voluntad de liderar el desarrollo medioambiental un año después de que Estados Unidos abandonase los acuerdos de Paris y a seis meses de la siguiente cumbre contra el cambio climático en Polonia.
Bajo el lema 'Vencer la contaminación del plástico', se pone énfasis en un producto que constituye el 10% de los residuos mundiales y del que, anualmente, 13 millones de toneladas (equivalente a un camión de basura por minuto) terminan en los océanos con consecuencias dramáticas para el ecosistema. India no es ajena a este problema y, según datos del gobierno, genera casi 9,5 millones de toneladas de desechos plásticos anuales; de los que el 40% nunca se recogen. De ahí que el Ejecutivo indio llame a “la responsabilidad social y ambiental de cada individuo” para una labor que “no es actividad de un día, sino un proceso continuo”.
Arrastrada por una tendencia global que ha creado más plástico en esta década que en todo el siglo anterior, India abandonó modelos tradicionales de envasado y transporte. Eso, unido a una población en continuo crecimiento y ajena a la protección medioambiental, ha transformado sus calles, ríos y acequias en basureros urbanos. Para atajar este problema y sus riesgos para la salud pública, India prohibió el uso de las bolsas de plástico de menos de 50 micras y de un solo uso en 2016; liderando así una estrategia a la que recientemente se han unido otros países de América Latina y el Caribe.
Pese a la medida, replicada a nivel estatal, las lagunas en el cumplimiento de la ley han impedido la reducción la producción y uso de plásticos en India. “La Norma de Gestión de Desechos Plásticos (2016) incorporó la 'responsabilidad de los productores', pero no hay estrategia para su imposición”, explica Richa Agarwal, especialista en gestión de residuos del Centro para la Ciencia y el Medio Ambiente (CSE) de Delhi, quien también subraya la falta de un sistema formal de reciclaje. Según la investigadora, más del 80% de la gestión de plásticos la realizan kabadis – que recogen basura a domicilio – y traperos, quienes segregan desechos en los vertederos; sin que ninguna autoridad nacional, estatal o local tenga registrada su actividad.
La inoperancia legal es el principal escollo de la política medioambiental india. Así, la directora del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, Ligia Noronha, resalta la participación ciudadana mediante “litigios de interés público y activismo” en India, frente al “estricto cumplimiento de la ley” en China. El vecino asiático, por ejemplo, sorprendió al mundo con la prohibición de las importaciones de ciertos residuos sólidos a principios de año; obligando naciones desarrolladas a buscar alternativas. La misma determinación en la imposición normativa, ha hecho que China intensifique el control de la contaminación atmosférica; granjeándose el elogio de los autores del último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con un crecimiento urbanístico sin precedentes, las megalópolis de más de 10 millones de habitantes son tan comunes entre estos gigantes asiáticos como la polución que genera tal densidad de población; convirtiéndolas en las más contaminantes del planeta. Según el último informe sobre 'Estado del Aire Global', China e India suman más de la mitad de las 6 millones de muertes mundiales asociadas al aire contaminado (el doble de víctimas que el SIDA, la tuberculosis y la malaria juntos). Pero mientras China ha estabilizado sus niveles de polución, la tendencia va en aumento en su vecino del sur.
“En India, falta voluntad política para imponer medidas extremas y sujetas a plazos rigurosos”, resume Tanushree Ganguly, experta en aire limpio del CSE. La investigadora explica que China reduce la polución en algunas zonas porque tiene poder para cortar las emisiones contaminantes de estados cercanos; una capacidad de coordinación y ejecución de la que India carece. Ganguly también critica la falta de objetivos para la reducción de emisión del recién anunciado Programa Nacional de Aire Limpio; que pretende mitigar la contaminación de las ciudades indias aunque sin fechas límite ni metas a corto plazo.
China e India son, respectivamente, primer y cuarto mayor emisor de gases de efecto invernadero, pero ambas han abandonado su lema 'Crece ahora, limpia luego'. En el ámbito urbanístico, China es el mayor fabricante mundial de vehículos eléctricos mientras que India promete vender solo esos automóviles para 2030. Con políticas nacionales para la mitigación del carbono, los dos países reconocen que los combustibles fósiles son incompatibles con el desarrollo sostenible y conducen su transición económica por la vía de las renovables. India va camino de superar los objetivos marcados para 2022 gracias al aumento de las instalaciones solares y eólicas; mientras mantiene un crecimiento anual robusto, como su vecino del norte.
Ante el vacío dejado hace un año por Estados Unidos, los modelos de India y China parecen estar llamados a liderar la política medioambiental del futuro. Para el año 2030, los dos colosos asiáticos sumarán el 34% de la población mundial, el 30% de la economía global y el 32% de la demanda de energía primaria.
Ángel L. Martínez Cantera
Bombay, El País
Nueva Delhi acoge este martes el Día Mundial del Medio Ambiente como colofón a una semana de actividades que incluyeron conferencias ministeriales, encuentros de mandatarios internacionales, maratones ciudadanos o limpieza de una veintena de playas en otros tantos estados del país. Encabezada por el primer ministro indio, Narendra Modi, la celebración del evento en la capital de India reafirma su voluntad de liderar el desarrollo medioambiental un año después de que Estados Unidos abandonase los acuerdos de Paris y a seis meses de la siguiente cumbre contra el cambio climático en Polonia.
Bajo el lema 'Vencer la contaminación del plástico', se pone énfasis en un producto que constituye el 10% de los residuos mundiales y del que, anualmente, 13 millones de toneladas (equivalente a un camión de basura por minuto) terminan en los océanos con consecuencias dramáticas para el ecosistema. India no es ajena a este problema y, según datos del gobierno, genera casi 9,5 millones de toneladas de desechos plásticos anuales; de los que el 40% nunca se recogen. De ahí que el Ejecutivo indio llame a “la responsabilidad social y ambiental de cada individuo” para una labor que “no es actividad de un día, sino un proceso continuo”.
Arrastrada por una tendencia global que ha creado más plástico en esta década que en todo el siglo anterior, India abandonó modelos tradicionales de envasado y transporte. Eso, unido a una población en continuo crecimiento y ajena a la protección medioambiental, ha transformado sus calles, ríos y acequias en basureros urbanos. Para atajar este problema y sus riesgos para la salud pública, India prohibió el uso de las bolsas de plástico de menos de 50 micras y de un solo uso en 2016; liderando así una estrategia a la que recientemente se han unido otros países de América Latina y el Caribe.
Pese a la medida, replicada a nivel estatal, las lagunas en el cumplimiento de la ley han impedido la reducción la producción y uso de plásticos en India. “La Norma de Gestión de Desechos Plásticos (2016) incorporó la 'responsabilidad de los productores', pero no hay estrategia para su imposición”, explica Richa Agarwal, especialista en gestión de residuos del Centro para la Ciencia y el Medio Ambiente (CSE) de Delhi, quien también subraya la falta de un sistema formal de reciclaje. Según la investigadora, más del 80% de la gestión de plásticos la realizan kabadis – que recogen basura a domicilio – y traperos, quienes segregan desechos en los vertederos; sin que ninguna autoridad nacional, estatal o local tenga registrada su actividad.
La inoperancia legal es el principal escollo de la política medioambiental india. Así, la directora del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, Ligia Noronha, resalta la participación ciudadana mediante “litigios de interés público y activismo” en India, frente al “estricto cumplimiento de la ley” en China. El vecino asiático, por ejemplo, sorprendió al mundo con la prohibición de las importaciones de ciertos residuos sólidos a principios de año; obligando naciones desarrolladas a buscar alternativas. La misma determinación en la imposición normativa, ha hecho que China intensifique el control de la contaminación atmosférica; granjeándose el elogio de los autores del último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con un crecimiento urbanístico sin precedentes, las megalópolis de más de 10 millones de habitantes son tan comunes entre estos gigantes asiáticos como la polución que genera tal densidad de población; convirtiéndolas en las más contaminantes del planeta. Según el último informe sobre 'Estado del Aire Global', China e India suman más de la mitad de las 6 millones de muertes mundiales asociadas al aire contaminado (el doble de víctimas que el SIDA, la tuberculosis y la malaria juntos). Pero mientras China ha estabilizado sus niveles de polución, la tendencia va en aumento en su vecino del sur.
“En India, falta voluntad política para imponer medidas extremas y sujetas a plazos rigurosos”, resume Tanushree Ganguly, experta en aire limpio del CSE. La investigadora explica que China reduce la polución en algunas zonas porque tiene poder para cortar las emisiones contaminantes de estados cercanos; una capacidad de coordinación y ejecución de la que India carece. Ganguly también critica la falta de objetivos para la reducción de emisión del recién anunciado Programa Nacional de Aire Limpio; que pretende mitigar la contaminación de las ciudades indias aunque sin fechas límite ni metas a corto plazo.
China e India son, respectivamente, primer y cuarto mayor emisor de gases de efecto invernadero, pero ambas han abandonado su lema 'Crece ahora, limpia luego'. En el ámbito urbanístico, China es el mayor fabricante mundial de vehículos eléctricos mientras que India promete vender solo esos automóviles para 2030. Con políticas nacionales para la mitigación del carbono, los dos países reconocen que los combustibles fósiles son incompatibles con el desarrollo sostenible y conducen su transición económica por la vía de las renovables. India va camino de superar los objetivos marcados para 2022 gracias al aumento de las instalaciones solares y eólicas; mientras mantiene un crecimiento anual robusto, como su vecino del norte.
Ante el vacío dejado hace un año por Estados Unidos, los modelos de India y China parecen estar llamados a liderar la política medioambiental del futuro. Para el año 2030, los dos colosos asiáticos sumarán el 34% de la población mundial, el 30% de la economía global y el 32% de la demanda de energía primaria.