Estados Unidos se echa a las calles para protestar por la separación de familias en la frontera
Miles de estadounidenses de costa a costa denuncian la política de "tolerancia cero" con los inmigrantes irregulares que ha escandalizado al país
Sandro Pozzi
Antonia Laborde
Pablo Ximénez de Sandoval
Nueva York / Washington / Los Ángeles
El País
El escándalo de la separación de familias de inmigrantes irregulares, la política híperagresiva de Donald Trump de separar a los padres de los hijos cuando cruzan la frontera, ha provocado un escándalo que tiene su reflejo este sábado en las calles de todo Estados Unidos. Más de 600 manifestaciones coordinadas en todos los Estados, bajo el lema Mantened a las familias juntas, protestaron este sábado en una demostración de fuerza que rivaliza con las convocatorias por los derechos de las mujeres, dando una idea del nivel de indignación con la política de "tolerancia cero" de Trump, que no se ha atrevido a defender ni el Partido Republicano
En Lafayette Square, frente a la Casa Blanca, miles de personas se reunieron bajo un sol ardiente en el acto central de las protestas. Vestidos de blanco y con pancartas que ridiculizaban a Donald Trump, los manifestantes marcharon desde la plaza hasta el Departamento de Justicia. En el escenario, la cantante Alicia Keys y la actriz America Ferrera subieron juntas para leer cartas de afectados. “Esto nos afecta a todos porque le podría pasar a mi hijo, al tuyo o al de cualquiera”, dijo Keys. “Y no me quiero imaginar lo que sentiría si no supiera si mi pequeño de siete años está a salvo”.
Las artistas fueron la antesala del emotivo discurso de Alidia Erber. Una inmigrante de 75 años que fue separada de su madre durante la Segunda Guerra Mundial cuando tenía ocho meses. Dos años después las volvieron a reunir. “Era una niña traumatizada. Esa es la etapa en la que percibes si el mundo es un lugar seguro o no. Me hicieron desconfiar de las personas y es algo con lo que cargo hasta hoy. Eso le están haciendo a los menores en la frontera”, dijo Erber.
Los líderes de la manifestación hicieron un llamado a actuar como una obligación moral. “Hay que demostrar que Trump está equivocado”, dijo una activista musulmana que recordó el reciente fallo del Tribunal Supremo al veto migratorio del presidente. Una religiosa afroamericana también apuntó sus dardos al máximo tribunal. “Se han equivocado antes y les tenemos noticias, hemos abolido todas sus malas decisiones”, exclamó la mujer entre los aplausos del público y agregó: “Muchos dicen que América se está llenando de negros y mestizos, pero así es como siempre ha sido América. Nosotros llegamos primero”.
Escenas y testimonios similares se oyeron en manifestaciones desde Atlanta hasta Seattle y desde Dallas hasta la puerta del club de golf de Nueva Jersey donde Trump pasa el fin de semana. En Atlanta, el congresista e icono de los derechos civile John Lewis llamó a los presentes “luchar y votar como nunca antes”. Una movilización masiva en torno a los temas más controvertidos de la presidencia de Trump es la única baza de los demócratas para tratar de contrarrestar el poder del presidente en las elecciones de noviembre.
La manifestación de Nueva York partió bajo un intenso calor de la plaza donde está el tribunal federal de inmigración, el más grande de Estados Unidos. Las exigencias de la convocatoria eran tres: reunificar inmediatamente con sus padres a los alrededor de 2.000 niños migrantes que permanecen separados; acabar con esta política; y acabar con la detención de familias. Hace una semana, Trump firmó un decreto en teoría en esa dirección. Los manifestantes este sábado consideraban que no es suficiente y piden que se defina un plan preciso para reunificar a los menores con sus padres.
Los manifestantes insistían en que no son radicales. “Hasta aquí hemos llegado”, comentaba Rob, mientras camina con su familia hacia Brooklyn, “sentí que debía hacer más. Es una política horrenda”. Maya, de 12 años, es la primera vez que acude a una marcha. “Es importante movilizarse”, valora mientras muestra una pancarta en la que se puede leer “buscar refugio no es un crimen”. Le acompaña su madre, Diane, “es contrario a todos los valores en los que creemos’
Todos defendían la abolición de la policía migratoria (ICE, en sus siglas en inglés), para que deje de actuar como un cuerpo paramilitar dedicado a aterrorizar. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se sumó también a otros demócratas que piden que se cree algo “diferente”, porque de la forma en la que actúa “no es aceptable”.
En Los Ángeles el abrazo político de los demócratas a la oposición más radical a Trump se vio con la presencia de líderes demócratas locales, estatales y nacionales, que se sumaron a famosos y a las organizaciones civiles para clamar contra Trump. El alcalde, Eric Garcetti, el candidato a gobernador Gavin Newsom, el candidato a senador Kevin de León, la senadora Kamala Harris y la congresista Maxine Waters, aclamada como azote de Trump, conviertieron la convocatoria en un mitin de calentamiento para noviembre.
John Legend subió al escenario delante de miles de personas en Grand Park para tocar al piano What's going on, de Marvin Gaye. Otros famosos como Laura Dern o Eugenio Derbez se sumaron a una manifestación multitudinaria para los estándares de Los Ángeles con lemas como “Deportad a Trump a Rusia”.
Chris Ávila, angelino de 62 años, decía que en estos dos años no ha conseguido encontrar nada bueno en Trump. "Lo he intentado, pero no puedo". Estaba aquí con un sentimiento de que lo que pase en estos años tendrá consecuencias durante mucho tiempo, como los sucesos de los años 60. "Estoy aquí por mi nieta de 12 años, porque me preocupa su vida". Ávila no tiene nada en contra de la policía migratoria "si se utiliza para perseguir criminales, pero se está utilizando para hacerle el juego al racismo de toda la vida". Como él, Aubrey Cedillo decía que ha salido ya muchas veces a la calle en esta presidencia. "Hemos salido para decir que esta América es diferente de la que nosotros conocemos".
Sandro Pozzi
Antonia Laborde
Pablo Ximénez de Sandoval
Nueva York / Washington / Los Ángeles
El País
El escándalo de la separación de familias de inmigrantes irregulares, la política híperagresiva de Donald Trump de separar a los padres de los hijos cuando cruzan la frontera, ha provocado un escándalo que tiene su reflejo este sábado en las calles de todo Estados Unidos. Más de 600 manifestaciones coordinadas en todos los Estados, bajo el lema Mantened a las familias juntas, protestaron este sábado en una demostración de fuerza que rivaliza con las convocatorias por los derechos de las mujeres, dando una idea del nivel de indignación con la política de "tolerancia cero" de Trump, que no se ha atrevido a defender ni el Partido Republicano
En Lafayette Square, frente a la Casa Blanca, miles de personas se reunieron bajo un sol ardiente en el acto central de las protestas. Vestidos de blanco y con pancartas que ridiculizaban a Donald Trump, los manifestantes marcharon desde la plaza hasta el Departamento de Justicia. En el escenario, la cantante Alicia Keys y la actriz America Ferrera subieron juntas para leer cartas de afectados. “Esto nos afecta a todos porque le podría pasar a mi hijo, al tuyo o al de cualquiera”, dijo Keys. “Y no me quiero imaginar lo que sentiría si no supiera si mi pequeño de siete años está a salvo”.
Las artistas fueron la antesala del emotivo discurso de Alidia Erber. Una inmigrante de 75 años que fue separada de su madre durante la Segunda Guerra Mundial cuando tenía ocho meses. Dos años después las volvieron a reunir. “Era una niña traumatizada. Esa es la etapa en la que percibes si el mundo es un lugar seguro o no. Me hicieron desconfiar de las personas y es algo con lo que cargo hasta hoy. Eso le están haciendo a los menores en la frontera”, dijo Erber.
Los líderes de la manifestación hicieron un llamado a actuar como una obligación moral. “Hay que demostrar que Trump está equivocado”, dijo una activista musulmana que recordó el reciente fallo del Tribunal Supremo al veto migratorio del presidente. Una religiosa afroamericana también apuntó sus dardos al máximo tribunal. “Se han equivocado antes y les tenemos noticias, hemos abolido todas sus malas decisiones”, exclamó la mujer entre los aplausos del público y agregó: “Muchos dicen que América se está llenando de negros y mestizos, pero así es como siempre ha sido América. Nosotros llegamos primero”.
Escenas y testimonios similares se oyeron en manifestaciones desde Atlanta hasta Seattle y desde Dallas hasta la puerta del club de golf de Nueva Jersey donde Trump pasa el fin de semana. En Atlanta, el congresista e icono de los derechos civile John Lewis llamó a los presentes “luchar y votar como nunca antes”. Una movilización masiva en torno a los temas más controvertidos de la presidencia de Trump es la única baza de los demócratas para tratar de contrarrestar el poder del presidente en las elecciones de noviembre.
La manifestación de Nueva York partió bajo un intenso calor de la plaza donde está el tribunal federal de inmigración, el más grande de Estados Unidos. Las exigencias de la convocatoria eran tres: reunificar inmediatamente con sus padres a los alrededor de 2.000 niños migrantes que permanecen separados; acabar con esta política; y acabar con la detención de familias. Hace una semana, Trump firmó un decreto en teoría en esa dirección. Los manifestantes este sábado consideraban que no es suficiente y piden que se defina un plan preciso para reunificar a los menores con sus padres.
Los manifestantes insistían en que no son radicales. “Hasta aquí hemos llegado”, comentaba Rob, mientras camina con su familia hacia Brooklyn, “sentí que debía hacer más. Es una política horrenda”. Maya, de 12 años, es la primera vez que acude a una marcha. “Es importante movilizarse”, valora mientras muestra una pancarta en la que se puede leer “buscar refugio no es un crimen”. Le acompaña su madre, Diane, “es contrario a todos los valores en los que creemos’
Todos defendían la abolición de la policía migratoria (ICE, en sus siglas en inglés), para que deje de actuar como un cuerpo paramilitar dedicado a aterrorizar. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se sumó también a otros demócratas que piden que se cree algo “diferente”, porque de la forma en la que actúa “no es aceptable”.
En Los Ángeles el abrazo político de los demócratas a la oposición más radical a Trump se vio con la presencia de líderes demócratas locales, estatales y nacionales, que se sumaron a famosos y a las organizaciones civiles para clamar contra Trump. El alcalde, Eric Garcetti, el candidato a gobernador Gavin Newsom, el candidato a senador Kevin de León, la senadora Kamala Harris y la congresista Maxine Waters, aclamada como azote de Trump, conviertieron la convocatoria en un mitin de calentamiento para noviembre.
John Legend subió al escenario delante de miles de personas en Grand Park para tocar al piano What's going on, de Marvin Gaye. Otros famosos como Laura Dern o Eugenio Derbez se sumaron a una manifestación multitudinaria para los estándares de Los Ángeles con lemas como “Deportad a Trump a Rusia”.
Chris Ávila, angelino de 62 años, decía que en estos dos años no ha conseguido encontrar nada bueno en Trump. "Lo he intentado, pero no puedo". Estaba aquí con un sentimiento de que lo que pase en estos años tendrá consecuencias durante mucho tiempo, como los sucesos de los años 60. "Estoy aquí por mi nieta de 12 años, porque me preocupa su vida". Ávila no tiene nada en contra de la policía migratoria "si se utiliza para perseguir criminales, pero se está utilizando para hacerle el juego al racismo de toda la vida". Como él, Aubrey Cedillo decía que ha salido ya muchas veces a la calle en esta presidencia. "Hemos salido para decir que esta América es diferente de la que nosotros conocemos".