Los incendios forestales y la tala de bosques en Nicaragua aumentan los riesgos de desastres en América Latina

Víctor Potosme
Infobae
Durante el primer trimestre del presenta año, si bien el Gobierno no ha presentado un informe oficial sobre los incendios forestales, de acuerdo al Sistema Regional de Visualización y Monitoreo de Mesoamérica (Servir) hasta la tarde de este miércoles se reportaron 12 incendios forestales. Entre las regiones afectadas se registra la zona de la frontera sur (Reserva Indio Maíz) y noroeste (León y Chinandega), esta última se caracteriza por su clima extremo seco cuyo rango de calentamiento promedio oscila entre los 29 y 34 grados centígrados.


SERVIR, como instancia del Centro Humboldt, organismo no gubernamental nicaragüense especializado en temas del medio ambiente, cuenta con acceso a imágenes de satélites, ello le permite una labor confiable en el monitoreo del desarrollo de incendios forestales en Nicaragua.

Es importante destacar que durante el año 2017 se reportaron solo en el norte central de Nicaragua 44 incendios forestales los que afectaron 1,442 hectáreas de bosque.

Incendio en la reserva forestal Indio Maíz, en la región sur de Nicaragua

Entre los incendios forestales más destacados en lo que va del año 2018, sobresale la quema de una importante extensión de la llamada reserva forestal Indio Maíz, ubicada en la frontera sur de Nicaragua.

La reserva comprende 3.180 kilómetros cuadrados y es el hogar de una amplia variedad de animales de la selva. Entre ellos la habitan cientos de especies de aves, incluyendo tucanes, guacamayas, colibríes y loros. En la zona también habitan mamíferos, tales como venados, perezosos, jabalíes, pumas, jaguares, pacas, zorros e incluso manatíes, además de las tres especies de monos que viven en el país (mono congo, cara blanca y mono araña). Asimismo, se pueden encontrar ranas venenosas, serpientes, cocodrilos, tortugas e iguanas.

Durante diez días de incendio, a inicios de abril del presente año, "Las llamas consumieron un estimado de 5,484 hectáreas de la Reserva Biológica Indio Maíz, equivalentes a menos del uno por ciento —según ambientalistas afines al Gobierno— de las 318 mil hectáreas que mide el área protegida, y la cual es parte de la Reserva de Biosfera Río San Juan", como reportó La Prensa.

Reserva forestal Bosawas en el norte de Nicargua: la tala del bosque es una realidad

La reserva está compuesta por 19,926 kilómetros que representan el 15.25% de la superficie total de Nicaragua; 9 gobiernos territoriales; 40 mil indígenas y 75 comunidades. En su corazón selvático se producía hasta el año 2010: 264 millones de toneladas de oxígeno cada año.

En 1997 fue declarada como reserva de biosfera por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO.

Hoy día, líderes indígenas del Territorio Mayagna Sauni Bas, han denunciado que existe una tala indiscriminada de los bosques en la reserva forestal Bosawas, territorio de la reserva para no perder la herencia que le han dejado sus ancestros, así lo informó Ramiro Antonio Salgado Rojas, líder de Sikilta en Siuna, Caribe Norte.

Salgado Rojas dijo que los ancestros preservaron ese territorio durante muchos años. "Ellos venían cuidando las montañas cuando no había gente en estos lados, en esos cerros donde había chancho de monte, tigres, panteras y víboras enormes que los conservaron para el futuro", comentó el líder indígena.

Según especialistas en la materia, la Reserva de Biosfera Bosawas ha perdido más de 100,000 hectáreas de bosques. Jaime Íncer Barquero quien ha calificado de alarmante la deforestación que ha sufrido este corredor biológico en los últimos años advirtió que "un veinte por ciento del núcleo de Bosawas ha sido destruido". Pero Bosawas —dice el ambientalista— tiene tiempo de estar en riesgo, debido a que nunca hubo presencia de las autoridades en el llamado "pulmón de Centroamérica", como señaló La Prensa.

Bosawas sigue manteniendo la categoría de Reserva de Biosfera, aun cuando ha perdido cientos de hectáreas de bosque, así lo indicó el ambientalista Jaime Incer Barquero. La nación mayangna ha sido la más perjudicada con la deforestación de Bosawas. Ahora los indígenas mayangnas señalan, entre las afectaciones, la inseguridad alimentaria que viven.

El 13 de abril del presente año el diario La Prensa, en una de sus notas sobre el medio ambiente publicó que las quemas agrícolas han destruido más de trescientas manzanas de bosques en la Reserva Bosawas y en la zona núcleo se han despalado unas 190 manzanas.

Los líderes de las comunidades indígenas que habitan la región de Bosawas han denunciado ante las instancias gubernamentales que desde el 2010 hasta la actualidad se da una masiva y acelerada invasión de colonos y traficantes de tierra en el Territorio Mayangna Sauni As, causando la destrucción del medioambiente y sus recursos naturales a través del despale e incendio forestales, además de inestabilidad social, cultural, económica y la inseguridad de los ciudadanos comunitarios mayangnas.

Los líderes indígenas, citados por medios de comunicación escrita nicaragüenses, han revelado que hay un informe completo que fue presentado a la Procuraduría General de la República (PGR), pero hasta ahora no hay acciones dirigidas a detener la destrucción ambiental en Bosawas.

Mientras esto sucede, el contexto socio-político en Nicaragua parece desviar la atención pública nacional e internacional sobre un tema vital para la región centroamericana y latinoamericana dada la necesidad de sostener focos naturales de generación de oxígeno ante la adversidad del calentamiento global y sus efectos en el mundo.

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