EE UU ofrece ayuda económica a Corea del Norte si acaba con su programa nuclear
Un 71% de los norteamericanos apoya las negociaciones con Pyongyang aunque un 49% desconfía del líder norcoreano
Joan Faus
Washington, El País
Al día siguiente de volver de Corea del Norte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dibujó este viernes algunos de los posibles movimientos de Washington en la negociación con Pyongyang a un mes de la reunión que celebrarán Donald Trump y Kim Jong-un. El jefe de la diplomacia estadounidense ofreció ayuda económica al empobrecido y hermético país asiático si acaba con su programa atómico. Y subrayó que una desnuclearización completa de Corea del Norte requerirá una “robusta verificación” por parte de inspectores.
“Si Corea del Norte toma una acción decidida para desnuclearizarse rápidamente, Estados Unidos está preparado para trabajar con Corea del Norte en alcanzar prosperidad a la vez que con nuestros amigos surcoreanos”, dijo Pompeo en una rueda de prensa conjunta con la ministra de Exteriores de Corea del Sur, Kang Kyung-wha.
La economía de EE UU, la mayor del mundo, es unas 1.500 veces más grande que la de Corea del Norte. El PIB del primero es de 18,57 billones de dólares mientras que de la segunda es de 12.380 millones, según los últimos datos. Para hacerse otra idea, el PIB de Corea del Sur es de 1,4 billones de dólares.
La carta económica será por tanto una de las que empleará Trump en la reunión el 12 de junio con Kim en Singapur, en el que será el primer encuentro entre líderes de ambos países. Otros factores clave son las sanciones, que asfixian a Pyongyang, y las concesiones en torno al programa atómico. EE UU reclama a Corea del Norte que entregue las armas nucleares que ya ha desarrollado y con las que hasta hace muy poco amenazaba con atacar a la primera potencia mundial. Pero no está claro si el régimen norcoreano está dispuesto a desmantelar su arsenal dado que se enorgullece de considerarse un Estado nuclear. Y es una incógnita si habrá química entre dos líderes que hasta hace pocos meses se insultaban y amenazaban mutuamente.
Pompeo insistió en que la desnuclearización tiene que ser “completa y verificable”. Y describió como “buena y sustantiva” su reunión de esta semana con Kim, en la que acordó la liberación de tres estadounidenses encarcelados en Corea del Norte y preparó los detalles de la inusual y arriesgada cita con Trump.
Otra línea roja son las sanciones. La canciller surcoreana insistió, por su parte, en que las penalizaciones no se levantarán antes de la reunión de Singapur. “Somos muy claros que las sanciones seguirán hasta que veamos una acción visible y significativa de Corea del Norte en el camino de la desnuclearización”, dijo Kang tras la reunión con Pompeo en el Departamento de Estado.
Kang también descartó que la presencia de tropas estadounidenses en Corea del Sur vaya a abordarse en la reunión entre Trump y Kim al subrayar que la presencia militar estadounidense desde hace seis décadas es un asunto que “primero” deben abordar Washington y Seúl.
Más respaldo que a la negociación con Irán
Por ahora, la jugada diplomática del republicano Trump le está dando réditos entre la opinión pública estadounidense. Un 71% de los norteamericanos apoya las conversaciones con Corea del Norte, según una encuesta de Pew Research difundida el jueves y realizada entre el 25 abril y el 1 de mayo. El apoyo va del 63% de los votantes demócratas al 85% de los republicanos. Un detalle relevante es que el respaldo es mayor al que suscitaban las negociaciones sobre el programa nuclear con Irán, que era del 49% en 2015 y del 63% en 2009. Trump retiró el martes a EE UU del pacto nuclear iraní, emblema de la presidencia de su predecesor, el demócrata Barack Obama.
El público, sin embargo, es escéptico con las intenciones del dictador norcoreano en la entrevista con Trump. Un 49% de los encuestados creen que el líder de Corea del Norte no es serio en solventar la preocupación internacional por sus ambiciones atómicas frente a un 38% que sí confía en la voluntad de Pyongyang.
Joan Faus
Washington, El País
Al día siguiente de volver de Corea del Norte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dibujó este viernes algunos de los posibles movimientos de Washington en la negociación con Pyongyang a un mes de la reunión que celebrarán Donald Trump y Kim Jong-un. El jefe de la diplomacia estadounidense ofreció ayuda económica al empobrecido y hermético país asiático si acaba con su programa atómico. Y subrayó que una desnuclearización completa de Corea del Norte requerirá una “robusta verificación” por parte de inspectores.
“Si Corea del Norte toma una acción decidida para desnuclearizarse rápidamente, Estados Unidos está preparado para trabajar con Corea del Norte en alcanzar prosperidad a la vez que con nuestros amigos surcoreanos”, dijo Pompeo en una rueda de prensa conjunta con la ministra de Exteriores de Corea del Sur, Kang Kyung-wha.
La economía de EE UU, la mayor del mundo, es unas 1.500 veces más grande que la de Corea del Norte. El PIB del primero es de 18,57 billones de dólares mientras que de la segunda es de 12.380 millones, según los últimos datos. Para hacerse otra idea, el PIB de Corea del Sur es de 1,4 billones de dólares.
La carta económica será por tanto una de las que empleará Trump en la reunión el 12 de junio con Kim en Singapur, en el que será el primer encuentro entre líderes de ambos países. Otros factores clave son las sanciones, que asfixian a Pyongyang, y las concesiones en torno al programa atómico. EE UU reclama a Corea del Norte que entregue las armas nucleares que ya ha desarrollado y con las que hasta hace muy poco amenazaba con atacar a la primera potencia mundial. Pero no está claro si el régimen norcoreano está dispuesto a desmantelar su arsenal dado que se enorgullece de considerarse un Estado nuclear. Y es una incógnita si habrá química entre dos líderes que hasta hace pocos meses se insultaban y amenazaban mutuamente.
Pompeo insistió en que la desnuclearización tiene que ser “completa y verificable”. Y describió como “buena y sustantiva” su reunión de esta semana con Kim, en la que acordó la liberación de tres estadounidenses encarcelados en Corea del Norte y preparó los detalles de la inusual y arriesgada cita con Trump.
Otra línea roja son las sanciones. La canciller surcoreana insistió, por su parte, en que las penalizaciones no se levantarán antes de la reunión de Singapur. “Somos muy claros que las sanciones seguirán hasta que veamos una acción visible y significativa de Corea del Norte en el camino de la desnuclearización”, dijo Kang tras la reunión con Pompeo en el Departamento de Estado.
Kang también descartó que la presencia de tropas estadounidenses en Corea del Sur vaya a abordarse en la reunión entre Trump y Kim al subrayar que la presencia militar estadounidense desde hace seis décadas es un asunto que “primero” deben abordar Washington y Seúl.
Más respaldo que a la negociación con Irán
Por ahora, la jugada diplomática del republicano Trump le está dando réditos entre la opinión pública estadounidense. Un 71% de los norteamericanos apoya las conversaciones con Corea del Norte, según una encuesta de Pew Research difundida el jueves y realizada entre el 25 abril y el 1 de mayo. El apoyo va del 63% de los votantes demócratas al 85% de los republicanos. Un detalle relevante es que el respaldo es mayor al que suscitaban las negociaciones sobre el programa nuclear con Irán, que era del 49% en 2015 y del 63% en 2009. Trump retiró el martes a EE UU del pacto nuclear iraní, emblema de la presidencia de su predecesor, el demócrata Barack Obama.
El público, sin embargo, es escéptico con las intenciones del dictador norcoreano en la entrevista con Trump. Un 49% de los encuestados creen que el líder de Corea del Norte no es serio en solventar la preocupación internacional por sus ambiciones atómicas frente a un 38% que sí confía en la voluntad de Pyongyang.