Obsesionados por una telenovela, los tailandeses vuelven a vestirse con sus ropas tradicionales

Tailandia, AFP
Las centenarias ruinas de Ayutthaya, capital del extinto reino de Siam, lucen aún más antiguas por las hordas de visitantes engalanados con ropas tradicionales a raíz del éxito en Tailandia de una serie de televisión de época.
Desde la emisión de la telenovela “Bupphaesannivas” (“El destino del amor”) se ha triplicado el número de viajeros -conforme a los registros oficiales- que se acercan al complejo arquitectónico, reconocido por UNESCO como patrimonio de la humanidad y ubicado a unos 80 kilómetros al norte de Bangkok.


Los turistas -ellas ataviadas con un sarong y blusa con toga al hombro; y ellos vestidos con chaqueta abotonada, fajín y pantalón bombacho hasta las rodillas- posan y recrean escenas de la ficción en los lugares donde tuvo lugar el rodaje.

“A diferencia de los vestidos originales, que se componen de varias piezas y con material de seda, las prendas que alquilamos son de pieza única y están fabricadas con tejidos más baratos”, declara a Efe Pathinya Saenphian, quien regenta un tenderete frente al parque monumental.

Por un módico precio que varía entre 300 y 550 bat (7,8 y 14,3 euros o 9,6 y 17,6 dólares) los visitantes pueden sentirse durante un día parte del elenco de la serie que narra la historia de amor con toques de comedia entre dos súbditos de la corte del rey Narai, monarca de Ayutthaya entre 1656 y 1688.



Ante la masiva afluencia de visitantes, las autoridades que regulan el acceso a las ruinas han ampliado los horarios de visita.

Una fiebre tradicionalista que ha cundido por todo el país, con restaurantes y peluquerías que ofrecen descuento a quien acuda al establecimiento vestido con traje popular o una cadena de cines que obsequia con entradas gratuitas, entre otros ejemplos.

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Foto: FIFA
“2018 está siendo el mejor año de los 20 que llevo al frente del negocio (…) las ventas de vestidos tradicionales han aumentado entre 400 y 500 por ciento” respecto a 2017, asegura a Efe Lek, propietaria de la tienda Maneerat en el centro histórico de Bangkok.
El Chut Chai, como se conoce a este traje y que sumó popularidad tras ser utilizado por la reina Sirikit durante una gira en los años 60 por varios países -incluido España-, es empleado generalmente durante los ritos budistas y las ceremonias oficiales.
A principios de abril el actual primer ministro de Tailandia, el general Prayut Chan-ocha, alabó la calidad del metraje de la telenovela al conocer a los actores en la Casa del Gobierno y citó la serie como un ejemplo para promocionar la nación.
“Me gustaría ver este fenómeno a lo largo del país y en diferentes ocasiones, así como en atracciones turísticas. Nosotros debemos preservar las tradiciones tailandesas (como vestir trajes populares) como un tesoro que brindar a la futura generación”, dijo Prayut en uno de sus mensajes semanales televisados.
El mandatario, líder de la asonada incruenta de 2014 que llevó a los militares al poder, encabezó en marzo una ceremonia junto a todo su Gabinete donde los políticos y sus esposas lucían ropas tradicionales, aunque más modernas respecto al fenómeno televisivo.
Desde el golpe de Estado, el gobierno militar ha tratado de impulsar el “Thai-ness” o las maneras tradicionales de la sociedad tailandesa a través del patrocinio de ferias, la promoción de valores educativos o el mecenazgo editorial.
En febrero, un festival organizado por la Casa Real conminó a los asistentes a lucir las vestimentas tradicionales para honrar la memoria de los antiguos monarcas.
A pesar de que no ha sido confirmada la secuela de la serie, televisada por la emisora pública “Channel 3”, el primer ministro instó a las autoridades a continuar con el éxito incluso si fuera necesaria trasladarla a los canales cuya licencia controla el Ejército.

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