Netanyahu asegura contar con pruebas de que Irán tiene un programa nuclear secreto
Un presunto ataque israelí a dos bases sirias con presencia iraní causa 26 muertos
Juan Carlos Sanz
Corresponsal en Oriente Próximo
Jerusalén, El País
Después de convocar una reunión de emergencia del Gabinete de Seguridad, a las pocas horas del ataque con misiles contra bases sirias con presencia iraní, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, se dirigió ayer a los israelíes por televisión para asegurar que cuenta con pruebas de que el régimen de Irán ha engañado al mundo y mantiene en marcha un programa atómico secreto. Abandonando el sencillo dibujo de una bomba a punto de estallar que presentó ante la ONU en 2012, protagonizó una estudiada presentación audiovisual salpicada de proclamas estratégicas y complejos detalles nucleares.
Desde la sede del Ministerio de Defensa en Tel Aviv, Netanyahu mostró en directo estanterías con documentos físicos y digitales obtenidos por los servicios de inteligencia israelíes tras infiltrarse en los archivos secretos nucleares, y que, según dijo, confirman que Teherán “mintió sobre su compromiso con el acuerdo nuclear suscrito en 2015”.
El jefe del Gobierno israelí dijo que mostraba documentos “idénticos a los reales” a fin de demostrar que Irán ha defraudado la confianza de la comunidad internacional. La información ha sido ya compartida por Israel con la Casa Blanca y con altos responsables de seguridad de Francia y Reino Unido. “Ahora la palabra la tiene Estados Unidos para salvaguardar la paz en el mundo”, concluyó Netanyahu, en referencia al plazo fijado el día 12 mayo por el presidente Donald Trump para que Washington decida si se retira del acuerdo nuclear suscrito por Teherán con las grandes potencias.
Netanyahu sostiene que los archivos en su poder —que serán enviados al Organismo Internacional para la Energía Atómica— constituyen “pruebas concluyentes del programa de armas nucleares de Irán”. Media tonelada de documentos. En total, son 55.000 páginas y archivos en 183 discos compactos que se hallaban ocultos en Teherán. “Desde hace años, Irán tenía un programa nuclear secreto, el Proyecto Amad. Ahora demostramos que era un plan para fabricar armas nucleares”, alegó el mandatario israelí, que se refirió a la construcción de cabezas nucleares de cinco kilotones para poder ser disparados en la ojiva de un misil estratégico.
La presentación del pliego de cargos de Netanyahu contra el programa atómico de Irán se produce al día siguiente de un ataque contra dos bases sirias que cuentan con presencia militar iraní. El impacto de los misiles causó al menos 26 muertos, entre ellos combatientes de Teherán y de sus fuerzas aliadas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG independiente que documenta las actividades bélicas en la guerra civil en el país árabe. El Ejército sirio atribuyó “la agresión” contra sus instalaciones en las provincias de Hama (centro) y Alepo (norte) al “enemigo”, en una clara alusión a Israel. La agencia de noticias ISNA informó en Teherán que 18 de los fallecidos en el ataque eran combatientes iraníes, aunque posteriormente la agencia semioficial Tasnim negó la existencia de víctimas propias.
El ataque con misiles contra Siria se ha producido después de la conversación telefónica que mantuvo el domingo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con Netanyahu. La Casa Blanca detalló que ambos mandatarios hablaron sobre las amenazas que planean sobre Oriente Próximo, y en particular sobre la expansión militar iraní en la región. Netanyahu recibió también el domingo en Tel Aviv al nuevo secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, que efectuaba su primera visita a Arabia Saudí, Israel y Jordania. "Estamos junto a Israel en esta lucha. Una estrecha cooperación con aliados sólidos es clave para contrarrestar las malignas ambiciones de Irán", advirtió el exdirector de la CIA.
Los medios estatales en Damasco no han dado cuenta de las bajas registradas en los ataques contra la base de la Brigada 47 en Salhab (Hama) ni contra el aeródromo militar de Nairab, próximo al aeropuerto de Alepo. La cadena Sky News Arabia elevó a 40 la cifra de muertos en ambos bombardeos con misiles, que causaron también más de 60 heridos, según fuentes de la oposición al régimen. Testigos citados por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informaron de grandes explosiones e incendios en el recinto militar sirio en Hama.
En las dos bases que han sido objetivo de los misiles existen depósitos de armamento, que incluyen cohetes tierra-tierra, bajo el control de la Guardia Revolucionaria de Irán, desplegada en el conflicto sirio en apoyo del régimen del presidente Bachar el Asad. Los ataques incluyeron presumiblemente el uso de misiles antibúnker, de alta capacidad de penetración explosiva, para destruir una gran arsenal subterráneo de misiles en Hama, de acuerdo con informaciones de la prensa árabe recogidas por el diario israelí Haaretz. El Centro Sismológico Euro-Mediterráneo registró un temblor de magnitud 2.6 en la escala de Richter en la zona atacada.
El Asad denunció en Damasco "la escalada de agresiones contra Siria" sin aludir a los ataques registrados en Hama y Alepo, tras sucesivas incursiones de represalia y el bombardeo occidental del pasado 14 de abril contra instalaciones ligadas al programa sirio de armas químicas. "El mapa regional está siendo dibujado de nuevo", aseguró el presidente, y las potencias hostiles han pasado de la fase de la "agresión indirecta" a través de los rebeldes, a la de la "agresión directa".
Israel no suele comentar las operaciones militares en el exterior. El ministro de Asuntos Estratégicos, Israel Katz, ha declarado este lunes a la Radio del Ejército que no estaba al corriente de los hechos. Un ataque con misiles contra la base área T-4 —situada en la provincia central de Homs y atribuido por Moscú y Damasco a Israel— causó el pasado 9 de abril 14 muertos, la mitad de ellos miembros de la Guardia Revolucionaria iraní.
El ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, había advertido el domingo de que Israel iba a “responder con gran fuerza” ante cualquier amenaza contra su territorio. Lieberman también alertó de que no iba a tolerar la instalación de sistemas antiaéreos de misiles S-300 de fabricación rusa en las bases sirias. La aviación de combate israelí se encuentra en estado de alerta ante un eventual ataque de represalia de Irán tras las dos presuntas incursiones aéreas que han causado bajas entre la Guardia Revolucionaria, sus aliados libaneses de Hezbolá, o de las milicias chiíes iraquíes o afganas que combaten en las filas del régimen de El Asad.
Los servicios de inteligencia de Israel temen que el ataque de castigo se pueda producir tras las elecciones previstas en Líbano el próximo 6 de mayo, o al término del plazo del 12 de mayo fijado por la Casa Blanca para decidir sobre el futuro del acuerdo nuclear con Irán suscrito en 2015. Una escalada de la tensión entre Israel e Irán puede llevar a la Administración del presidente Trump a adelantar su previsible decisión de retirarse del pacto atómico.
La Fuerza Aérea israelí ha llevado a cabo más de un centenar de incursiones en territorio sirio desde el inicio de la guerra, en su mayoría contra depósitos y convoyes de armas de la guerrilla libanesa de Hezbolá. Israel reconoció que había atacado el aeródromo militar T-4 el pasado mes de febrero, en represalia por la infiltración de un dron en su espacio aéreo. En el incidente más grave en el que se ha visto implicado el Estado hebreo en siete años de conflicto civil en el vecino país árabe, la aviación militar israelí bombardeó con ocho F-16 una base de drones iraníes. Uno de los cazas fue derribado por la defensa antiaérea siria, aunque sus dos tripulantes pudieron ponerse a salvo.
Israel sigue técnicamente en estado de guerra con Siria desde que en 1949 selló un armisticio con los países árabes que intentaron impedir por la fuerza la creación del Estado judío. La situación de conflicto sin hostilidades se mantuvo después de las guerras de 1967 (Seis Días) y de 1973 (Yom Kipur), en la que Damasco trató sin éxito de recuperar la meseta del Golán, que fue posteriormente anexionada por Israel sin aprobación internacional.
Juan Carlos Sanz
Corresponsal en Oriente Próximo
Jerusalén, El País
Después de convocar una reunión de emergencia del Gabinete de Seguridad, a las pocas horas del ataque con misiles contra bases sirias con presencia iraní, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, se dirigió ayer a los israelíes por televisión para asegurar que cuenta con pruebas de que el régimen de Irán ha engañado al mundo y mantiene en marcha un programa atómico secreto. Abandonando el sencillo dibujo de una bomba a punto de estallar que presentó ante la ONU en 2012, protagonizó una estudiada presentación audiovisual salpicada de proclamas estratégicas y complejos detalles nucleares.
Desde la sede del Ministerio de Defensa en Tel Aviv, Netanyahu mostró en directo estanterías con documentos físicos y digitales obtenidos por los servicios de inteligencia israelíes tras infiltrarse en los archivos secretos nucleares, y que, según dijo, confirman que Teherán “mintió sobre su compromiso con el acuerdo nuclear suscrito en 2015”.
El jefe del Gobierno israelí dijo que mostraba documentos “idénticos a los reales” a fin de demostrar que Irán ha defraudado la confianza de la comunidad internacional. La información ha sido ya compartida por Israel con la Casa Blanca y con altos responsables de seguridad de Francia y Reino Unido. “Ahora la palabra la tiene Estados Unidos para salvaguardar la paz en el mundo”, concluyó Netanyahu, en referencia al plazo fijado el día 12 mayo por el presidente Donald Trump para que Washington decida si se retira del acuerdo nuclear suscrito por Teherán con las grandes potencias.
Netanyahu sostiene que los archivos en su poder —que serán enviados al Organismo Internacional para la Energía Atómica— constituyen “pruebas concluyentes del programa de armas nucleares de Irán”. Media tonelada de documentos. En total, son 55.000 páginas y archivos en 183 discos compactos que se hallaban ocultos en Teherán. “Desde hace años, Irán tenía un programa nuclear secreto, el Proyecto Amad. Ahora demostramos que era un plan para fabricar armas nucleares”, alegó el mandatario israelí, que se refirió a la construcción de cabezas nucleares de cinco kilotones para poder ser disparados en la ojiva de un misil estratégico.
La presentación del pliego de cargos de Netanyahu contra el programa atómico de Irán se produce al día siguiente de un ataque contra dos bases sirias que cuentan con presencia militar iraní. El impacto de los misiles causó al menos 26 muertos, entre ellos combatientes de Teherán y de sus fuerzas aliadas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG independiente que documenta las actividades bélicas en la guerra civil en el país árabe. El Ejército sirio atribuyó “la agresión” contra sus instalaciones en las provincias de Hama (centro) y Alepo (norte) al “enemigo”, en una clara alusión a Israel. La agencia de noticias ISNA informó en Teherán que 18 de los fallecidos en el ataque eran combatientes iraníes, aunque posteriormente la agencia semioficial Tasnim negó la existencia de víctimas propias.
El ataque con misiles contra Siria se ha producido después de la conversación telefónica que mantuvo el domingo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con Netanyahu. La Casa Blanca detalló que ambos mandatarios hablaron sobre las amenazas que planean sobre Oriente Próximo, y en particular sobre la expansión militar iraní en la región. Netanyahu recibió también el domingo en Tel Aviv al nuevo secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, que efectuaba su primera visita a Arabia Saudí, Israel y Jordania. "Estamos junto a Israel en esta lucha. Una estrecha cooperación con aliados sólidos es clave para contrarrestar las malignas ambiciones de Irán", advirtió el exdirector de la CIA.
Los medios estatales en Damasco no han dado cuenta de las bajas registradas en los ataques contra la base de la Brigada 47 en Salhab (Hama) ni contra el aeródromo militar de Nairab, próximo al aeropuerto de Alepo. La cadena Sky News Arabia elevó a 40 la cifra de muertos en ambos bombardeos con misiles, que causaron también más de 60 heridos, según fuentes de la oposición al régimen. Testigos citados por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informaron de grandes explosiones e incendios en el recinto militar sirio en Hama.
En las dos bases que han sido objetivo de los misiles existen depósitos de armamento, que incluyen cohetes tierra-tierra, bajo el control de la Guardia Revolucionaria de Irán, desplegada en el conflicto sirio en apoyo del régimen del presidente Bachar el Asad. Los ataques incluyeron presumiblemente el uso de misiles antibúnker, de alta capacidad de penetración explosiva, para destruir una gran arsenal subterráneo de misiles en Hama, de acuerdo con informaciones de la prensa árabe recogidas por el diario israelí Haaretz. El Centro Sismológico Euro-Mediterráneo registró un temblor de magnitud 2.6 en la escala de Richter en la zona atacada.
El Asad denunció en Damasco "la escalada de agresiones contra Siria" sin aludir a los ataques registrados en Hama y Alepo, tras sucesivas incursiones de represalia y el bombardeo occidental del pasado 14 de abril contra instalaciones ligadas al programa sirio de armas químicas. "El mapa regional está siendo dibujado de nuevo", aseguró el presidente, y las potencias hostiles han pasado de la fase de la "agresión indirecta" a través de los rebeldes, a la de la "agresión directa".
Israel no suele comentar las operaciones militares en el exterior. El ministro de Asuntos Estratégicos, Israel Katz, ha declarado este lunes a la Radio del Ejército que no estaba al corriente de los hechos. Un ataque con misiles contra la base área T-4 —situada en la provincia central de Homs y atribuido por Moscú y Damasco a Israel— causó el pasado 9 de abril 14 muertos, la mitad de ellos miembros de la Guardia Revolucionaria iraní.
El ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, había advertido el domingo de que Israel iba a “responder con gran fuerza” ante cualquier amenaza contra su territorio. Lieberman también alertó de que no iba a tolerar la instalación de sistemas antiaéreos de misiles S-300 de fabricación rusa en las bases sirias. La aviación de combate israelí se encuentra en estado de alerta ante un eventual ataque de represalia de Irán tras las dos presuntas incursiones aéreas que han causado bajas entre la Guardia Revolucionaria, sus aliados libaneses de Hezbolá, o de las milicias chiíes iraquíes o afganas que combaten en las filas del régimen de El Asad.
Los servicios de inteligencia de Israel temen que el ataque de castigo se pueda producir tras las elecciones previstas en Líbano el próximo 6 de mayo, o al término del plazo del 12 de mayo fijado por la Casa Blanca para decidir sobre el futuro del acuerdo nuclear con Irán suscrito en 2015. Una escalada de la tensión entre Israel e Irán puede llevar a la Administración del presidente Trump a adelantar su previsible decisión de retirarse del pacto atómico.
La Fuerza Aérea israelí ha llevado a cabo más de un centenar de incursiones en territorio sirio desde el inicio de la guerra, en su mayoría contra depósitos y convoyes de armas de la guerrilla libanesa de Hezbolá. Israel reconoció que había atacado el aeródromo militar T-4 el pasado mes de febrero, en represalia por la infiltración de un dron en su espacio aéreo. En el incidente más grave en el que se ha visto implicado el Estado hebreo en siete años de conflicto civil en el vecino país árabe, la aviación militar israelí bombardeó con ocho F-16 una base de drones iraníes. Uno de los cazas fue derribado por la defensa antiaérea siria, aunque sus dos tripulantes pudieron ponerse a salvo.
Israel sigue técnicamente en estado de guerra con Siria desde que en 1949 selló un armisticio con los países árabes que intentaron impedir por la fuerza la creación del Estado judío. La situación de conflicto sin hostilidades se mantuvo después de las guerras de 1967 (Seis Días) y de 1973 (Yom Kipur), en la que Damasco trató sin éxito de recuperar la meseta del Golán, que fue posteriormente anexionada por Israel sin aprobación internacional.