Trump promueve que se arme a los profesores y da marcha atrás a las restricciones por edad
El plan de la Casa Blanca para evitar matanzas como la de Parkland elude tomar decisiones ejecutivas y se limita a una serie de recomendaciones
Jan Martínez Ahrens
Washington, El País
Las esperanzas de un aumento del control de armas en Estados Unidos se difuminan. El plan presentado el domingo por la Casa Blanca como respuesta a la matanza en el instituto de Parkland (17 muertos) insta a los Estados a armar a “personal cualificado en las escuelas”, y deja de lado la propuesta de elevar de 18 a 21 años la edad de compra. El proyecto, aunque apoya endurecer la revisión de antecedentes, no toma decisiones ejecutivas de calado y se reduce a una serie de recomendaciones.
En Parkland murieron 17; en Las Vegas, 58; en Orlando, 49; en Isla Vista, 6; en San Bernardino, 14; en Oregón, 10; en Washington, 13, en Newton 27… A cada sangría, surgen las mismas voces pidiendo mayores restricciones y se contraponen los mismos intereses para frenarlo. No importa que las matanzas se perpetren dentro o fuera de recintos educativos. Los avances en los últimos años han sido mínimos. La Asociación Nacional del Rifle (NRA, en sus siglas en inglés), pero también una ideología ampliamente extendida que identifica las armas con la seguridad, han hecho de muro de contención.
El último asalto a esta fortaleza ideológica lo protagonizó, para sorpresa de muchos republicanos, el propio presidente Donald Trump. Hace menos de dos semanas, tras presenciar el desgarro de los familiares de las víctimas de Parklank, apostó en voz alta por aumentar la edad de compra, limitar el acceso a personas con problemas mentales y endurecer los escrutinios. Incluso animó a enfrentarse al gran lobby de las armas. “A algunos de ustedes les deja petrificados la NRA. Tienen mucho poder sobre ustedes, no tienen tanto sobre mí”, afirmó.
La ficción ha durado 10 días. Anoche, la Casa Blanca presentó su propuesta de seguridad escolar. Un paquete que no incluye cambios sustanciales en la legislación y que se limita a recomendar, instar y urgir. Se trata de un manual de libre seguimiento en el que Trump sitúa como prioridad entrenar a “personal escolar cualificado” en el manejo de las armas y apoyar la entrada en la esfera docente de antiguos veteranos y agentes de policía.
Junto a esta medida, rechazada de plano por las grandes asociaciones de profesores, el presidente también alienta las legislaciones estatales y federales para endurecer el control de antecedentes. Paralelamente crea una comisión, presidida por la secretaria de Educación, Betsy DeVos, que estudiará el fenómeno de la violencia escolar. "Tenemos que prevenir e identificar los riesgos. No hay tiempo que perder, nadie tiene que volver a sufrir el terror de Parkland o Newton", dijo DeVos.
Este grupo de trabajo tendrá que establecer recomendaciones sobre la edad de compra de armas, el efecto de la cobertura mediática de las matanzas y la mejora de los tratamientos mentales. Temas capitales para los que no se ofreció un calendario específico. "La Casa Blanca ha dado pasitos de bebé encaminados a no irritar a la NRA, cuando la epidemia de armas de este país requiere pasos de gigante", afirmó el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Jan Martínez Ahrens
Washington, El País
Las esperanzas de un aumento del control de armas en Estados Unidos se difuminan. El plan presentado el domingo por la Casa Blanca como respuesta a la matanza en el instituto de Parkland (17 muertos) insta a los Estados a armar a “personal cualificado en las escuelas”, y deja de lado la propuesta de elevar de 18 a 21 años la edad de compra. El proyecto, aunque apoya endurecer la revisión de antecedentes, no toma decisiones ejecutivas de calado y se reduce a una serie de recomendaciones.
En Parkland murieron 17; en Las Vegas, 58; en Orlando, 49; en Isla Vista, 6; en San Bernardino, 14; en Oregón, 10; en Washington, 13, en Newton 27… A cada sangría, surgen las mismas voces pidiendo mayores restricciones y se contraponen los mismos intereses para frenarlo. No importa que las matanzas se perpetren dentro o fuera de recintos educativos. Los avances en los últimos años han sido mínimos. La Asociación Nacional del Rifle (NRA, en sus siglas en inglés), pero también una ideología ampliamente extendida que identifica las armas con la seguridad, han hecho de muro de contención.
El último asalto a esta fortaleza ideológica lo protagonizó, para sorpresa de muchos republicanos, el propio presidente Donald Trump. Hace menos de dos semanas, tras presenciar el desgarro de los familiares de las víctimas de Parklank, apostó en voz alta por aumentar la edad de compra, limitar el acceso a personas con problemas mentales y endurecer los escrutinios. Incluso animó a enfrentarse al gran lobby de las armas. “A algunos de ustedes les deja petrificados la NRA. Tienen mucho poder sobre ustedes, no tienen tanto sobre mí”, afirmó.
La ficción ha durado 10 días. Anoche, la Casa Blanca presentó su propuesta de seguridad escolar. Un paquete que no incluye cambios sustanciales en la legislación y que se limita a recomendar, instar y urgir. Se trata de un manual de libre seguimiento en el que Trump sitúa como prioridad entrenar a “personal escolar cualificado” en el manejo de las armas y apoyar la entrada en la esfera docente de antiguos veteranos y agentes de policía.
Junto a esta medida, rechazada de plano por las grandes asociaciones de profesores, el presidente también alienta las legislaciones estatales y federales para endurecer el control de antecedentes. Paralelamente crea una comisión, presidida por la secretaria de Educación, Betsy DeVos, que estudiará el fenómeno de la violencia escolar. "Tenemos que prevenir e identificar los riesgos. No hay tiempo que perder, nadie tiene que volver a sufrir el terror de Parkland o Newton", dijo DeVos.
Este grupo de trabajo tendrá que establecer recomendaciones sobre la edad de compra de armas, el efecto de la cobertura mediática de las matanzas y la mejora de los tratamientos mentales. Temas capitales para los que no se ofreció un calendario específico. "La Casa Blanca ha dado pasitos de bebé encaminados a no irritar a la NRA, cuando la epidemia de armas de este país requiere pasos de gigante", afirmó el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer.