Rusia exige participar en las pesquisas del espía ruso envenenado
El jefe de control de armas ruso, Vladimir Yermakov, acusa a las potencias occidentales de prejuicios antirusos y actitudes belicosas
Pilar Bonet
Moscú, El País
Rusia solo reconocerá el resultado de la investigación del envenenamiento del espía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia si participa en ella. Este fue el principal mensaje transmitido por Moscú este miércoles por la tarde en una inusual rueda de prensa para embajadores. Al evento convocado por el Ministerio de Exteriores acudieron más de un centenar de representantes diplomáticos acreditados en la capital rusa, pero no los embajadores de Reino Unido, Francia y Estados Unidos, que delegaron su presencia en diplomáticos de menor rango.
La sesión, que fue retrasmitida en directo por el canal de televisión Rusia 24 y por la página de web del Ministerio de Exteriores, reprodujo la tensión diplomática que se vive en este momento por la intoxicación de Skripal. Mientras Alemania y Suecia se solidarizaron con Londres, Vladímir Yermakov, jefe del departamento de control de armamento del Ministerio de Exteriores se prodigó en críticas a los países occidentales, apoyado por los embajadores de Serbia y de Venezuela.
Yermakov acusó a las potencias de Occidente de prejuicios antirusos y actitudes belicosas en sucesos ocurridos en las últimas dos décadas (desde los Balcanes hasta Libia, pasando por Irak y Siria y Ucrania). Además, en relación con el envenenamiento que Reino Unido atribuye al uso de una sustancia que ataca el sistema nervioso llamada “Novichok”, dijo que solo hay dos posibilidades. La primera es que “las autoridades británicas (…) son incapaces de garantizar la protección contra semejante ataque terrorista en su territorio” y la segunda que esas autoridades “directa o indirectamente (…) organizaron el ataque contra un ciudadano ruso”, afirmó el diplomático, refiriéndose a Yulia Skripal, que tiene nacionalidad rusa. “No acuso a nadie aquí”, matizó. Y agregó que "no hay una tercera opción”.
Asimismo, el diplomático acusó a Reino Unido de “mentalidad insular” y, ante la pregunta del representante británico, dijo que sentía vergüenza por él. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha calificado de “tontería” la acusación según la cual Moscú está detrás del envenenamiento.
La argumentación de Yermakov constituía de hecho una réplica simétrica a las dos posibilidades citadas por la primera ministra británica Theresa May sobre el origen del envenenamiento. May afirmó que éste había sido cometido por Rusia o por personas sobre las que Rusia había perdido el control.
Rusia no puede aceptar una investigación de la OPAQ (Organización para la Prohibición de Armas Químicas) como “verdad en última instancia”, manifestó Yermakov a la pregunta del representante francés sobre si Moscú confiaría en una investigación de la OPAQ con ayuda británica. Se necesita una “evaluación especial” del caso y para que Rusia pueda sacar sus conclusiones “debemos hacer nuestra propia investigación”, dijo el diplomático.
“Quieren investigar. Estamos dispuestos a investigar conjuntamente [con Reino Unido]" dijo Yermakov, quien manifestó que el uso de “cualquier veneno de carácter militar hubiera producido numerosas víctimas”. También insinuó que el Reino Unido tenía una responsabilidad en la muerte del oligarca ruso Borís Berezovski, que fue encontrado muerto en su casa de Reino Unido en 2013.
La embajada británica consideró que, durante la conferencia de prensa, Rusia no había dado respuestas sobre el envenenamiento del espía. “No hemos recibido ninguna explicación verosímil sobre por qué una sustancia que actúa sobre el sistema nervioso producida en Rusia fue usada en territorio del Reino Unido. En lugar de facilitar respuestas, Rusia continua difundiendo mentiras y desinformación”, dijo la embajada vía Twitter.
El representante de EE UU, por su parte, acusó a Moscú de “rechazar su responsabilidad y de desinformar” y advirtió: “vamos a pedir responsabilices a Rusia por sus actividades ilegales”.
Pilar Bonet
Moscú, El País
Rusia solo reconocerá el resultado de la investigación del envenenamiento del espía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia si participa en ella. Este fue el principal mensaje transmitido por Moscú este miércoles por la tarde en una inusual rueda de prensa para embajadores. Al evento convocado por el Ministerio de Exteriores acudieron más de un centenar de representantes diplomáticos acreditados en la capital rusa, pero no los embajadores de Reino Unido, Francia y Estados Unidos, que delegaron su presencia en diplomáticos de menor rango.
La sesión, que fue retrasmitida en directo por el canal de televisión Rusia 24 y por la página de web del Ministerio de Exteriores, reprodujo la tensión diplomática que se vive en este momento por la intoxicación de Skripal. Mientras Alemania y Suecia se solidarizaron con Londres, Vladímir Yermakov, jefe del departamento de control de armamento del Ministerio de Exteriores se prodigó en críticas a los países occidentales, apoyado por los embajadores de Serbia y de Venezuela.
Yermakov acusó a las potencias de Occidente de prejuicios antirusos y actitudes belicosas en sucesos ocurridos en las últimas dos décadas (desde los Balcanes hasta Libia, pasando por Irak y Siria y Ucrania). Además, en relación con el envenenamiento que Reino Unido atribuye al uso de una sustancia que ataca el sistema nervioso llamada “Novichok”, dijo que solo hay dos posibilidades. La primera es que “las autoridades británicas (…) son incapaces de garantizar la protección contra semejante ataque terrorista en su territorio” y la segunda que esas autoridades “directa o indirectamente (…) organizaron el ataque contra un ciudadano ruso”, afirmó el diplomático, refiriéndose a Yulia Skripal, que tiene nacionalidad rusa. “No acuso a nadie aquí”, matizó. Y agregó que "no hay una tercera opción”.
Asimismo, el diplomático acusó a Reino Unido de “mentalidad insular” y, ante la pregunta del representante británico, dijo que sentía vergüenza por él. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha calificado de “tontería” la acusación según la cual Moscú está detrás del envenenamiento.
La argumentación de Yermakov constituía de hecho una réplica simétrica a las dos posibilidades citadas por la primera ministra británica Theresa May sobre el origen del envenenamiento. May afirmó que éste había sido cometido por Rusia o por personas sobre las que Rusia había perdido el control.
Rusia no puede aceptar una investigación de la OPAQ (Organización para la Prohibición de Armas Químicas) como “verdad en última instancia”, manifestó Yermakov a la pregunta del representante francés sobre si Moscú confiaría en una investigación de la OPAQ con ayuda británica. Se necesita una “evaluación especial” del caso y para que Rusia pueda sacar sus conclusiones “debemos hacer nuestra propia investigación”, dijo el diplomático.
“Quieren investigar. Estamos dispuestos a investigar conjuntamente [con Reino Unido]" dijo Yermakov, quien manifestó que el uso de “cualquier veneno de carácter militar hubiera producido numerosas víctimas”. También insinuó que el Reino Unido tenía una responsabilidad en la muerte del oligarca ruso Borís Berezovski, que fue encontrado muerto en su casa de Reino Unido en 2013.
La embajada británica consideró que, durante la conferencia de prensa, Rusia no había dado respuestas sobre el envenenamiento del espía. “No hemos recibido ninguna explicación verosímil sobre por qué una sustancia que actúa sobre el sistema nervioso producida en Rusia fue usada en territorio del Reino Unido. En lugar de facilitar respuestas, Rusia continua difundiendo mentiras y desinformación”, dijo la embajada vía Twitter.
El representante de EE UU, por su parte, acusó a Moscú de “rechazar su responsabilidad y de desinformar” y advirtió: “vamos a pedir responsabilices a Rusia por sus actividades ilegales”.