Raúl Castro: “Hemos recorrido un largo y difícil camino”
Cuba, AFP
El presidente de Cuba, Raúl Castro, admitió el “largo” y “difícil” camino recorrido desde que triunfó la revolución de 1959, cuando falta un mes para que deje el cargo y ponga fin a una era en la isla socialista.
Los cubanos fueron a las urnas el domingo para ratificar a su nueva Asamblea Nacional, desde donde saldrá en abril el futuro presidente de Cuba, quien por primera vez desde 1976 no llevará el apellido Castro ni será militar.
“Hemos recorrido un largo camino, largo, largo. Y difícil. Pero lo hemos recorrido honrosamente, conjuntamente con todo nuestro pueblo, para que nuestros niños, los de ahora y los del futuro, sean felices”, dijo Castro, en declaraciones difundidas el lunes por el gobierno.
Los comentarios los hizo tras visitar el domingo una escuela en Santiago de Cuba (sureste), ciudad donde sufragó.
Los comicios del domingo fueron los primeros sin Fidel Castro, fallecido en 2016 y quien gobernó la isla como presidente desde 1976 hasta 2008, ratificado por la Asamblea. Luego asumió su hermano Raúl, hoy de 86 años.
La sucesión marcará el inicio del relevo generacional en Cuba, que no se desliga del “castrismo”. Según la Constitución, el Partido Comunista de Cuba (PCC) -del cual Raúl continuará como primer secretario hasta 2021- es la “fuerza dirigente superior de la sociedad”.
Las apuestas de analistas y la ciudadanía sobre el posible sucesor recaen en el vicepresidente primero, Miguel Díaz-Canel, de 57 años, de las canteras del PCC pero nacido después del triunfo de la revolución.
El ingeniero Díaz-Canel sufragó el domingo en compañía de su esposa en la ciudad de Santa Clara (centro) y saludando a los ciudadanos de la localidad en donde creció.
El posible sucesor aseguró el domingo que “continuará la marcha triunfante de la revolución” y que su voto es “un tributo a Fidel y apoyo a Raúl”.
El cambio de gobierno se producirá en momentos de importante desafíos de crecimiento económico y apertura para la isla, pese al embargo que le aplica Estados Unidos desde 1962, una política que se ha endurecido tras la llegada de Donald Trump al poder.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, admitió el “largo” y “difícil” camino recorrido desde que triunfó la revolución de 1959, cuando falta un mes para que deje el cargo y ponga fin a una era en la isla socialista.
Los cubanos fueron a las urnas el domingo para ratificar a su nueva Asamblea Nacional, desde donde saldrá en abril el futuro presidente de Cuba, quien por primera vez desde 1976 no llevará el apellido Castro ni será militar.
“Hemos recorrido un largo camino, largo, largo. Y difícil. Pero lo hemos recorrido honrosamente, conjuntamente con todo nuestro pueblo, para que nuestros niños, los de ahora y los del futuro, sean felices”, dijo Castro, en declaraciones difundidas el lunes por el gobierno.
Los comentarios los hizo tras visitar el domingo una escuela en Santiago de Cuba (sureste), ciudad donde sufragó.
Los comicios del domingo fueron los primeros sin Fidel Castro, fallecido en 2016 y quien gobernó la isla como presidente desde 1976 hasta 2008, ratificado por la Asamblea. Luego asumió su hermano Raúl, hoy de 86 años.
La sucesión marcará el inicio del relevo generacional en Cuba, que no se desliga del “castrismo”. Según la Constitución, el Partido Comunista de Cuba (PCC) -del cual Raúl continuará como primer secretario hasta 2021- es la “fuerza dirigente superior de la sociedad”.
Las apuestas de analistas y la ciudadanía sobre el posible sucesor recaen en el vicepresidente primero, Miguel Díaz-Canel, de 57 años, de las canteras del PCC pero nacido después del triunfo de la revolución.
El ingeniero Díaz-Canel sufragó el domingo en compañía de su esposa en la ciudad de Santa Clara (centro) y saludando a los ciudadanos de la localidad en donde creció.
El posible sucesor aseguró el domingo que “continuará la marcha triunfante de la revolución” y que su voto es “un tributo a Fidel y apoyo a Raúl”.
El cambio de gobierno se producirá en momentos de importante desafíos de crecimiento económico y apertura para la isla, pese al embargo que le aplica Estados Unidos desde 1962, una política que se ha endurecido tras la llegada de Donald Trump al poder.