Bolivia apuntala su demanda y reafirma que es constante y que nunca se extinguirá hasta llegar al mar

Chile trata de “hacer creer” a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que la obligación de negociar una salida al mar planteada por Bolivia hubiera desaparecido por tres motivos. El abogado del equipo jurídico boliviano Mathias Forteau rebatió esa tesis.

La Razón Digital / Rubén Ariñez / La Paz
Bolivia apuntaló este martes su demanda de acceso soberano al mar al término de la primera ronda de sus alegatos orales afirmando que su reclamo es constante e invariable y que nunca se extinguirá en tanto dure la controversia. El abogado del equipo jurídico boliviano Mathias Forteau fue el encargado de solventar esa premisa y ratificar que Chile "de forma repetida" aceptó y reconoció el asunto como pendiente.


A decir del jurista francés, Chile trata de “hacer creer” a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que la obligación de negociar planteada por Bolivia hubiera desaparecido por tres motivos independientes además de su propia voluntad.

El primero es que —detalló Forteau— Bolivia renunció tácita o implícitamente a su solicitud de negociar un acceso soberano al mar y que cada ciclo de negociación tendría un carácter autónomo.

La tesis chilena también apunta a que esos compromisos tuvieron una duración de vida limitada y, por último, que “el fracaso de la cesión de negociones de Charaña”, en 1978, “extinguió la obligación de negociar”.

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“Señor presidente, esos tres argumentos son pura invención por parte de Chile”, sentenció el legalista internacional francés y destacó que “Chile está tan poco convencido de su argumento que ni siquiera intenta, en sus escritos, explicar de qué manera ha habido renunciación”.

Advirtió, así, de una “dificultad” en la que se encuentra el demandado para rebatir que Bolivia ha sido constante en sus pretensiones, un aspecto que “muchos documentos” lo confirman.

“Queda claro que Bolivia jamás ha abandonado su reclamo y que no tiene la menor intención de renunciar a él”, remarcó Forteau.

Recuento

Desde el memorando de 1910, que recuerda sin ambigüedades, dijo, la solicitud boliviana de negociar la obtención de un acceso soberano al mar, la premisa fue replicada y aceptada por Chile en diversas ocasiones: 1919, 1926, 1927, 1929, 1948, 1950, 1971 y 1987.

“En octubre de 1979, Bolivia además nos recordó que desde 1895 Chile ofreció a Bolivia un acceso soberano al mar en varias ocasiones. Bolivia se refirió expresamente en esa ocasión a los compromisos de negociar adoptados por Chile en 1895, 1920, 1923, 1950, 1956, 1961 y 1975. El recordatorio de estos mismos precedentes fue repetido en 1982 y en 1988”, destacó Forteau.

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Añadió que “todos estos recordatorios contradicen muy claramente la afirmación en la dúplica de Chile de que Bolivia jamás habrían invocado el compromiso de negociar antes de 2013”.

Chile también asegura que el demandante no invocó el compromiso de negociar después de 1990, pero el jurista francés hizo notar que Bolivia realizó nuevamente la solicitud de negociar en 1992 y 1993 ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y, “en términos aún más claros”, en 1999 reiteró que en por lo menos 10 oportunidades “realizamos negociaciones con base en el acceso soberano al mar”.



Ese aspecto, apuntó, fue también formalizado en 8 declaraciones solemnes, lo cual prueba la existencia de una cuestión pendiente que requiere una solución definitiva. Así, destacó que Bolivia pidió, durante más de 30 años, la inscripción de la demanda en la agenda de la OEA.

Chile y Bolivia intercambiaron compromisos y promesas de resolución de la controversia en un “proceso continuo”, un escenario con el cual el jurista demostró también la constancia del primero para dar solución al asunto a través de decenios.

Destacó la carta de 1950 mediante la cual, aseguró, “Chile reconoce que ingresará en conversaciones formales para negociar a un acceso soberano al mar para Bolivia”, un compromiso que fue rescatado en el acuerdo de Charaña, cuyo fracaso, que según La Moneda dio lugar al fin de las negociaciones, atribuyó a Bolivia.

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“Después de 1978, las partes reanudaron las negociaciones y reiteraron su compromiso de negociar” pese a que se habían roto las relaciones bilaterales, señaló Forteau. La resolución de la OEA de 1983, respaldada por Chile al detalle y las negociaciones de 1986 y 1987 denominadas como "enfoque fresco", que Chile truncó de manera unilateral, refuerza ese argumento.

Aunque con la postura ambigua de Chile, apuntó Forteau, las partes retomaron las premisa de resolver el tema del mar en 1993 y 1994, compromiso que se ratificará en la declaración de Algarve de 2000 y el comunicado de Brasilia del mismo año que se reafirmó en la Agenda de 13 puntos entre 2006 y 2008.

Con todos esos adeudos, el demandado admitió que existía un tema pendiente de resolver y se comprometió de “manera repetida a negociar un acceso soberano al mar”, pero Chile “ha actuado con mala fe” al reducir, a través de los años, el objeto y el alcance de lo que pretende conceder en el marco de las negociaciones, remató el jurista francés.

Chile responderá entre el jueves y viernes a las argumentaciones bolivianas para cerrar la primera ronda de alegaciones orales de la demanda marítima.

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