La inteligencia de EE UU alerta del riesgo de injerencia rusa en las legislativas de noviembre y en Europa
El director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, también avisa de que la amenaza de conflictos entre naciones es la mayor desde el fin de la Guerra Fría
Joan Faus
Washington, El País
A nueve meses de una nueva cita electoral en Estados Unidos, los servicios de inteligencia advirtieron este martes de que ha crecido la amenaza de una injerencia rusa. El director de Inteligencia Nacional estadounidense, Dan Coats, advirtió este martes de que resulta “probable” que Rusia y otros países extranjeros traten de impulsar mayores ciberataques para entrometerse en procesos electorales. “Las operaciones cibernéticas persistentes y disruptivas continuarán contra Estados Unidos y nuestros aliados europeos utilizando elecciones como oportunidades para socavar la democracia”, dijo Coats ante el Comité de Inteligencia del Senado.
Coats, que coordina a todos los servicios de inteligencia, explicó que Moscú considera la injerencia en procesos de votación -mediante ciberataques para robar información o la difusión de propaganda- una “herramienta de bajo riesgo y efectiva en atizar divisiones”. En este sentido, subrayó que Rusia ve “exitosa” su injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016, que buscaba ayudar a Donald Trump a ser presidente. Y avisó que Moscú ve una “oportunidad” para influir en los comicios legislativos del próximo noviembre, en que se renuevan decenas de puestos de gobernador estatal, la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
Rusia también ha sido acusada de intrometerse en destacadas votaciones en Europa, como en el referéndum independentista catalán, el del Brexit y las elecciones generales en Francia y Alemania.
En la misma comparecencia, junto al resto de responsables de inteligencia, el director de la CIA, Mike Pompeo, reveló que ya se han detectado “actividades e intenciones rusas para tener un impacto en las próximas elecciones” en EE UU, y explicó que Washington cuenta con herramientas para tratar de contrarrestarlas. En la misma línea, Coats avisó: “Esperamos que Rusia continúe utilizando propaganda, personas falsas y otros medios de influencia para tratar de exacerbar fisuras sociales y políticas en EE UU”.
En un insólito desaire a sus espías, Trump se resiste a reconocer la conclusión de los servicios de inteligencia de que Moscú impulsó una sofisticada estrategia en 2016 para robar datos del Partido Demócrata y difundir propaganda que ayudara al republicano a ganar los comicios. El presidente también evita criticar a su homólogo ruso, Vladímir Putin, al que elogió repetidamente durante la campaña electoral. Y ve una “caza de brujas” en la investigación de un fiscal especial sobre si su entorno pudo coordinarse con la injerencia rusa.
Sin embargo, tanto Coats como los dirigentes de la CIA, el FBI y la NSA enfatizaron este martes que mantienen su conclusión sobre la responsabilidad rusa en las maniobras electorales y alertaron de que no han percibido ningún “cambio significativo” en las ambiciones de Moscú.
El director de Inteligencia Nacional urgió a informar a los estadounidenses de que la amenaza de injerencia rusa es “real” y a actuar para rebajarla. A nivel global, advirtió de que hay una carrera por la “superioridad tecnológica” en la que se utilizan herramientas cibernéticas para “moldear sociedades y mercados” y reveló que EE UU sufre numerosos ataques informáticos diarios. Al margen de Rusia, concluyó, las mayores amenazas cibernéticas a la primera potencia son China, Corea del Norte e Irán.
En su presentación del informe anual sobre riesgos globales, Coats dibujó un paisaje sombrío en la arena mundial. Advirtió de que el riesgo de “conflicto entre Estados es el más alto desde el fin de la Guerra Fría”, en especial por parte de Corea del Norte y la pugna regional entre Arabia Saudí e Irán. “Seguirá creciendo el riesgo del uso de armas de destrucción masiva por parte de Estados y no Estados”, avisó.
El jefe de todas las agencias de inteligencia vaticinó que Pyongyang mantendrá su desarrollo nuclear, con el que aspira a desarrollar un misil con capacidad de alcanzar EE UU, y señaló que se acerca el “momento de decisión” sobre cómo debe responder Washington. “Nuestro objetivo es una resolución pacífica. Estamos utilizando máxima presión a Corea del Norte en varias formas”, dijo. El director de la CIA, por su parte, minimizó el incipiente deshielo entre las dos Coreas durante los Juegos Olímpicos de Invierno. “No hay indicación de un cambio estratégico en el deseo de retener capacidad nuclear para amenazar a EE UU”, dijo Pompeo sobre el régimen de Kim Jong-un.
Joan Faus
Washington, El País
A nueve meses de una nueva cita electoral en Estados Unidos, los servicios de inteligencia advirtieron este martes de que ha crecido la amenaza de una injerencia rusa. El director de Inteligencia Nacional estadounidense, Dan Coats, advirtió este martes de que resulta “probable” que Rusia y otros países extranjeros traten de impulsar mayores ciberataques para entrometerse en procesos electorales. “Las operaciones cibernéticas persistentes y disruptivas continuarán contra Estados Unidos y nuestros aliados europeos utilizando elecciones como oportunidades para socavar la democracia”, dijo Coats ante el Comité de Inteligencia del Senado.
Coats, que coordina a todos los servicios de inteligencia, explicó que Moscú considera la injerencia en procesos de votación -mediante ciberataques para robar información o la difusión de propaganda- una “herramienta de bajo riesgo y efectiva en atizar divisiones”. En este sentido, subrayó que Rusia ve “exitosa” su injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016, que buscaba ayudar a Donald Trump a ser presidente. Y avisó que Moscú ve una “oportunidad” para influir en los comicios legislativos del próximo noviembre, en que se renuevan decenas de puestos de gobernador estatal, la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
Rusia también ha sido acusada de intrometerse en destacadas votaciones en Europa, como en el referéndum independentista catalán, el del Brexit y las elecciones generales en Francia y Alemania.
En la misma comparecencia, junto al resto de responsables de inteligencia, el director de la CIA, Mike Pompeo, reveló que ya se han detectado “actividades e intenciones rusas para tener un impacto en las próximas elecciones” en EE UU, y explicó que Washington cuenta con herramientas para tratar de contrarrestarlas. En la misma línea, Coats avisó: “Esperamos que Rusia continúe utilizando propaganda, personas falsas y otros medios de influencia para tratar de exacerbar fisuras sociales y políticas en EE UU”.
En un insólito desaire a sus espías, Trump se resiste a reconocer la conclusión de los servicios de inteligencia de que Moscú impulsó una sofisticada estrategia en 2016 para robar datos del Partido Demócrata y difundir propaganda que ayudara al republicano a ganar los comicios. El presidente también evita criticar a su homólogo ruso, Vladímir Putin, al que elogió repetidamente durante la campaña electoral. Y ve una “caza de brujas” en la investigación de un fiscal especial sobre si su entorno pudo coordinarse con la injerencia rusa.
Sin embargo, tanto Coats como los dirigentes de la CIA, el FBI y la NSA enfatizaron este martes que mantienen su conclusión sobre la responsabilidad rusa en las maniobras electorales y alertaron de que no han percibido ningún “cambio significativo” en las ambiciones de Moscú.
El director de Inteligencia Nacional urgió a informar a los estadounidenses de que la amenaza de injerencia rusa es “real” y a actuar para rebajarla. A nivel global, advirtió de que hay una carrera por la “superioridad tecnológica” en la que se utilizan herramientas cibernéticas para “moldear sociedades y mercados” y reveló que EE UU sufre numerosos ataques informáticos diarios. Al margen de Rusia, concluyó, las mayores amenazas cibernéticas a la primera potencia son China, Corea del Norte e Irán.
En su presentación del informe anual sobre riesgos globales, Coats dibujó un paisaje sombrío en la arena mundial. Advirtió de que el riesgo de “conflicto entre Estados es el más alto desde el fin de la Guerra Fría”, en especial por parte de Corea del Norte y la pugna regional entre Arabia Saudí e Irán. “Seguirá creciendo el riesgo del uso de armas de destrucción masiva por parte de Estados y no Estados”, avisó.
El jefe de todas las agencias de inteligencia vaticinó que Pyongyang mantendrá su desarrollo nuclear, con el que aspira a desarrollar un misil con capacidad de alcanzar EE UU, y señaló que se acerca el “momento de decisión” sobre cómo debe responder Washington. “Nuestro objetivo es una resolución pacífica. Estamos utilizando máxima presión a Corea del Norte en varias formas”, dijo. El director de la CIA, por su parte, minimizó el incipiente deshielo entre las dos Coreas durante los Juegos Olímpicos de Invierno. “No hay indicación de un cambio estratégico en el deseo de retener capacidad nuclear para amenazar a EE UU”, dijo Pompeo sobre el régimen de Kim Jong-un.