El Ejército turco se enfrenta a fuerzas de El Asad en un enclave kurdo de Siria

Un pacto alcanzado entre Damasco y las milicias kurdas ha permitido el despliegue de fuerzas progubernamentales en Afrin para frenar la ofensiva turca

Natalia Sancha
Estambul / Beirut, El País
La guerra siria se complica aún más en el enclave kurdo en torno a la ciudad de Afrin. A los combates que ya libraban soldados turcos contra milicianos kurdo-sirios aliados de Estados Unidos se han incorporado este martes combatientes leales al presidente Bachar el Asad, en apoyo de sus compatriotas kurdos. Es la primera vez que grupos armados leales al régimen sirio se enfrentan abiertamente a tropas turcas. El presidente Recep Tayyip Erdogan asegura que los suyos han repelido el avance sirio.


Un convoy de fuerzas progubernamentales sirias (no son soldados regulares) ha sido bombardeado esta tarde por la aviación turca cuando se dirigía al enclave de Afrin en apoyo de las milicias kurdas locales. “En los bombardeos han muerto dos soldados sirios y otros dos han sido heridos”, ha confirmado vía WhatsApp la oficina de prensa de las Unidades de Protección Populares kurdas (YPG, por sus siglas en kurdo) de Afrin. Estas combaten con los turcos desde que Ankara lanzara el pasado 20 de enero la ofensiva Rama de Olivo con el objetivo de alejar de su frontera sur a las milicias kurdas. Estas milicias, que Turquía tilda de grupo terrorista por sus lazos con el PKK turco, son el principal aliado de Washington en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS) en Siria.

Entre los civiles de Afrin la expectación es alta. “La gente está feliz, todos estamos entusiasmados”, explicó a este diario por teléfono Rania, una mujer de Jindires que, junto a su familia, hubo de refugiarse en aldeas de montaña para escapar de los bombardeos turcos y del avance de las tropas que ya han tomado posiciones en el extrarradio de su ciudad: “Nuestros combatientes han repelido interminables ataques, pero ellos cuentan con el apoyo de los bombardeos aéreos”.

Imágenes difundidas en las redes sociales mostraban el momento en el que una hilera de todoterrenos y vehículos de artillería se acercaban al enclave kurdo con uniformados ondeando la bandera siria que eran recibidos por milicianos kurdos al grito de "uno, uno, uno, el pueblo sirio es uno". Entre las fuerzas paramilitares enviadas por El Asad se encuentran milicias entrenadas por Irán como la brigada Nuble u Zahraa y las Fuerzas Locales de Defensa. “El régimen ha optado por evitar un enfrentamiento directo y enviar milicias proiraníes a Afrin en apoyo a los kurdos, mientras concentra sus tropas regulares en otros frentes como Damasco o Homs”, explica por teléfono desde Estambul el analista sirio Nawar Oliver.

Desde el fin de semana se han sucedido diversos contactos para alcanzar un acuerdo que permitiese al Ejército sirio entrar en el enclave kurdo. “Las fuerzas populares [sirias] llegarán en las próximas horas a Afrin para defender la determinación de su gente y afrontar el ataque desencadenado por las fuerzas del régimen turco en la zona y contra sus habitantes el mes pasado”, afirmaba este lunes la agencia oficial de noticias siria.

Sin embargo, las negociaciones se han roto en varios momentos, a tenor de las informaciones de los medios kurdos, debido a las pretensiones de Damasco que, aprovechando la debilidad de los kurdos, exigió a la milicia kurda YPG que entregara sus armas pesadas, así como que devolviera al Gobierno central el control de la Administración de Afrin. Son condiciones que suponen la renuncia de las YPG al mayor logro obtenido durante la contienda siria: un autogobierno de facto en los territorios kurdos.

El Gobierno turco no ve con malos ojos que El Asad recupere el control completo de Afrin, siempre y cuando eso suponga neutralizar a las milicias kurdas del YPG. “Si es así, no hay problema. En cambio, si entran para proteger a las YPG-PKK, entonces nadie podrá parar al Ejército turco”, advirtió el lunes el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu.

Ahora que entre la alianza que lidera Estados Unidos y las fuerzas que respaldan a El Asad han logrado arrebatar el territorio al ISIS, aumentan los riesgos de que el perfil internacional de la contienda se agrave aún más. Los esfuerzos de mediación iniciados por Rusia no han logrado evitar el enfrentamiento directo entre Siria y Turquía ni el acercamiento emprendido por EE UU ha conseguido frenar el avance de los soldados turcos sobre los combatientes kurdos de Siria. “El Gobierno sirio quiere asegurarse una victoria en cualquiera de los escenarios posibles”, explica desde Alepo una fuente cercana a una de las milicias desplegadas este martes en el enclave de Afrin. Esta fuente sostiene que el Gobierno sirio sopesa enfrentarse a las tropas turcas a cambio de que los kurdos cedan parte del control de los yacimientos de petróleo que tienen en la provincia de Deir Ezzor, los más importantes del país.

No ha sido hasta este martes que Damasco y las milicias kurdas de Afrin han logrado sellar un pacto cuyos detalles no han sido hecho públicos. “El Ejército sirio tiene que defender sus fronteras de la invasión turca”, ha declarado por teléfono Nuri Mahmoud, portavoz de las milicias kurdas. El portavoz, que ha rehusado entrar en detalles sobre los puntos negociados con Damasco ha alegado que, “Una vez expulsado el invasor, ya se verá entre sirios la letra pequeña”.

Transcurrido un mes desde la ofensiva turca sobre Afrin, el avance de las Fuerzas Armadas Turcas y de sus aliados de la milicia rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) ha sido más lento de lo esperado. El precio a pagar ha sido alto, con 32 soldados turcos y 206 combatientes del ELS muertos en combate frente a 197 milicianos de las YPG (entre ellos un voluntario español), según el recuento que hace el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Al menos 94 civiles han perecido desde el inicio de la ofensiva, en su mayoría bajo fuego turco.

Sin embargo, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan se mostró este martes seguro de la victoria turca y tras tachar de terroristas a las fuerzas progubernamentales sirias afirmó que “en los próximos días se comenzará a sitiar la ciudad de Afrin”. Para ello, 1.200 miembros de las Fuerzas Especiales de la Policía y la Gendarmería turcas han sido despachadas hacia la frontera.

No es la primera vez que se produce en el terreno sirio esta alianza coyuntural entre milicias kurdas y afines al Gobierno de El Asad en contra de un enemigo común. En enero de 2017, este diario acompañó a facciones dependientes de las Unidades de Protección Populares kurdas (YPG, por sus siglas en kurdo) que luchaban codo con codo con las milicias progubernamentales sirias con el objetivo de expulsar al ISIS de la norteña localidad siria de Al Bab. Allí, Turquía desplegó a 500 de sus efectivos.

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