A 2 años del referéndum, Bolivia se polariza entre el sí y el no a Evo Morales
Las movilizaciones, pidiendo el respeto al voto del 21 de febrero de 2016, comenzaron a primera hora de este miércoles en todo el país. También, de forma paralela en La Paz y Cochabamba, la militancia del MAS expresó su apoyo al proceso de cambio
EFE
Bolivia vivió este miércoles una jornada de movilizaciones a favor y en contra del presidente Evo Morales, en el día en que se cumplían dos años del referéndum que le negó la posibilidad de seguir en el poder como él pretende al menos hasta 2025.
"Bolivia dijo no", le recordaron sus detractores, mientras que sus incondicionales defendieron que esta jornada no es más que el "Día de la Mentira" inventada por quienes rechazan el "proceso de cambio" que en 2006 le llevó al poder.
Organizaciones cívicas convocaron un paro en todo el país, que dejó las calles de las principales ciudades sin apenas tránsito de vehículos ni de gente, con bloqueos en las principales avenidas.
La Policía levantó algunos de los bloqueos instalados con neumáticos, maderas, contenedores de basura o pancartas, sin que trascendieran incidentes más allá de forcejeos con los concentrados.
"El paro cívico ha fracasado", sentenció el ministro de Gobierno, Carlos Romero, en una comparecencia en la que habló de "absoluta normalidad" en el sector público y algunos cierres de negocios en el privado. "El país está trabajando", defendió Romero, quien rechazó que Bolivia quedara paralizada.
Los bloqueos desde primera hora del día fueron paralelos a las marchas tanto de apoyo como en contra de Morales, el presidente con más tiempo en el poder de forma continua en la historia del país.
"Uno, dos, tres, Evo otra vez", gritaban sus acólitos, mientras sus opositores coreaban "Esto es Bolivia, no Venezuela".
Las manifestaciones y concentraciones de unos y otros discurrieron tan multitudinarias y ruidosas como pacíficas, sin que se conocieran más que encontronazos verbales entre ellos y el empleo puntual de gases por parte de la Policía para dispersar a algunos pequeños grupos de oposición.
En La Paz y Cochabamba se registraron manifestaciones en apoyo al proceso de cambio de Evo Morales, mientras que en el resto del país, excepto Oruro, hubo protestas en respeto al voto del 21 de febrero de 2016.
El exdefensor del Pueblo boliviano Waldo Albarracín dijo que la movilización contra Morales "ha sido exitosa" y debe escuchar la voluntad popular, en vez de "intentar por la fuerza convertirse en candidato" de nuevo.
Apoyo a Evo
Las bases que sustentan al gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) defendieron que el mandatario cumpla la denominada Agenda 2025 para proseguir su "revolución cultural y democrática" hasta ese año, en que se celebrará el bicentenario de la independencia de Bolivia.
"Muchas gracias, hermanos, por ese gran respaldo", exclamó Morales en un discurso a media jornada, en el que aseguró que algunas de las concentraciones a su favor superaron las 200.000 personas.
El denominado 21-F o día del no para los contrarios a ese proceso demandó respeto al resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016, en el que un 51,3 % del voto rechazó que Morales pueda presentarse a la reelección en 2019.
Los defensores de que sí pueda seguir al frente de Bolivia argumentan que ese resultado llegó tras una campaña de desprestigio de la oposición, que recurrió a aspectos controvertidos de la vida privada del presidente.
Tras perder el referéndum, el oficialismo recurrió al Tribunal Constitucional de Bolivia, que en noviembre del año pasado le dio la razón al entender que la Convención de Americana de los Derechos Humanos suscrita por el país prima sobre la propia Constitución y la ley electoral bolivianas, que limitan a dos los mandatos seguidos.
Con este fallo, que defiende el derecho de un gobernante a ser elegido y del pueblo a elegirlo, Morales puede concurrir de forma indefinida a la reelección y el pasado diciembre fue proclamado candidato del MAS para las elecciones de 2019.
El mismo tribunal ya autorizó a Morales a presentarse en 2014 a un tercer periodo, al fallar que su primer mandato de 2006 a 2009 no cuenta porque el país se refundó con la Constitución de 2009. EFE
EFE
Bolivia vivió este miércoles una jornada de movilizaciones a favor y en contra del presidente Evo Morales, en el día en que se cumplían dos años del referéndum que le negó la posibilidad de seguir en el poder como él pretende al menos hasta 2025.
"Bolivia dijo no", le recordaron sus detractores, mientras que sus incondicionales defendieron que esta jornada no es más que el "Día de la Mentira" inventada por quienes rechazan el "proceso de cambio" que en 2006 le llevó al poder.
Organizaciones cívicas convocaron un paro en todo el país, que dejó las calles de las principales ciudades sin apenas tránsito de vehículos ni de gente, con bloqueos en las principales avenidas.
La Policía levantó algunos de los bloqueos instalados con neumáticos, maderas, contenedores de basura o pancartas, sin que trascendieran incidentes más allá de forcejeos con los concentrados.
"El paro cívico ha fracasado", sentenció el ministro de Gobierno, Carlos Romero, en una comparecencia en la que habló de "absoluta normalidad" en el sector público y algunos cierres de negocios en el privado. "El país está trabajando", defendió Romero, quien rechazó que Bolivia quedara paralizada.
Los bloqueos desde primera hora del día fueron paralelos a las marchas tanto de apoyo como en contra de Morales, el presidente con más tiempo en el poder de forma continua en la historia del país.
"Uno, dos, tres, Evo otra vez", gritaban sus acólitos, mientras sus opositores coreaban "Esto es Bolivia, no Venezuela".
Las manifestaciones y concentraciones de unos y otros discurrieron tan multitudinarias y ruidosas como pacíficas, sin que se conocieran más que encontronazos verbales entre ellos y el empleo puntual de gases por parte de la Policía para dispersar a algunos pequeños grupos de oposición.
En La Paz y Cochabamba se registraron manifestaciones en apoyo al proceso de cambio de Evo Morales, mientras que en el resto del país, excepto Oruro, hubo protestas en respeto al voto del 21 de febrero de 2016.
El exdefensor del Pueblo boliviano Waldo Albarracín dijo que la movilización contra Morales "ha sido exitosa" y debe escuchar la voluntad popular, en vez de "intentar por la fuerza convertirse en candidato" de nuevo.
Apoyo a Evo
Las bases que sustentan al gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) defendieron que el mandatario cumpla la denominada Agenda 2025 para proseguir su "revolución cultural y democrática" hasta ese año, en que se celebrará el bicentenario de la independencia de Bolivia.
"Muchas gracias, hermanos, por ese gran respaldo", exclamó Morales en un discurso a media jornada, en el que aseguró que algunas de las concentraciones a su favor superaron las 200.000 personas.
El denominado 21-F o día del no para los contrarios a ese proceso demandó respeto al resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016, en el que un 51,3 % del voto rechazó que Morales pueda presentarse a la reelección en 2019.
Los defensores de que sí pueda seguir al frente de Bolivia argumentan que ese resultado llegó tras una campaña de desprestigio de la oposición, que recurrió a aspectos controvertidos de la vida privada del presidente.
Tras perder el referéndum, el oficialismo recurrió al Tribunal Constitucional de Bolivia, que en noviembre del año pasado le dio la razón al entender que la Convención de Americana de los Derechos Humanos suscrita por el país prima sobre la propia Constitución y la ley electoral bolivianas, que limitan a dos los mandatos seguidos.
Con este fallo, que defiende el derecho de un gobernante a ser elegido y del pueblo a elegirlo, Morales puede concurrir de forma indefinida a la reelección y el pasado diciembre fue proclamado candidato del MAS para las elecciones de 2019.
El mismo tribunal ya autorizó a Morales a presentarse en 2014 a un tercer periodo, al fallar que su primer mandato de 2006 a 2009 no cuenta porque el país se refundó con la Constitución de 2009. EFE